Fibromialgia: enfermedad de dolor crónico que necesita un tratamiento multidisciplinario

Cerca de un 3% de la población chilena vive con fibromialgia, patología reconocida por la Organización de la Salud en 1992, que se caracteriza por un dolor musculoesquelético generalizado, fatiga, trastorno del sueño, y que afecta mayormente a mujeres de edad media.

El Dr. Luis Ramírez, de la Nueva Clínica Cordillera, plantea que es “una enfermedad benigna, no genera destrucción ni deformidad, pero indudablemente conlleva una merma importante en la calidad de vida de las personas”.

Debido a que la persona siente un dolor físico crónico recurrente, pero de difícil diagnóstico, la enfermedad “también tiene un componente anímico-ansioso, ya que los estados de estrés psíquico pueden gatillar o empeorar esta condición”, explica.

El Dr. Ramírez señala que la fibromialgia se produce “por un fenómeno de sensibilización central del dolor, es decir, que a nivel de la corteza cerebral existiría una anomalía en la modulación o procesamiento de los estímulos dolorosos”.

“De ahí que el tratamiento farmacológico no son los antiinflamatorios sino medicamentos llamados neuromoduladores”, detalla.

Síntomas asociados a otras enfermedades

El síntoma principal de la fibromialgia es el dolor generalizado no articular, a diferencia de la artritis. La dolencia tiene características asociadas a lo periarticular (tendones, ligamentos, músculos y fascias).

“Se acompaña de cansancio extremo, trastornos de sueño, no pocas veces depresión, además de exaltación en la percepción de estímulos no sólo de la piel (hiperalgesia, disestesia, alodinia) sino también a nivel visual (fotosensibilidad) y auditivo (fonofobia)”, puntualiza el especialista.

Como expone el Dr. Ramírez, “clásicamente se exigía que el paciente cumpliera con la presencia de al menos 11 de 18 “puntos gatillo”, que son zonas del cuerpo donde se reproduce el dolor al ejercer presión con los dedos”.

Sin embargo, aclara, “los nuevos criterios confieren igual importancia a estos otros aspectos mencionados como trastorno del ánimo, alteración del sueño, etc., por lo que ya no es imprescindible tener 11/18 puntos dolorosos”.

Al comprometer “partes blandas”, se confunde con las tendinitis, por lo que muchas veces es difícil llegar al diagnóstico correcto. “Al indagar en la historia remota pueden aparecer antecedentes de trauma físico, sexual o psicológico, incluso en la infancia, o depresiones arrastradas sin un buen manejo. También exposición a otras noxas ambientales como virus”.

Diagnóstico correcto y tratamiento

Para descartar aquellas condiciones orgánicas que puedan presentar síntomas similares, se recomienda un examen de perfiles generales.

“No está indicada la realización de exámenes de anticuerpos específicos, salvo que se esté sospechando otra patología reumatológica concomitante (artritis reumatoide, síndrome de Sjögren, lupus eritematosos sistémico). En la fibromialgia, estos exámenes debiesen estar normales o negativos”, indica el profesional.

Respecto al tratamiento, una parte consiste en el uso de neuromoduladores (pregabalina, duloxetina, gabapentina) y relajantes musculares, en dosis variables según la respuesta y la evolución clínica.

El médico agrega que “otro pilar fundamental es el manejo de la patología psiquiátrica asociada, dado que los trastornos ansiosos o del ánimo disminuyen el umbral del dolor. También el ejercicio físico aeróbico y de bajo impacto (bicicleta estática, natación) y otros de relajación (yoga, taichi)”.

Para concluir, el Dr. Ramírez destaca que “lo importante es comprender que los medicamentos por sí solos no son suficientes para garantizar la mejoría”.

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