Recomendaciones para un buen control de la diabetes en personas mayores

La diabetes es una enfermedad crónica que se genera cuando el páncreas no produce insulina o cuando no funciona de manera eficiente produciendo la insulina necesaria que requiere el cuerpo.

El atlas mundial de diabetes en su versión 2022 mostró que 537 millones de personas en el mundo viven con ella y que 6,7 millones de personas fallecieron a nivel global como causa directa de esta enfermedad en 2021.

En América del Sur y Centroamérica la proyección al 2030 alcanzará los 40 millones de personas y al 2045 se proyectan 49 millones de personas.

La situación para Chile no es mejor, ya que la prevalencia de la enfermedad al 2021 fue de 10,8% y se proyecta un 11,6% al 2030 y 12,6% al año 2045.

Existen tres tipos de diabetes:

Diabetes mellitus tipo 1, que es la más frecuente entre los niños y adolescentes, donde el páncreas deja de producir insulina.

Diabetes mellitus tipo 2, que es la más frecuente entre los adultos y está ligada a la obesidad o sobrepeso, la falta de actividad física y mala nutrición. En este caso, el cuerpo no puede utilizar eficazmente la insulina.

Diabetes gestacional, que es una complicación del embarazo que afecta al 10% de los embarazos a nivel mundial, aproximadamente.

Actualmente uno de cada 10 chilenos y chilenas padece esta enfermedad. Para María Eugenia Lobos, enfermera jefe de Acalis, “esta alta prevalencia está asociada al incremento en el peso, el sedentarismo y la mala alimentación”.

“La obesidad y el sobrepeso son los principales factores de riesgo asociados a la diabetes tipo 2, que afecta al 90-95%. Estamos yendo por un mal camino, lleno de malos hábitos, pero la buena noticia es que es posible de revertir. La clave está en adoptar una alimentación saludable y al menos 30 minutos de ejercicios diarios, lo que permitirá un buen control del peso y, por ende, un mejor funcionamiento del páncreas”, remarca.

Recomendaciones de cuidados

No consumir alimentos ni bebidas que contengan azúcar, porque produce alzas en los niveles de glucosa en la sangre, va dañando los órganos del cuerpo y en un largo plazo, genera complicaciones crónicas como la retinopatía diabética (ceguera), diálisis por insuficiencia renal, insuficiencia vascular periférica y problemas en la circulación que pueden llevar a la amputación de miembros inferiores.

A cualquier edad la actividad física siempre es bienvenida, porque hará que la insulina funcione de manera más efectiva para reducir la glucosa en la sangre.

Alimentación equilibrada. Se aconseja llenar la mitad del plato con verduras sin almidón, una cuarta parte del plato con proteínas y, en el último cuarto, colocar alimentos con carbohidratos. Todo esto acompañado por un vaso de agua.

Controles anuales. Se aconseja realizar una vez al año cita con un oftalmólogo para detectar si hay o no complicaciones en la visión, por una diabetes mal controlada. Una de ellas es conocida como Retinopatía Diabética (relacionada con la pérdida de visión progresiva), la que es detectada con un examen de fondo de ojo.

Nefropatía. En nuestro país la nefropatía diabética es la principal causa de enfermedad renal crónica, en pacientes que inician terapias de sustitución renal. Se diagnostica a través de un examen de orina, en donde se busca la presencia de proteinuria como marcador de daño renal y la determinación de la función renal.

Cuidado del Pie Diabético. Es la consecuencia de una descompensación sostenida de los valores de glicemia, que desencadenan alteraciones neuropáticas (pérdida de la sensibilidad), alteraciones Isquémicas (microangiopatías), alteraciones neuro-isquémicas y aumento de riesgo de sufrir infecciones, de lesiones y amputaciones.

Cuidado de las uñas. El corte debe ser recto, evitando cortarlas demasiado. En el caso de las personas mayores se aconseja recurrir a un experto en podología.

Usar calcetines adecuados. Que sean de hilo, algodón o lana sin costura. Realizar cambio diario de estos, velar porque que tengan elásticos suaves para mantener una buena circulación sanguínea.

Usar los zapatos adecuados y aconsejados por expertos. Deben ser de horma ancha, con suela gruesa, nunca puntudos ni con punteras, sin costuras interiores, de manera que los dedos y el pie descansen en su posición natural.

Tratamiento de heridas. Frente a un corte o herida es necesario lavarla con abundante agua, cubrirla y asistir a un centro de salud para un buen manejo.

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