La salud periodontal es fundamental para gozar de una buena salud bucal, como componente indispensable de la salud general, sin embargo, las enfermedades gingivales y periodontales junto a la caries dental son las enfermedades crónicas más prevalentes en la población mundial.
La boca humana contiene cientos de tipos de bacterias que, cuando se encuentran en equilibrio, actúan como un sistema natural de defensa; sin embargo, factores como el tabaco, el estrés, o una dieta o una higiene inadecuada pueden romper este equilibrio y permitir que las bacterias patógenas generen problemas en la salud oral.
La enfermedad periodontal es multifactorial y compleja, asociada a la placa bacteriana o bio-film. Aunque el bio-film es esencial para el inicio de la enfermedad periodontal, la mayoría de los procesos destructivos asociados con esta enfermedad se deben a una respuesta excesiva del hospedero a la acción bacteriana. Este proceso afecta el tejido de protección y/o soporte de uno o varios dientes y si no se trata, puede causar la pérdida dentaria, particularmente en adultos.
Durante los últimos años el desarrollo y uso de probióticos especialmente formulados, para la salud oral, presentes en el mercado chileno, ha ido ganando terreno como un valioso complemento para la prevención de enfermedades bucales.
Los probióticos se definen como microorganismos que, administrados en cantidades adecuadas, brindan un beneficio en la salud del huésped. El efecto del tratamiento con probióticos viene siendo estudiado extensamente en una diversidad de indicaciones sistémicas y desórdenes médicos. Recientemente existe un gran interés en el uso de probióticos para la salud oral.
Con el objetivo de realizar una actualización sobre este interesante tema se realizó el seminario virtual “La importancia de los probióticos para una buena salud bucal”, encuentro que contó con la presencia del especialista e investigador español, Eduardo Montero Solís, quien además forma parte del Board de la Federación Europea de Periodoncia. La actividad fue moderada por el Dr. Patricio Fuentes, parte del directorio de la Sociedad de Periodoncia de Chile
Durante el encuentro el especialista mostró evidencia científica y resultados de la utilidad de los probióticos en el cuidado de la salud oral, destacando específicamente la combinación de las cepas Lactobacillus plantarum, Lactobacillus brevis, Pediococcus acidilactici.
Publicaciones científicas recientes reafirman que la biopelícula bacteriana que se forma en los tejidos blandos y duros de la cavidad bucal es considerada el principal factor etiológico en la mayoría de las condiciones patológicas de la cavidad bucal. La acumulación de bacterias patógenas en el interior de la biopelícula genera cambios en la comunidad microbiana, provocando inflamación gingival.
“El cuerpo de evidencia científica va mostrando que las inflamaciones crónicas, sobre todo las enfermedades inflamatorias crónicas, se van a iniciar como consecuencia de un desbalance o de un cambio deletéreo en el balance del microbioma que normalmente es estable”, señala el Dr. Fuentes.
Según el especialista, a pesar de que el microbioma oral es considerado como uno de los más importantes, solo hace algunos años comenzaron a aparecer modelos que determinaron que el estado de la patología inflamatoria crónica, que resulta en la enfermedad periodontal, “se inicia con un cambio en la composición de este microbioma y que a partir de la respuesta inflamatoria que se pueda montar sobre él, va a generarse una disrupción de este microbioma que nos va a llevar a la emergencia polimicrobiana donde van a aparecer o sobrecrecer los patógenos periodontales”.
En la actualidad, las enfermedades bucodentales son un tema de gran relevancia e impacto en términos de salud pública. Estudios poblacionales a gran escala en niños, adolescentes, adultos y ancianos han informado de una prevalencia muy alta de gingivitis, que oscila entre el 50 y el 100%.
Por su parte, la periodontitis constituye la segunda causa de pérdida de dientes en todo el mundo y los estudios epidemiológicos realizados en América Central y del Sur han demostrado que la prevalencia de las formas más graves en estas poblaciones es bastante alta, superior al 30%.
“Si ascendemos a la epidemiología de estas enfermedades, por ejemplo, con las diferentes enfermedades que afectan al ser humano, la caries fue identificada como la enfermedad más prevalente en el ser humano y la enfermedad periodontal, en concreto las formas más avanzadas, fueron identificadas como la sexta enfermedad más prevalente”, señala el Dr. Eduardo Montero, agregando que “las patologías bucodentales son las más prevalentes en el ser humano, generando un impacto muy importante también en la calidad de vida de los pacientes”.
Según explica el investigador español, este tipo de enfermedades son denominadas multifactoriales y consideradas complejas.
“Todas estas enfermedades tienen complicaciones en la masticación, estética y fonética, que en muchos casos son provocados por las microbacterias que son las responsables de la enfermedad periodontal o la periodontitis. Estas patologías afectan la calidad de vida de nuestros pacientes. Por ejemplo, la periodontitis se ha asociado a más de 54 enfermedades sistémicas donde cabe destacar la asociación con la diabetes, enfermedades cardiovasculares, efectos adversos durante el embarazo o deterioros cognitivos como el Alzheimer”, señaló el Dr. Montero.
En lo que respecta a las enfermedades periodontales, un aspecto importante para el Dr. Montero es que existe una primera fase en la cual existe una cierta reversibilidad del proceso donde los probióticos pueden jugar un rol clave.
“Sabemos que cuando nos encontramos con esa primera etapa, una mera inflamación en los tejidos de soporte la encía, el proceso aún es reversible por completo y podemos volver a la situación de salud periodontal. Cuando ya nos encontramos con la periodontitis existe una pérdida de inserción que podemos detener y evitar su progresión, pero en la mayoría de los casos será irreparable”, apunta.
“Los responsables de la inflamación periodontal son las bacterias que forman parte del biofilm dental, lo que denominamos patógenos periodontales”, explica el investigador agregando que en los últimos 20 años el advenimiento de las técnicas de biología molecular ha permitido la identificación de las bacterias en base a su genoma.
A juicio del especialista, la nueva generación de secuenciación genética ha permitido establecer que en realidad el panorama de la microbiología de la periodontitis es muy complejo.
“En la cavidad oral nos encontramos con más de 700 especies bacterianas, es la zona del organismo donde tenemos la mayor diversidad bacteriana, no la zona donde tenemos más bacterias. Esto va a condicionar todo lo que respecta a las nuevas corrientes en el manejo de enfermedades periodontales y de las caries”, enfatiza.
La gingivitis y la periodontitis se consideran como un continuo de un mismo proceso inflamatorio. De hecho, la periodontitis crónica comienza como gingivitis, sin embargo, los procesos biológicos implicados en la progresión de la gingivitis a la periodontitis son difíciles de determinar, pero es probable que los elementos implicados en esa progresión estén vinculados con una disbiosis microbiana y crecimiento excesivo de bacterias patógenas.
Por otra lado, la periodontitis es causada por comunidades microbianas subgingivales complejas, que se encuentran en un estado disbiótico y algunas de las bacterias de la biopelícula subgingival que se han asociado a la enfermedad con una fuerte evidencia son la P. gingivalis, A. actinomycetemcomitans y T.forsythia.
La eliminación mecánica de la placa supragingival es la herramienta más eficaz para prevenir la gingivitis, pero la mayoría de las personas no controlan adecuadamente la acumulación de placa y la gingivitis sigue siendo prevalente. Para superar este obstáculo, los productos antimicrobianos en forma de dentífricos o enjuagues bucales se utilizan como coadyuvantes para reducir la placa y la gingivitis.
En el caso de la periodontitis el objetivo del tratamiento es el desbridamiento mecánico de la superficie radicular. Cuando los patógenos periodontales se reducen eficazmente después de la terapia y se establecen proporciones más altas de microorganismos compatibles con el hospedador, se logran mejoras en los parámetros clínicos. Sin embargo, el desbridamiento mecánico como única terapia no siempre es eficaz para mejorar los parámetros clínicos.
Esta situación ha implicado la introducción de antibióticos sistémicos como complemento del tratamiento mecánico, sin embargo, esta modalidad de tratamiento está asociada con la eliminación de toda la microflora, independientemente de su patogenicidad, y la aparición de resistencia. El cambio hacia una microbiota menos patógena es solo temporal con una recolonización frecuente de los sitios tratados con bacterias patógenas, por lo que el uso temporal de antibióticos a nivel local o sistémico, realmente no mejora el efecto a largo plazo de la terapia periodontal.
“Sabemos que los antibióticos son muy poco específicos para eliminar las bacterias o diferenciar las buenas de las malas. El uso masivo de antibióticos en odontología y otras especialidades ha dado lugar a que aparezcan resistencias cada vez más frecuentes”, detalla el Dr. Montero
Esta situación ha generado la necesidad de buscar nuevos esquemas de tratamiento en el manejo de la enfermedad periodontal, como por ejemplo el uso de probióticos.
“Lo primero que debemos tener en cuenta es que los probióticos no son todos iguales, ni siquiera aquellos probióticos que contengan la misma especie bacteriana van a ser iguales, porque lo importante es la acción específica de cada cepa, identificando su mecanismo de acción”, detalla el investigador.
El uso de probióticos en aplicaciones de cuidado bucal está ganando impulso, ya que existe una creciente evidencia de que el uso de algunas cepas probióticas como el Lactobacilus reuteri, puede brindar beneficios para la salud bucal. Por tanto, el proponer un tratamiento que involucre el tratamiento no quirúrgico más la ingesta de probióticos puede resultar en una mejor regulación de la placa bacteriana y contribuir así a un tratamiento periodontal exitoso, lo que también puede ejercer efectos sobre la modulación de la respuesta inmunológica del huésped.
Para que un probiótico represente utilidad, señaló el Dr. Montero, es necesario que las cepas sean capaces de sustituir a los gérmenes. Por eso es necesario que el probiótico presente actividad antagonista frente a los patógenos a reemplazar, así como una alta capacidad para colonizar la cavidad bucal.
En este mismo sentido, es fundamental que los probióticos muestren capacidad de adhesión a las superficies bucales, capacidad de crecimiento formando biopelículas y alta supervivencia en las condiciones del ambiente bucal.
Teniendo en cuenta los efectos beneficiosos de los probióticos, esta terapia podría servir como un complemento útil o una alternativa al tratamiento periodontal.
“Los probióticos orales pueden tener un rol en la prevención y el tratamiento de las enfermedades bucodentales asociadas al film dental como la caries, las enfermedades periodontales y peri-implantarias. Los probióticos pueden incrementar el número de bacterias beneficiosas, evitando cambios microbiológicos indeseables”, destacó agregando que es necesaria más investigación con estudios a largo plazo para evaluar el efecto positivo de los probióticos cuando se usan como coadyuvantes al raspado y alisado radicular en el tratamiento de la periodontitis.
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