El Día Mundial para la Prevención del Suicidio fue establecido en 2003 por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS). La jornada, que se celebra el 10 de septiembre de cada año, tiene como objetivo centrar la atención en este fenómeno, reducir el estigma asociado a él y crear conciencia entre las organizaciones, gobiernos y el público, dando el mensaje singular de que el suicidio puede prevenirse.
Como una de las medidas propuestas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para contribuir al abordaje de las tasas crecientes de muertes por suicidio en América Latina, la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, que es Centro Colaborador en Salud Mental OMS/OPS, organizó el seminario internacional “Unidos para que la prevención del suicidio sea una prioridad”.
El encuentro, que reunió a especialistas en medios de comunicación y en salud mental, y a expertos por experiencia vivida, generó diversos insumos para enfrentar este problema de salud pública en la región.
El Dr. Óscar Arteaga, director de la Escuela de Salud Pública, valoró el espacio de conversación y la importancia que tiene la salud mental y la prevención del suicido, sobre todo en espacios universitarios.
“Es una gran oportunidad para nosotros como Escuela poder aportar en este tipo de instancias, sobre todo como Centro Colaborador en Salud Mental OMS/OPS, pero más aún en el rol social que tenemos como institución, en este año donde nos encontramos celebrando nuestros 80 años de aporte a la contribución a la salud pública del país y la generación de las distintas políticas en el ámbito”, señaló.
El impacto de la pandemia
El Dr. Fernando Leanes, representante en Chile de OPS/OMS, llamó a transformar y fortalecer los enfoques y acciones para promover y proteger la salud mental.
“Tras lo peor de la epidemia de Covid-19, la salud mental se ha visto afectada, pero también hay un cambio positivo respecto del estigma, la discriminación y otras causas que agravaban la situación de las personas afectadas. Hoy vemos que los líderes en Chile reconocen ampliamente la eficacia de la atención primaria de salud y la influencia de los determinantes, siendo la salud mental, un problema de prioritaria atención. Ahora, más que nunca, debemos escuchar a nuestros jóvenes y estar ‘Unidos para que la prevención del suicidio sea una prioridad’ en todos los países de las Américas», expresó.
Olga Toro, jefa del programa Salud Mental de la Escuela de Salud Pública y directora del Centro Colaborador, relevó el aporte de esta instancia para contribuir a la implementación de medidas a nivel regional.
“Es muy relevante ser protagonistas de esta primera actividad en que la OPS llama a los países a desarrollar acciones que creen esperanza, fundamentalmente en prevención del suicidio. Hemos aprendido y sabemos que los medios de comunicación social y las redes sociales cumplen un rol muy relevante en poder generar conversaciones sobre estos temas que sean seguros y esperanzadores para las personas”, indicó.
Esperanza a través de la acción
“Crear esperanza a través de la acción es es el tema trienal del Día Mundial para la Prevención del Suicidio 2021-2023. El mensaje busca recordar de que hay una alternativa al suicidio y de que, a través de nuestras acciones, podemos alentar la esperanza y fortalecer la prevención. Las cifras oficiales calculan que actualmente se producen más de 700 mil suicidios al año en todo el mundo.
La profesora Vania Martínez, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay); y asesora del Ministerio de Salud para la Prevención del Suicidio, dice que uno de los mensajes importantes es que todas las personas podemos tener un rol en la prevención del suicidio.
“La prevención del suicidio es tarea de todos y todas. Generalmente dejamos en manos de profesionales de la salud mental como los únicos que pueden aportar y eso es totalmente insuficiente. Necesitamos cualquier compromiso, obviamente desde la autoridad, y también desde los servicios de salud, pero también de las familias y de la sociedad en su conjunto”, planteó.
El segundo mensaje, dice la especialista de la Facultad de Medicina, es que las personas que están en riesgo suicida dan ciertas señales de alerta a las cuales el entorno puede estar atento o atenta.
“Esas señales pueden ser indirectas, como -por ejemplo- que la persona esté con menor ánimo, falta de energía, cambios en el sueño y en el apetito, que esté más despreocupada de su apariencia física; y señales de alerta directa, como personas que dicen o escriben que quieren morir o hablan o dicen mensajes que nos indican que tiene una alta desesperanza”, detalló.
El tercer mensaje es que “el suicidio es prevenible y algo importante es conectar a esas personas que están en riesgo suicida con una atención por un o una profesional de salud mental”.
Una primera orientación puede ser recibida a través de la línea de prevención de suicidio, que es el *4141. Este teléfono funciona las 24 horas del día, los siete días de la semana, y es atendido por psicólogos y psicólogas de manera totalmente gratuita. A través de este servicio, los especialistas pueden hacer una evaluación de riesgo, una contención inicial y saber cuál es el tipo de riesgo de una persona para poder conectarlo con la mejor ayuda posible.
Fuente: Universidad de Chile.