El virus de boca-mano-pie o pie-mano-boca es una enfermedad muy común entre niñas y niños, que genera lesiones vesiculares y que, con el tratamiento adecuado, tiene una evolución favorable.
La viróloga y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Vivian Luchsinger, aclara que su nombre es “síndrome de pie-mano-boca y consiste en un conjunto de síntomas y signos que pueden se causados por distintos agentes. Por ejemplo, por enterovirus, como el virus coxsackie”.
La doctora Mariela Muñoz, jefa de Pediatría del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, cuenta que actualmente se están generando consultas por esta afección.
“Yo he visto en el último tiempo tres casos y a todos los colegas les ha tocado ver este pie-mano-boca, que es esta enfermedad viral por el virus coxsackie que genera lesiones vesiculares en manos, en pie y en boca y en la mucosa oral”, señala.
Sobre los síntomas, la profesora Luchsinger explica que las y los pacientes “pueden tener lesiones en la boca y después en las palmas de las manos o de los pies, por eso se llama así. A veces aparecen en los glúteos también, y después de eso, de unos pocos días, puede tener fiebre y sentirse mal o incómodo. Pero después de unos pocos días esto desaparece, la respuesta inmune va a eliminar el virus. Por lo tanto, es autolimitado y no tiene tratamiento específico”.
Por otra parte, detalla que “este es un virus con el que nos infectamos cuando niños. Si pasa de adulto no es problema porque ya lo tuvimos y si nos reinfectamos, por lo general, no es con síntomas”.
Un virus muy contagioso
“Son virus muy contagiosos y están presentes en la saliva de la persona que está infectada, así que se puede transmitir por el contacto con la saliva, ya sea a través de un beso o de objetos que estén contaminados con la saliva que tenga virus. Así que se puede contagiar directamente por el contacto persona a persona o a través de objetos”, indica la doctora Luchsinger.
La académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile señala que las formas de contagio pueden ser entre niñas y niños que compartan juguetes, que tosan y no se cubran la boca, tomar algún elemento que haya sido expuesto a la saliva de una niña o niño infectado y luego tocarse los ojos o la boca sin lavarse las manos o a través de deposiciones. Por ejemplo, quien esté mudando a un lactante y después se toca las mucosas sin lavarse bien las manos.
Los lactantes y preescolares son los más expuestos a este contagio, afirma la doctora Luchsinger. La académica plantea, además, que para evitar que este contagio llegue a los demás integrantes de la familia, la recomendación es limpiar muy bien las superficies y los juguetes, y un buen lavado de manos, especialmente después de mudar al niño o la niña.
Además, si el niño o niña tienen lesiones en la boca, no debe ir al prescolar porque va a ser una fuente infecciosa para otros menores.
Opciones de tratamiento
La jefa de Pediatría del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Mariela Muñoz, explica que esta enfermedad “no tiene un tratamiento específico, es solo el manejo del dolor, principalmente, y la fiebre al principio, porque pueden tener fiebre”.
En esta línea, comenta que normalmente se recetan “analgésicos y antipiréticos, paracetamol, ibuprofeno, se indica una dieta blanda y fría, generalmente al principio. Como molestan las lesiones en la mucosa oral, uno les da harto líquido, alimentos de consistencia blanda, papilla o jugos de fruta, compotas de fruta, cosas de ese estilo. Helados también muchas veces les indico porque es más fresco, más suave y mucha hidratación, porque cuando tienen muchas lesiones en la mucosa oral no comen mucho, pero hay que hidratarlos para que no se deshidraten y pasado unos días ya empiezan a recuperar el apetito”.
La doctora Muñoz añade que para las lesiones “no hay que agregar nada, baño normal con agua y jabón, no refregar las lesiones, sino que tocarlas y, en la práctica, esperar la resolución espontánea de la enfermedad, que tiene una evolución favorable”.
Fuente: Universidad de Chile.