Las inyecciones de plasma rico en plaquetas no son mejores que el placebo para ayudar a reducir el dolor de rodilla en personas con osteoartritis de la articulación de la rodilla, según descubrió un ensayo clínico australiano dirigido por investigadores de la Universidad de Melbourne, la Universidad de Sydney y la Universidad de Monash.
La artritis de la rodilla afecta a más de dos millones de australianos y las inyecciones de plasma rico en plaquetas se han convertido en los últimos años en una forma popular de tratamiento para las articulaciones dolorosas. El plasma rico en plaquetas utiliza una concentración de las propias plaquetas del paciente inyectadas directamente en la articulación con el objetivo de ayudar a aliviar el dolor a largo plazo y mejorar el cartílago articular.
La investigación, publicada en el Journal of the American Medical Association, comparó una serie de inyecciones de plasma rico en plaquetas cada tres semanas con inyecciones de solución salina cada tres semanas, que actuaron como placebo para el estudio.
Los participantes y los médicos que inyectaron no sabían si había plasma rico en plaquetas o solución salina en la jeringa durante las inyecciones. Se realizó un seguimiento de los niveles de dolor y la salud del cartílago de los participantes durante 12 meses.
Los investigadores encontraron que, si bien los participantes que recibieron inyecciones de plasma rico en plaquetas tuvieron una mejoría significativa en su dolor de rodilla durante 12 meses, el nivel de mejoría fue igualado por los del grupo de placebo. No se identificaron diferencias en las imágenes de resonancia magnética en ambos grupos.
«Realizamos el estudio porque actualmente hay evidencia limitada de alta calidad sobre si las inyecciones de plasma rico en plaquetas tienen beneficios para las personas con osteoartritis de rodilla dolorosa. Nuestros resultados no apoyan el uso de plasma rico en plaquetas para personas con osteoartritis de rodilla», dijo el investigador principal de la Universidad de Melbourne, el profesor Kim Bennell.
El profesor Bennell aconseja a las personas con osteoartritis de rodilla que utilicen tratamientos como el ejercicio y, si están por encima de un rango de peso saludable, la pérdida de peso para ayudar a controlar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
El autor colaborador, el profesor David Hunter, de la Universidad de Sydney, dijo que la osteoartritis (OA) es una enfermedad común e incapacitante.
«El dolor en la OA es una necesidad sustancial insatisfecha, por lo que se necesita con urgencia identificar nuevas terapias capaces de mejorar los síntomas y la estructura. Desafortunadamente, el tratamiento particular probado en este estudio, el PRP, aunque se usa ampliamente y generalmente es costoso, parece ser ineficaz en comparación con un comparador inerte», enfatizó.
Doscientas ochenta y ocho personas con osteoartritis de rodilla leve a moderada participaron en el estudio RESTORE, realizado tanto en Melbourne como en Sydney, con financiación del Consejo Nacional de Investigación Médica y de Salud.
