Hospital Barros Luco concretó inédita cirugía de cadera que posterga la necesidad de una prótesis

Un equipo del Servicio de Traumatología del Hospital Barros Luco llevó a cabo con éxito la primera Osteotomía Periacetabular de Ganz que en el establecimiento en una paciente con displasia de cadera, técnica que permite postergar la necesidad de usar una prótesis.

Con esta intervención a cargo del equipo de cirugía de cadera y pelvis, el HBLT se suma a una reducida lista de centros de salud públicos que realizan la técnica que recibe el nombre del destacado médico suizo Reinholt Ganz.

La intervención consiste en realizar cortes en el acetábulo (cavidad en la que se aloja el fémur) y fijarlos mediante tornillos corticales, reposicionando esta parte de la pelvis y facultando la inserción del fémur y la articulación de la estructura ósea en su conjunto.

La cirugía, también conocida como “salvataje de cadera”, busca extender la vida de la estructura ósea mediante una serie de osteotomías a nivel de la pelvis para así evitar el desgaste acelerado del cartílago.

Saúl Gutiérrez, médico cirujano especialista en cadera y pelvis del Hospital Barros Luco, explicó que “el procedimiento lo guiamos por radioscopia intraoperatoria y se realiza a través de un abordaje anterior de la cadera en una técnica también llamada como abordaje de Smith-Petersen”, para resaltar que, dada la complejidad de la intervención, se contó con la colaboración de Cristián Barrientos, destacado médico cirujano especialista en pelvis y cadera.

Debido a su dificultad, la técnica se practica únicamente en pacientes menores de 40 años, dado que cuentan con un mejor pronóstico de recuperación, que demora entre seis y ocho semanas con carga parcial, para luego empezar a caminar con carga completa. Además, deben ser personas que no hayan sufrido previamente una luxación de cadera y que no padezcan artrosis.

“Es una cirugía que permite postergar la necesidad de una prótesis de cadera. Está indicada para salvar la cadera en pacientes jóvenes con displasia, independiente de si fueron tratados o no durante su infancia. Buscamos que pacientes jóvenes no deban ser sometidos a intervenciones invasivas de remplazo articular y, sobre esa base, es clave que quienes padecen esta patología no posterguen esta intervención para una edad adulta mayor, porque las posibilidades de recuperación se van acotando”, destacó Saúl Gutiérrez.

Displasia de cadera

La displasia de cadera es una enfermedad de nacimiento que ocurre cuando la parte superior del fémur no se inserta completamente en la cavidad en la que debe alojarse, generando un desplazamiento de la estructura ósea, lo que posteriormente produce una alteración de la articulación de la cadera.

La patología en los primeros meses y años de vida no presenta una sintomatología específica asociada, por lo cual es clave detectarla a tiempo. Para esto, a los tres meses y mediante un screening cubierto por el GES que busca detectar precozmente la displasia, se realiza una radiografía de pelvis que permite descubrir cualquier anormalidad ósea en esa zona del cuerpo.

“Durante los primeros años y una vez que es detectada la patología, ésta debe tratarse a través de correas ortopédicas por un tiempo determinado, sin embargo, hay casos de pacientes que nunca se diagnosticaron y no fueron tratados a tiempo, lo que genera síntomas a mediano y largo plazo llegando incluso a la artrosis de cadera a una temprana edad”, planteó el Dr. Gutiérrez.

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