Ecoansiedad: condición psicológica gatillada por la crisis climática

El cambio climático y los desastres naturales o eventos extremos relacionados, como heladas, aluviones, el considerable aumento de temperaturas en temporadas de verano o la aparición de fenómenos poco habituales en las distintas estaciones generan alarma en la ciudadanía. Pero hay quienes pueden ver afectada su estabilidad emocional, lo que ha derivado en el concepto de la ecoansiedad.

Se trata de la aparición de síntomas de angustia y preocupación sobre lo que muchas veces se presenta en los medios de comunicación como una situación grave y aparentemente irreversible.

Rodolfo Sapiains, académico del Departamento de Psicología de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), plantea que la ecoansiedad “es un concepto que en los últimos cinco años se ha empezado a trabajar en el país”.

“Estamos recién empezando a estudiarlo con mayor sistematicidad y lo que están mostrando los resultados a nivel internacional es que se trata de un fenómeno que a la mayoría de las personas le está afectando, sobre todo cuando hablamos de cambio climático”, señala el psicólogo.

La ecoansiedad se manifiesta de la misma forma que la ansiedad generalizada, traduciéndose principalmente en un sentimiento de preocupación y de temor.

Gabriela Azócar, académica del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Chile, añade que ésta se relaciona con personas que tienen predisposición a la ansiedad, siendo en la mayoría casos de niños y niñas.

“Los estudios dicen que es la población joven y la infancia los que tienen más conciencia ambiental, por lo tanto, están más preocupados de los problemas ambientales y por ello es que generan más ansiedad”, explica la académica.

Para el profesor Sapiains, este fenómeno es motivo de preocupación. Si bien se enfatiza que los casos en los que estos síntomas se agudizan y son un impedimento en la vida cotidiana de una persona son escasos, la principal señal de alerta es la frecuencia con la que estos se presentan en la población juvenil.

“Ahora estamos terminando un primer estudio que hicimos con el CR2 para evaluar la ecoansiedad de la comunidad científica y los resultados preliminares apuntan también en esa dirección. Es decir, la gente más joven que trabaja en temas de cambio climático expresa mayor ansiedad que la gente mayor”, afirma.

Más soluciones que problemas

Al ser la ecoansiedad producida por la propia información sobre la crisis ambiental, una de las principales formas de mitigar sus efectos e incluso prevenirla es cambiar la manera en la que transmitimos esta información.

“Ya no necesitamos seguirle dando tanta importancia al problema, sino más bien a las soluciones. En eso creo que los medios de comunicación tienen una tarea extremadamente importante, que es empezar a comunicar qué es lo que las personas, las empresas y los países tenemos que hacer”, señala.

Para la profesora Azócar es importante también la labor de quienes trabajan o son activistas en medioambiente al transmitir el mensaje.

“Gran parte de mis estudiantes me dicen que les genera ansiedad estudiar este tema. Yo les digo que eso no les debe inhabilitar. Hay gente que deja de disfrutar la naturaleza que tenemos hoy, cuando todavía tenemos un mundo que podemos disfrutar. Yo creo que el punto ahí es cambiar, hacer un giro en cómo comunicamos en torno a la crisis climática”, destaca la académica.

Fuente: Universidad de Chile.

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