Dra. Caroline Weinstein: “Este dispositivo podría significar la diferencia entre la vida y la muerte en un paciente con cáncer”

Un grupo interdisciplinario de investigadores de la Universidad de Valparaíso (UV) desarrolló un innovador test de autoaplicación para detectar tempranamente signos de cáncer. La invención ya fue ingresada como solicitud de propiedad intelectual al Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi).

“Con este dispositivo no estamos previniendo, sino que sería optar a un diagnóstico precoz. Y esto podría significar la diferencia entre la vida y la muerte en un paciente con cáncer, ya que la detección precoz es muy valiosa para recuperar su salud”, destaca la Dra. Caroline Weinstein, una de las integrantes del equipo investigador.

La académica de la Escuela de Química y Farmacia UV señala en entrevista con Cienciaysalud.cl que aún es muy pronto para entregar mayores detalles sobre esta invención, pero anticipa que, “si logramos tenerlo como una medida de salud pública, tenerlo en los consultorios como parte de la medicina preventiva, sería una revolución”.

“La gente es reticente a ir al médico. Por ejemplo, las mujeres postergamos la mamografía, no estamos al día, porque nos da pereza hacer la fila, esperar, tener que perder un día de trabajo”, comenta.

“Y la verdad que para un país como Chile en que los casos de cáncer van en aumento e incluso en algunas regiones el cáncer es la primera causa de muerte por sobre la enfermedad cardiovascular, este dispositivo podría ser muy útil para personas que tienen un riesgo”, plantea la Dra. Weinstein.

“Este autotest se podría usar con una periodicidad mayor, porque no requiere preparación, no duele, no es invasivo, y lo que vas a ver es un cambio de color, como muchos nos hicimos el antígeno cuando estaba la pandemia. Esto va por ese mismo camino”, plantea.

Autotest portátil

Junto a la Dra. Weinstein, el equipo de investigadores está conformado por Dra. Waleska Vera, ambas académicas de la Escuela de Química y Farmacia UV, el Dr. Omar Acevedo, académico de la Escuela de Diseño UV, y Fernando Arriagada, alumno de la misma carrera.

La científica explica que la idea de este dispositivo es contar con una herramienta que sea de uso personal, portátil, que se pueda aplicar en la casa, y que cualquier persona que quiera saber pueda tener un primer indicador de si padece cáncer, aunque enfatiza, “no sustituye al médico, ni a las imágenes”.

“Esto es muy parecido a lo que es un test de embarazo que uno se hace en la casa. Y que cuando uno se hace este test, igual después hay que consultar al médico para hacerse una ecografía”, indica.

Fase clínica

La Dra. Weinstein asegura que este es un sistema muy simple, pero hay que seguir validando, ya que “viene una prueba más prolija estadística y es mostrar que tiene un valor predictivo, y para eso necesitamos probarlo en un numero mayor de personas”.

“Mientras se resuelva lo de la patente, se puede seguir avanzando en la fase clínica y buscando recursos, porque hacer este estudio en más personas no es menor, tiene un costo bastante alto y para eso están las iniciativas de inversiones privadas y también los proyectos de investigación”, añade.

“No es lo mismo tener unas pocas células cancerosas, y ese dato, esa sensibilidad todavía no lo conocemos y con los ensayos clínicos lo vamos a poder determinar. Mientras más temprano mejor, porque nos permite tratar cuando todavía no hay metástasis”, expone la investigadora.

Solicitud de invención

“Estamos en el primer paso, el de ingresar la solicitud y esto tiene que ser revisado por peritos del Inapi quienes estimarán si esto tiene las tres características que son la novedad, el nivel inventivo y la aplicación industrial, como para conceder una patente de invención”, detalla la Dra. Weinstein.

De allí, agrega, “faltan otros pasos. En paralelo, teniendo la protección, vamos a postular a algunos fondos para poder probarlo masivamente. Nosotros hicimos pruebas en un número limitado de pacientes y sí veíamos que había diferencias entre una persona que estaba recientemente diagnosticada con cáncer y una persona pareada por edad, contextura y sexo en la reacción que se observaba”.

Sin embargo, “esto es igual que con los medicamentos, hay que hacer estudios con una gran cantidad de pacientes para poder hacer una validación estadística y demostrar el valor predictivo positivo y negativo de este ensayo”.

La académica UV comenta que este proceso puede tardar entre cinco y 10 años, todo depende si se puede hacer una transferencia precoz con la patente a una gran empresa que se interese y tenga recursos para hacer rápidamente la fase clínica del producto. “Si esto ocurre, el tiempo para contar con este dispositivo médico se puede reducir a cinco años, incluso tres”, adelanta.

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