Si bien la sudoración es un proceso normal del organismo para controlar la temperatura, algunas personas transpiran de manera excesiva en ciertas partes del cuerpo como la cara, axila, manos y pies. Este trastorno se conoce como hiperhidrosis y es ocasionado por la sobreestimulación del sistema nervioso simpático.
“Esta enfermedad pasa a ser un problema en la medida que altere las actividades habituales de quien la padece, llegando a tener un real y negativo impacto en la vida social, estudiantil, deportiva y laboral de la persona afectada”, señala un artículo publicado por la Sociedad Chilena de Dermatología y Venereología (Sochiderm).
El Dr. Jorge Armijo, jefe de cirugía de tórax de la Clínica Dávila, dice que, “a modo de ejemplo, en la hiperhidrosis de manos, los pacientes al momento de escribir dejan mojada la hoja, algunos corren la tinta. Siempre tienen sus manos frías, no quieren tener contacto con otras personas, no quieren andar de la mano a sus parejas o con los padres”.
Y agrega que, por otro lado, “en axilas los pacientes se quejan de que dejan una gran mancha que no hay cómo controlar, han usado múltiples desodorantes. Se cambian la blusa o la camisa, tienen una o dos mudas de ropa en su mochila, etc.”.
Tipos de hiperhidrosis
El cirujano de tórax de la Clínica Indisa, Dr. Patricio Rodríguez, explica que existen dos tipos de hiperhidrosis, siendo la más frecuente la localizada o primaria. Ésta no tiene una causa médica conocida, se presenta en la infancia, aumenta severamente en la pubertad y disminuye en la adultez tardía.
“Entre el 25 y el 50% de los pacientes poseen historia familiar de hiperhidrosis. La hipersudoración ocurre en forma espontánea e intermitente y se incrementa en situaciones de estrés emocional y con altas temperaturas, desapareciendo durante el sueño”, indica el especialista.
El segundo tipo de hiperhidrosis es la generalizada o secundaria, donde la persona sufre una hipersudoración de todo el cuerpo. Es poco frecuente y, por lo general, se presenta por la manifestación de una enfermedad subyacente como algunas infecciones, tumores, trastornos hormonales o neurológicos, enfermedades cardiovasculares y del aparato respiratorio.
Desde desodorantes hasta cirugía
Existen diversas alternativas para combatir esta patología, abarcando desde el uso de desodorantes especiales hasta la cirugía. “La elección del tipo de tratamiento depende de la localización y de la severidad de la hiperhidrosis”, dice el Dr. Rodríguez.
En una etapa leve de la enfermedad, se recomienda el uso de desodorantes y cremas especiales en base a cloruro de aluminio, que actúan a nivel de los conductos glandulares, interceptándolos y promoviendo la atrofia de las células secretoras.
“Tienen un 98% de efectividad. No obstante, el efecto secundario es la irritación de la zona tratada, ocasionando que muchos pacientes descontinúen su uso”, advierte el especialista.
Si existe un tipo de hiperhidrosis moderada se sugieren los siguientes tratamientos:
• La Iontoforesis, que es una terapia mediante impulsos de corriente eléctrica de bajo voltaje. Se aplica a través de sesiones y reduce hasta un 81% la sudoración palmar. Los principales efectos secundarios son enrojecimiento de la piel, dolor local, sensación de hormigueo, entumecimiento, ardor o pérdida de la sensibilidad.
• Medicamentos orales como anticolinérgicos, antidepresivos de varios tipos, ansiolíticos, betabloqueadores, bloqueadores de los canales de calcio, etc. “Estos medicamentos deben ser indicados y controlados por un especialista, ya que pueden tener efectos secundarios y contraindicaciones”, enfatiza el Dr. Rodríguez.
• Botox, que se inyecta de manera subcutánea. Su efectividad es de 90% en la reducción de un 50% de la sudoración axilar y una duración de 3 a 7 meses, luego se debe repetir la inyección. Este tratamiento no debe ser utilizado en niños ni embarazadas.
Hiperhidrosis severa
El procedimiento quirúrgico se realiza cuando el paciente es diagnosticado con hiperhidrosis localizada severa. Para tratarla, se emplea la cirugía conocida como simpatectomía por videotoracoscopía.
“La simpatectomía es una solución quirúrgica mínimamente invasiva, ambulatoria y definitiva para algunos tipos de hiperhidrosis”, explica el Dr. Armijo.
“Cuando es axilar, este procedimiento trata en la sección de las cadenas formadas por el nervio simpático torácico, entre los ganglios que este tiene sobre la 2ª a 4ª costillas (dependiendo de la zona afectada) y también de las posibles interconexiones nerviosas entre dichos ganglios, a ambos lados del tórax”, puntualiza el Dr. Rodríguez.
La duración aproximada de la intervención es de menos de una hora y requiere anestesia general y un día de hospitalización. La reincorporación a la vida habitual es luego de 24 a 48 horas de la cirugía. El éxito de esta operación es superior al 95%, dependiendo de la zona a tratar.
Según el Dr. Armijo, “el mejor momento para someterse a una simpatectomía es cuando los pacientes son jóvenes, es decir entre los 17 y los 25 años. De esta forma, los pacientes pueden terminar con su problema de sudoración de forma precoz”.
El experto comenta que la cirugía para la hiperhidrosis no está indicada en pacientes que la sufren en sus pies. “Si bien existe, no se realiza habitualmente, puesto que los resultados no son muy alentadores y tiene demasiados riesgos para los pacientes”.