El uso indiscriminado de ergotamina, fármaco presente en una serie de medicamentos de fácil acceso para tratar el dolor de cabeza, se ha transformado en un importante problema de salud en Chile debido a las contraindicaciones y los riesgos que implica.
Migranol, Cefalmin o Migratan son algunos de los nombres comerciales para este medicamento, que además de venderse sin receta médica en farmacias está presente en negocios de barrio y ferias, por lo que la gente suele acudir a ellos para buscar solución a problemas de jaquecas.
El Dr. Cristián Sedano, neurólogo de adultos del Instituto Chileno de Neurología (ICN), explicó a Cienciaysalud.cl que las ergotaminas actúan en receptores a nivel del riñón, del corazón y otros vasos y arterias, por lo que “automedicadas, mal indicadas o con mal uso pueden tener riesgo cardiovascular”.
“Aumenta el riesgo cardiovascular en particular en los pacientes que fuman, que son hipertensos, que son diabéticos o que tienen patologías médicas crónicas sin control en general. Es decir, aumenta el riesgo de infarto cerebral o infarto cardíaco”, manifestó.
Para quienes no presentan estos factores de riesgo, su consumo excesivo puede generar lo que se llama “cefalea de rebote”, en que la persona toma el medicamento, el dolor se pasa, pero el efecto dura poco y vuelve a tomar ergotamina, en un ciclo que finalmente está lejos de solucionar la afección.
“Es un medicamento que no es seguro, que tiene efectos adversos, que tiene potencial de provocar cefalea por sobreuso de fármacos y cefalea de rebote. Y como la población general tiene alto riesgo cardiovascular en Chile – donde las tasas de obesidad son importantes, hay tabaquismo, el control de la patología crónica como hipertensión y otros no es muy constante-, si más encima le sumamos que el 10% de la población sufre migraña, mal llamada jaqueca, el uso de estos fármacos en forma desmesurada aumenta el riesgo de patología cardiovascular”, enfatizó.
Según el Instituto de Salud Pública, entre 2012 y 2018 se registraron 42 casos notificados al Centro Nacional de Farmacovigilancia por sospechas de reacciones adversas asociadas al consumo de ergotamina y dihidroergotamina. El 43% de ellos fueron de naturaleza seria, es decir, involucraron o prolongaron hospitalización, o pusieron en peligro la vida del paciente.
¿Cómo tratar la migraña?
El especialista del ICN remarca que el dolor de cabeza no es normal y que cuando es frecuente, con más de cuatro crisis o más de 15 cefaleas al mes, pasa a ser una migraña crónica que requiere atención profesional, nunca automedicación.
“Si hay dolor de cabeza no es normal, porque mucha gente lo considera como el dolor de siempre. Pero ya como concepto es anormal siempre, hay 300 tipos de dolor de cabeza, pero en particular el que más afecta a entre el 10 y 15% de la población mundial y que es la segunda causa de discapacidad después del dolor lumbar, en años de vida o tiempo perdido, es la migraña”, puntualizó.
“Es una patología que produce discapacidad que debe diagnosticarse y tratarse adecuadamente. Esos pacientes son candidatos a usar tratamientos preventivos del dolor, para evitar estas crisis y que no requiera usar tantos medicamentos”, agregó.
Prevenir y evitar la automedicación
El Dr. Sedano hizo un llamado a la comunidad médica y a la población en general a informarse sobre la migraña, que es más que un simple dolor o una jaqueca, para avanzar en la prevención y un correcto tratamiento que no incluye el consumo de la ergotamina.
“Si el paciente consulta al médico y hay un correcto diagnóstico no se le van a recomendar estos fármacos, que pueden ser reemplazados por terapias formales como el uso de antiinflamatorios o de un grupo de medicamentos que vino a reemplazar las ergotaminas, que se llaman triptanes”, sostuvo, para resaltar que “hay también terapias complementarias, ya que la idea es que los pacientes tengan mejor calidad de vida y no requieran usar tantos medicamentos cuando tengan dolor”.
Finalmente, el neurólogo reiteró su llamado a que “si una persona tiene dolor de cabeza debe consultar, para descartar patologías que no están diagnosticadas, para hacer un correcto diagnóstico y un manejo adecuado, que el médico sea responsable de los medicamentos que se indiquen y evitar a toda costa la automedicación”.
“Estamos hablando de riesgos vitales, y si no es necesariamente la muerte, pueden generar secuelas irreparables que van a producir discapacidad en la función vital”, concluyó.