Una Investigación liderada por la doctora Giannina Izquierdo, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, validó el rendimiento de una técnica de tamizaje rápida para la detección del citomegalovirus congénito, que afecta a muchos recién nacidos en el país y el mundo.
La doctora Izquierdo, académica del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Sur y directora de la Red de Citomegalovirus Congénito en Chile (RedCMV-Chile), explica que en la población general de los países subdesarrollados esta infección llega a seroprevalencias sobre el 95%. Es decir, la gran mayoría de las personas ha tenido contacto con el virus, habitualmente durante la primera infancia, que queda latente en el organismo por toda la vida.
“Puede que se reactive por diferentes motivos, como un resfrío, una baja en las defensas o en el mismo embarazo, pero en una persona sana no causa ninguna secuela. El problema surge si se reactiva en una mujer durante el embarazo, especialmente en el primer trimestre -o que la gestante se infecte por primera vez en ese mismo período-, porque puede causar que el niño nazca con graves secuelas por este virus, trasmitido a través de la placenta”, manifiesta.
Infección congénita frecuente
Esta infección congénita es la más frecuente del recién nacido, explica la doctora. Del total de infectados, sólo el 10% tendrá sintomatología evidente y puede tener secuelas como retraso del desarrollo sicomotor, microcefalia, alteraciones oculares, auditivas e incluso trastornos de equilibrio en los niños más grandes.
El otro 90% será asintomático, aunque también son niños que tienen riesgo de secuelas del tipo hipoacusia o sordera, lo que ocurre entre un 10% y 15% de estos casos que no presentaron manifestaciones al nacer.
Por eso es muy importante pesquisar en primer término a todos los infectados sintomáticos, para darles un tratamiento; pero también a los asintomáticos, para evaluar si necesitan terapia y darles seguimiento.
“Si el niño manifiesta una alteración auditiva se puede intervenir precozmente y así disminuir el riesgo de sordera mediante un audífono o un implante coclear antes o durante el primer año de vida, con lo que llega a audición normal o cercana a ello”, explica la experta.
Dado que existe un tratamiento farmacológico que se puede dar al recién nacido -un antiviral llamado Valganciclovir-, la doctora Izquierdo lideró una investigación en la que probaron el rendimiento de una prueba molecular rápida comparada con la técnica estándar (detección por PCR en tiempo real del CMV), utilizando un pool de muestras de saliva en recién nacidos, en el marco de una estrategia de tamizaje universal.
Tamizaje altamente efectivo
“Actualmente en Chile el tamizaje neonatal es dirigido a los recién nacidos que tengan síntomas sugerentes, aquellos que son pequeños para la edad gestacional, los hijos de madre portadora del VIH y los que no pasan el tamizaje auditivo”, explica la doctora Izquierdo, agregando que el gold standard es el test PCR de muestra de orina, “que es más engorrosa de hacer en las guaguas que la saliva”.
En la investigación participaron también los doctores Juan Pablo Torres y Mauricio Farfán, del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente de la Universidad de Chile; colaboradores del Servicio de Neonatología del Hospital Barros Luco Trudeau; de las unidades de Infectología Pediátrica de los hospitales Exequiel Gonza?lez Corte?s y Luis Calvo Mackenna; y de los laboratorios de Biología Molecular de los hospitales Lucio Córdova y Calvo Mackenna.
Realizaron un estudio prospectivo en base a muestras de saliva obtenidas por hisopado que incluyó a 1.642 recién nacidos menores a 21 días de vida, entre septiembre de 2022 y mayo de 2023.
Para ello, utilizaron la técnica de ampliación isotérmica Alethia-LAMP para citomegalovirus en saliva, un kit basado también en la biología molecular, pero de fácil manejo y detección rápida por lo que no necesita de grandes equipos o infraestructura especial para su procesamiento y arroja resultados en 40 minutos, los cuales fueron donados por Prolab/ Meridian Bioscience.
Además, los usaron mediante la metodología del pool testing, o detección de ácidos nucleicos en muestras agrupadas, que se basa en usar un kit por cada cinco muestras de saliva: de esta manera, si sale positivo, se sabe que al menos uno de los recién nacidos tiene la infección, lo cual se corrobora con exámenes de PCR en orina. Pero si sale negativo, se entiende que ninguno está infectado, lo que reduce el número de kits que se deben usar y, por lo tanto, se reduce el costo involucrado.
“Obtuvimos una prevalencia de 0.49%. Es decir, ocho recién nacidos tenían la infección de los 1.642 que participaron, cifra que se acerca a la que se presenta en población norteamericana o europea y que es menor a lo que esperábamos”, dice la pediatra.
Aumenta la posibilidad diagnóstica
El uso del kit rápido, sumado a la metodología pool testing, se mostró como un tamizaje altamente efectivo, según destaca la investigadora principal.
“De los ocho casos detectados, sólo dos presentaron bajo peso de nacimiento, por lo que habrían sido pesquisados con el método tradicional, pero los otros casos no presentaban ningún factor de riesgo; por eso, podemos decir que el tamizaje universal con pool testing aumenta la posibilidad diagnóstica en más de un 60%”, señala.
Estos resultados serán próximamente publicados por la European Journal of Pediatrics, revista pediátrica de alto impacto, “y esperamos seguir avanzando, a un plan piloto en varios servicios de salud del país, para conocer otras realidades en distintas comunas y así tener una mejor representatividad a nivel nacional”.
Fuente: Universidad de Chile.