Investigación sugiere relación entre la obesidad gestacional y el desarrollo de cáncer de intestino en hijos

Una embarazada con obesidad puede estar aumentando el riesgo de cáncer de intestino en sus hijos una vez llegados a la adultez, sugiere una nueva investigación que analizó a más de 18.000 parejas de madres e hijos, publicada en línea en la revista ‘Gut’.

Según se indica en el artículo, las condiciones en el vientre materno pueden ser factores de riesgo clave para la enfermedad y ayudan a explicar el aumento de las tasas de la enfermedad entre los adultos más jóvenes.

Los investigadores del Instituto de Salud Pública de Oakland (Estados Unidos) estudiaron a más de 18.000 parejas de madres e hijos de los Estudios de Salud y Desarrollo Infantil (CHDS) del Instituto de Salud Pública de Oakland (Estados Unidos), quienes se inscribieron entre 1959 y 1966. Para estudiar la obesidad durante el periodo de gestación se siguió la siguiente clasificación de IMC: bajo peso (menos de 18,5); sano (18,5-24,9); con sobrepeso (25- 29,9); y obeso (30 o más).

El aumento de peso se registró como la tasa de aumento de peso temprano, o los kilos ganados cada semana hasta las 32 semanas de embarazo inclusive; y el aumento de peso total, o la diferencia entre el último peso antes del parto y el registrado en la primera visita prenatal. El peso al nacer se clasificó como bajo si era igual o inferior a 2.000 g; medio si estaba entre 2.000 y 3.999 g; y alto si era superior. A continuación, se realizó un seguimiento de la descendencia durante 60 años, desde el nacimiento hasta 2019, mediante la vinculación con el Registro de Cáncer de California.

La mayoría de los 18.751 niños (48%) nacieron a principios de la década de 1960. Alrededor de un tercio (34%) eran minorías raciales/étnicas, y la mitad (52%) procedían de familias con ingresos anuales inferiores a la media nacional. Durante el periodo de seguimiento, 68 fueron diagnosticados de cáncer de intestino entre 1986 y 2017, cuando tenían entre 18 y 56 años. Cerca de la mitad (48,5%) fueron diagnosticados antes de los 50 años. Casi 1 de cada 5 tenía antecedentes familiares de cáncer de intestino.

En comparación con el bajo peso o el peso saludable, el sobrepeso y la obesidad se asociaron con más del doble de riesgo de cáncer de intestino en la descendencia. Las tasas de cáncer de intestino fueron de 16,2/100.000, 14,8/100.000 y 6,7/100.000 en la descendencia adulta de madres obesas, con sobrepeso y con bajo peso o peso saludable, respectivamente.

Mientras que el aumento de peso temprano no se asoció con el riesgo de cáncer de intestino, el aumento de peso total sí lo hizo, duplicando el riesgo por un aumento de 10,5-13 kilos. Sin embargo, una tasa elevada de aumento de peso precoz se asoció con una cuadruplicación del riesgo entre los hijos de madres cuyo aumento de peso total había sido bajo, pero no entre aquellos cuyo aumento de peso total había sido alto. El riesgo también era mayor entre aquellos cuyo peso al nacer era de 4.000 g o más, en comparación con los que estaban dentro de un rango de peso saludable al nacer.

Se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa. Sin embargo, los investigadores sugieren que «la relación bien establecida entre la obesidad y el cáncer colorrectal puede tener orígenes en períodos que comienzan antes del nacimiento».

Los nutrientes recibidos en el útero pueden alterar de forma permanente la estructura y la función del tejido adiposo (grasa), la regulación del apetito y el metabolismo, mientras que la exposición excesiva a la insulina y la hormona del crecimiento puede afectar a la sensibilidad a la insulina, explican.

«Nuestros resultados aportan pruebas convincentes de que los acontecimientos en el útero son importantes factores de riesgo de [cáncer colorrectal] y pueden contribuir al aumento de las tasas de incidencia en los adultos más jóvenes», escriben, y añaden: «También puede haber otras exposiciones aún desconocidas durante la gestación y los primeros años de vida que den lugar a esta enfermedad y que justifiquen más estudios».

«Dadas las tendencias de la población en cuanto a la obesidad materna, cuya prevalencia se ha multiplicado por casi seis desde la década de 1960, es posible que veamos una carga creciente de cáncer de intestino de aparición temprana en las próximas décadas», concluyen.

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