La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja realizar actividad física regular durante el embarazo, ya que aporta beneficios para la salud, no solo durante este período de nueve meses, sino que también en el posparto.
Practicar ejercicio durante la gestación promueve un mejor estado de salud de la mujer, reduciendo el riesgo de preeclampsia, hipertensión, diabetes gestacional, aumento de peso excesivo y de depresión posparto.
También la actividad física es beneficiosa para el feto, porque reduce las complicaciones en el parto y el riesgo de muerte fetal.
Pauta FITT
Se recomienda realizar ejercicio siguiendo la pauta FITT (Frecuencia, Intensidad, Tiempo y Tipo). A nivel de frecuencia, se aconseja que el ejercicio se realice entre tres y cinco días a la semana y con una intensidad moderada (que permite hacer ejercicio y hablar al mismo tiempo).
Con respecto al tiempo, se considera necesario un mínimo de 150 minutos a la semana con ejercicios de tipo aeróbico y de fuerza.
En aquellos casos en los que la embarazada competía o cuando realice un ejercicio por encima de los niveles recomendados, se aconseja solicitar la supervisión de un especialista.
Si no se está habituada, se sugiere empezar por sesiones cortas de actividad física, para ir aumentando gradualmente su duración, frecuencia e intensidad. Siempre es mejor realizar algo de actividad, aunque sea leve, que permanecer inactiva.
Después del parto también se insta a retomar la actividad de forma gradual o bajo la supervisión de un profesional sanitario, especialmente en caso de cesárea.
Los ejercicios más seguros son caminar a paso ligero, ejercicios en el agua o natación, ejercicio en la bicicleta estática, el yoga y el pilates, aunque bajo supervisión se pueden practicar más actividades. Se trata de adaptarlo a cada caso en función de las necesidades y la práctica previa al embarazo.
Piso pélvico
A nivel de buenas prácticas, se aconseja obviar el ejercicio a altas temperaturas y mantenerse hidratada antes, durante y después de la actividad física. También deben evitarse las actividades de contacto, aquellas que se realicen en condiciones donde pueda existir una limitación de la oxigenación (realizadas a grandes altitudes) y aquellas que conlleven un riesgo de caída.
Además, los movimientos que se realizan en una posición estirada boca arriba tampoco están recomendadas y se aconseja estar en esta postura el mínimo de tiempo posible.
Por otro lado, ejercitar los músculos del suelo pélvico correctamente evita la incontinencia urinaria y ayuda a la preparación para el momento del parto y un mejor postparto.
¿Cuándo se desaconseja el ejercicio?
Pese a que la recomendación habitual es la de realizar ejercicio y limitar al máximo el tiempo de sedentarismo, en ciertas situaciones se desaconseja la realización de actividad física sin supervisión.
Algunos ejemplos son en enfermedades cardíacas o pulmonares, embarazos con factores de riesgo de parto prematuro, embarazos múltiples o anemia severa, entre otros.
Contar con las recomendaciones de un profesional de la salud es primordial. Este informará de cuáles son las señales de peligro ante las que se debe parar o limitar la actividad y consultar a un profesional.
Fuente: Hospital Clínic Barcelona.