Fármacos como la semaglutida han estado en entredicho por el mal uso que, a nivel mundial, se ha hecho con el objetivo de bajar de peso sin la debida prescripción y el seguimiento profesional. Incluso, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) inició una revisión del compuesto Ozempic por una posible relación con pensamientos suicidas y autolesiones entre quienes lo utilizan sin receta.
El Dr. Aníbal Donoso, coordinador de la Unidad de Diabetes y Nutrición de la Clínica Universidad de los Andes, conversó con Cienciaysalud.cl sobre los riesgos de la automedicación a la hora de buscar bajar de peso, advirtiendo que las reacciones adversas van desde molestias gastrointestinales a problemas más serios.
“Son medicamentos que, si bien es cierto son tremendamente efectivos para la baja de peso y el control del apetito, pueden tener reacciones adversas. Y una de las más comunes lejos son las molestias gastrointestinales, como náuseas, dolor abdominal, diarrea incluso en algunos casos. También puede haber reacciones adversas más severas como cólicos biliares o pancreatitis de origen biliar cuando se forman cálculos en la vesícula”, comentó.
El especialista remarcó que, además de los problemas de obesidad, “nuestra población tiene muchos cálculos biliares. Entonces, cuando les indicamos estos medicamentos a los pacientes les pedimos una ecografía abdominal para descartar cálculos, porque si los llegase a tener la recomendación es no usarlos porque esos cálculos van a crecer con la baja de peso y pueden formar cólicos biliares o una colecistitis aguda”.
El Instituto de Salud Pública (ISP) alertó en marzo pasado que el uso de la semaglutida sin supervisión en personas sin diabetes o sin intolerancia puede causar problemas gastroinstentinales (náuseas, diarrea y vómitos). También se han observado reacciones adversas como pancreatitis aguda, hipoglicemia, aumento de la frecuencia cardiaca y complicaciones por retinopatía diabética.
Obesidad
El sobrepeso y la obesidad son considerados una epidemia en Chile, donde un 75% de la población tiene sobrepeso (40,2), obesidad (31,4) u obesidad mórbida (3,4), según la última Encuesta Nacional de Salud.
La tentación de buscar bajar de peso con fines estéticos puede llevar a que alguien decida utilizar este tipo de fármacos -como ocurrió durante el último verano a partir de lo que se viralizó en redes sociales y que llevó a un quiebre de stock-, pero el diabetólogo subraya que cualquier esfuerzo en esa línea debe ser a través de un tratamiento.
“Siempre hay que consultar con un médico, porque tenemos que seleccionar el mejor tratamiento para cada paciente. Y no necesariamente va a ser con fármacos ya que hay que hacer un filtro, entender por qué está subiendo de peso, cuál es la causa del sobrepeso o la obesidad, y ahí definimos si dejamos un tratamiento médico o pauta de alimentación, O si usamos estos medicamentos, que no son para todo el mundo”, expresó.
“Cuando lo indicamos para el manejo del peso es porque son pacientes que tienen alguna condición, ya sea obesidad asociada a algún de trastorno metabólico como puede ser hígado graso, resistencia a la insulina, prediabetes. Pero no es exclusivamente para la baja de peso pensando en un fin estético, es porque el sobrepeso o la obesidad se está asociando con un trastorno metabólico”, agregó.
Uso correcto
“El peligro no es el medicamento, el peligro es el mal uso o la mala indicación. Es la persona que lo compra porque lo escuchó o le dijeron y lo empezó a utilizar sin ningún tipo de control médico, eso es lo peligroso. O el colega que lo indica sin tener la experticia de cómo usarlo”, enfatizó el Dr. Aníbal Donoso, para destacar que la semaglutida o la liraglutida son seguros y representan un aporte para el tratamiento de la diabetes.
“Como antidiabéticos son buenos porque no solamente tienen un tremando beneficio sobre el control de la diabetes sino también sobre la salud cardiovascular. Previene los eventos cardiovasculares, los riesgos de infarto, los accidentes vasculares, y tiene un montón de beneficios adicionales”, señaló.
Otro medicamento utilizado para el control o la baja de peso es la fentermina, cuya prescripción es limitada debido a que también puede presentar reacciones adversas.
“Tiene un efecto que aumenta el gasto energético y disminuye el apetito. Pero como es un derivado de la anfetamina puede provocar reacciones adversas bien severas como taquicardia, aumento del riesgo cardiovascular, arritmia, cefaleas, jaquecas, o trastorno de personalidad en pacientes que tengan algún tipo de problema siquiátrico. Por eso deben ser muy filtrados al indicarlos”, planteó.
Finalmente, el Dr. Donoso reiteró que estos fármacos representan un aporte para quienes sufren enfermedades como diabetes u obesidad, pero en ningún caso deben utilizarse con fines estéticos y sin un acompañamiento médico.
“Si el medicamento está indicado por un profesional, con un seguimiento y con todo un estudio previo para asegurarse de que no va a tener complicaciones, son muy buenos y no son peligrosos”, finalizó.