Dr. Juan Pablo Undurraga: “El entorno incide en el desarrollo del cerebro y, por lo tanto, de nuestro potencial”

Una reciente investigación internacional, donde participaron 29 países, demostró que la desigualdad de género está asociada con diferencias estructurales en los cerebros de mujeres y hombres.

El Dr. Juan Pablo Undurraga, jefe del Servicio de Psiquiatría de la Clínica Alemana y coautor del estudio, comenta que se analizaron cerca de 8.000 resonancias magnéticas de adultos sanos entre 18 y 40 años, llegando a concluir que el entorno social perjudicial modifica la estructura del cerebro.

En entrevista con Cienciaysalud.cl, el médico explicó que “en términos globales no hay diferencias en el cerebro entre hombres y mujeres. Lo que encontramos en este estudio es que, en los países donde hay menor diferencia entre géneros, tampoco hay diferencia en el desarrollo de los cerebros”.

Para el Dr. Undurraga, la importancia de este estudio radica en que ahora existe un argumento desde la medicina donde se demuestra que “un país con mayor desigualdad de género, es un país que tiene una parte de la población restringida en su potencial de desarrollo, por lo tanto, es un país que avanza menos”.

Potencial mecanismo neuronal

El estudio concluyó que el grosor cortical del hemisferio derecho, así como el occipital lateral izquierdo, presentan cortezas más delgadas en mujeres en comparación con hombres, pero sólo en países con alta desigualdad de género.

Estos resultados sugieren un potencial mecanismo neuronal que explicaría el peor resultado de las mujeres en entornos con alta desigualdad de género, y también resaltan el papel del entorno social en las diferencias cerebrales entre mujeres y hombres.

“Las condiciones adversas, de estrés crónico, como -por ejemplo- la exposición a la violencia se asocia a cambios en el desarrollo cerebral. Hay muchos estudios que muestran que la exposición a abuso físico o sexual a los niños o adolescentes se asocia a problemas en el futuro de índole de salud mental”, plantea el entrevistado.

El psiquiatra añade que “este estrés crónico se asocia también a inflamación y a estrés oxidativo que, a su vez, se asocia a la muerte de algunas neuronas o a atrofia de las conexiones neuronales y, por lo tanto, a un deterioro acumulativo progresivo en el tiempo”.

“¿Cómo esto se relaciona con la desigualdad? En los países donde hay menos equidad, en general, hay mayor exposición a esta violencia y estrés crónico. Por otro lado, porque hay un menor estímulo. El cerebro también se va desarrollando en la medida que lo vas estimulando”, asegura.

En resumen, dice el Dr. Undurraga, “probablemente en los países donde hay una mayor desigualdad de género, donde hay menor participación en la toma de decisiones y en la educación, donde las mujeres tienen menos posibilidades de desarrollarse, sumado a este mayor estrés y situaciones de violencia, se asocia a este mecanismo de daño cerebral”.

Relevancia del estudio

El estudio, liderado por Nicolás Crossley, profesor de la Pontificia Universidad Católica, fue publicado por la revista científica PNAS, donde se indica que utilizaron la medida del Índice de Desigualdad de Género, que refleja la desventaja basada en tres dimensiones (salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral).

“La principal relevancia es que se trata de una evidencia de cómo el entorno de las personas y cómo nosotros organizamos nuestra sociedad incide en el desarrollo de nuestro cerebro y de nuestras capacidades, por lo tanto, de nuestro potencial”, remarca el Dr. Undurraga.

Para concluir, el investigador destaca que el estudio demuestra “que las decisiones políticas que tomamos, las decisiones culturales y de la sociedad que construimos, tienen repercusiones claras en la salud mental y en el desarrollo cerebral de las personas”.

Compartir este artículo

Artículos relacionados