Evidencia científica reafirma que la glucosamina y el condroitin, dos suplementos ampliamente utilizados y comercializados como regeneradores de cartílago, no tienen mayores efectos en el tratamiento de la osteoartritis.
La osteoartritis (OA) es una de las enfermedades más antiguas y comunes entre los seres humanos. Cuandouna persona sufre de osteoartritis, el cartílago de las articulaciones desgasta, lo que puede causar dolor y rigidez en las articulaciones.
Múltiples afecciones pueden causar osteoartritis como el exceso de peso, alguna lesión en una articulación; debilidad muscular; daños en los nervios que suplen la zona de las articulaciones; la enfermedad del sinovio e incluso factores hereditarios.
La osteoartritis puede afectar cualquier articulación y es dolorosa en casi todos los casos, pues los cartílagos amortiguadores entre los huesos se desgastan. Buscando alivio, miles de personas prueban nuevas terapias y suplementos dietéticos, como la glucosamina y el sulfato de condroitina, dos elementos que se han vuelto ampliamente populares.
El tratamiento farmacólogico de la artrosis se basa en analgésicos (paracetamol, aspirina) y antiinflamatorios no esteroidales (diclofenaco, ibuprofeno, coxibs), aunque es conocido que estos productos no combaten realmente la artrosis sino sus síntomas. Por otra parte, se han intentado tratamientos alternativos entre los que destaca la glucosamina que se presenta en diversos preparados.
La glucosamina se suele administrar en forma de sales, como cloruro o sulfato, de las cuales la segunda es la más común y también se han probado otros compuestos como el condroitín sulfafto.
El uso de la glucosamina y el sulfato de condroitina en el tratamiento de la osteoartritis se fue haciendo cada vez más popular, pues además de sus pocos efectos secundarios, en estudios se concluía que entregaban alivio del dolor en el paciente por sus efectos antiinflamatorios. Quienes consumen este tipo de suplementos lo hacen con la esperanza de aliviar el dolor causado por la osteoartritis e incluso esperando que se repare o regenere el cartílago articular dañado.
Evidencia científica
La información publicada reportando resultados del tratamiento de la artrosis con glucosamina se remonta a 40 años atrás. Desde entonces a la fecha, muchos trabajos y ensayos clínicos se han realizado para indagar sobre el posible efecto de la glucosamina. La cantidad de artículos publicados sobre el tema es enorme, siendo sin duda éste uno de los productos más ensayados en este campo, y quizá el que más resultados contradictorios ha producido.
Como antecedente, al buscar en la base de datos bibliográficos de Internet PubMed, la palabra “glucosamine” genera 1.580 referencias, muchas de las cuales –quizás la mayoría- reportan resultados positivos, aunque también hay un número importante de artículos que desmienten esos resultados.
Si bien algunos estudios apoyan la tesis de que la glucosamina contribuye a mejorar el dolor en pacientes con osterartrosis, en la literatura no existen pruebas contundentes que demuestren que estas sustancias, tomadas de manera individual o en combinación, demorarán realmente el proceso degenerativo o restaurarán los cartílagos en las articulaciones artríticas, pues todos los estudios realizados hasta la fecha han sido cortos y se han concentrado en el alivio del dolor.
Se mantiene todavía el debate sobre la efectividad de la glucosamina como tratamiento sintomático o modificador de la enfermedad en la artrosis, aunque la balanza parece inclinarse a desacreditar la premisa. La evidencia científica actual sugiere que tanto la glucosamina como el sulfato de condroitina tienen una modesta eficacia en el tratamiento de los síntomas de la Artrosis.
Un aporte importante en la discusión fue la conclusión a la que llegaron los investigadores del GAIT (Glucosamiente/chondroitin Arthritis Intervention Trial), estudio considerado como uno de los más importantes por su carácter multicéntrico y realizado en 1.583 pacientes. Los resultados del ensayo fueron publicados en 2006 por el New England Journal of Medicine y entre sus conclusiones destaca que entre los participantes, el uso de glucosamina y condroitin sulfato no significó un alivio del dolor mayor que el entregado por placebo.
En la misma línea, un ensayo clínico publicado por Annals of Internal Medicine en 2008 y realizado en 222 pacientes con artrosis de cadera, reveló que la glucosamina no es más eficaz que placebo, pues tras dos años de tratamiento no se observaron diferencias significativas en la puntuación del dolor ni de la capacidad funcional, ni tampoco en la distancia del espacio interarticular, entre los tratados con sulfato de glucosamina (1.500 mg al día) y los del grupo placebo. Aunque estos preparados son frecuentemente utilizados en pacientes con artrosis, los autores concluyen que la glucosamina no mejora los síntomas ni la progresión radiológica de la artrosis de cadera.
Otro estudio publicado en el New England Journal of Medicine, Estudio Glucosamine, chondroitin sulfate, and the two in combination for painful knee osteoarthritis (Glucosamina, condroitin sulfato y los dos en combinación para la osteoartritis dolorosa de rodilla), determinó que tanto la glucosamina como el condroitin sulfato, solos o combinados, no reducían efectivamente el dolor en grupo de pacientes con osteoartritis de rodilla.
El peso de la evidencia científica queda aún más de manifiesto en una revisión publicada en 2007 por Annals of Internal Medicine, encabezada por Stephan Reichenback, donde se realizó un metaanálisis del rol de condroitin para la osteoartritis de rodilla o cadera. El trabajo se basó en los resultados de otros metaanálisis previos (cuestionados por su calidad y diseño) que describían moderados a importantes beneficios al usar condroitin en pacientes con osteoartritis, conclusiones que según el grupo de Reichenback, no era concordante con ensayos recientes de gran escala.
El trabajo incluyó un total de 20 ensayos y 3846 pacientes. Tras analizar las distintas variables, el grupo concluyó que estudios de gran escala y metodológicamente controlados indicaban que el beneficio sintomático del condroitin es mínimo o inexistente, por lo tanto recomiendan desalentar el uso del condroitin en la práctica clínica rutinaria.
Y aunque tanto la glucosamina como el condroitin sulfato tienen pocos efectos secundarios y podrían aportar en el tratamiento de esta enfermedad en los grupos de pacientes con dolor moderado o incipiente, la evidencia científica va en sentido contrario. Muchos especialistas coinciden en la necesidad de realizar mayores estudios, pero de carácter independiente y no patrocinados por los laboratorios que producen estos productos para confirmar los estudios descritos, ya que según demostró un estudio publicado por Lammi et al., de la Universidad de Kuopio (Finlandia) en Biochimica et Biophysica Acta, la glucosamina libre, ni sus derivados, aún en el caso de que alcancen el cartílago, no pueden producir ningún efecto.