Trabajo en equipo y calidad técnica: Aspectos claves para el desarrollo de la cardiología del sector privado en Concepción

Las enfermedades cardiovasculares, su tratamiento y prevención son un tema relevante en el país. Tras un gran desarrollo en el sector público en Concepción, la cardiología y la cirugía cardiovascular también han tenido un importante empuje y crecimiento en el área privada. El doctor Reinaldo Venegas, cardiólogo y jefe de la Unidad de Hemodinamia de Clínica Biobío conversó con Ciencia y Salud sobre cómo ha sido la evolución de esta especialidad en Concepción tanto a nivel público como privado y en qué estado se encuentra actualmente.

Doctor, ¿cómo ha sido la evolución de la cardiología y la cirugía cardiaca en Concepción tanto desde el punto de vista del sector público como el privado?

En el sector privado, hace muchos años que se desarrollaron en Concepción programas de cardiología orientados a la parte no invasiva.  Después, en la década de 1980 el Hospital del Trabajador inicia un programa de cirugía cardiaca, el cual finalmente se debe discontinuar y en 1993-1994 el Sanatorio Alemán inicia su programa de hemodinamia que ha sido bastante exitoso, haciendo también un intento por lograr cirugía cardiaca sin éxito hace algunos años. Esto hizo que en Concepción existiera bastante asimetría entre lo que hace el sector público y el privado.

¿Cómo fue el desarrollo del sector público?

Por ejemplo hoy en día ya van cerca de cuatro mil cirugías cardiacas, en hemodinamia se hacen alrededor de 1500 procedimientos al año, está muy bien desarrollada la electrofisiología y la cirugía vascular, en definitiva en la parte pública las prestaciones están bastante completas.

¿Cuáles fueron a su juicio los pilares para este exitoso desarrollo?

En la cardiología en el sistema público se genera un hito el año 2005 producto del desarrollo del Plan Auge, lo que genera una gran inversión. Se forma una unidad coronaria, se compra un equipo nuevo de angiografía, el doctor Eduardo Lecannelier asume la jefatura de este centro regional y cardiología de alguna forma se pone los “pantalones largos” en el Hospital Regional, en términos de contar con una estructura más organizada y dirigida por cardiólogos. Se logró generar una unidad independiente que permite administrar mucho mejor los recursos y la gente.

¿Y cómo ha sido el proceso en el sector privado para ir igualando estos resultados?

Por ejemplo acá en la Clínica Bíobío lo que hicimos fue juntar un grupo de médicos jóvenes, además amigos, con algunas personas de más experiencia como el doctor Eduardo Lecannelier, que es el jefe del Hospital Regional, armamos un equipo muy afiatado entre cirujanos cardiacos, cirujanos vasculares y cardiólogos. Con eso logramos en agosto de 2009 iniciar la Unidad de Hemodinamia que termina durante el primer año realizando casi 400 procedimientos, cifra que fue mucho más de lo esperado. En mayo de 2010 empieza el programa de cirugía cardiaca donde se han operado alrededor de 45 enfermos a la fecha, lo cual es algo que no se había hecho nunca en el sistema privado en Concepción y ha sido muy exitoso. Además se han desarrollado cirugías combinadas en forma simultánea, cardiacas y vasculares en enfermedades de aorta y carótidas, algo que también fue inédito en la zona y ha tenido muy buenos resultados.

Cuáles han sido a su juicio las claves para dar estos pasos y lograr este desarrollo

Ha habido claves humanas, técnicas y administrativas. En lo humano, por primera vez en Concepción se junta un grupo de personas muy afín en la especialidad y con un objetivo en común que es brindar un servicio de excelencia. Años atrás y también en la actualidad, ha habido médicos de altísimo prestigio, pero que no han sido capaces de aglutinar a la gente y formar grandes equipos. En segundo lugar se da el tema técnico donde coincide una generación de médicos que en forma paralela van desarrollándose como especialistas en cirugía cardiaca, cirugía vascular y cardiología, todos con estadías en el extranjero y todos entre los 38 y 42 años, formados en el espíritu del trabajo en equipo.

¿Cuál ha sido el enfoque desde lo administrativo y organizativo?

En el caso puntual de la clínica, se logra a través de Hemodinamia gestionar convenios catastróficos con prácticamente todas las isapres lo cual te pone dentro de una red de prestadores y eso es clave. Las patologías de nuestra especialidad son todas de un gran impacto personal para el paciente, además de social, laboral y económico, entonces esta modalidad permite que tanto el paciente como la isapre funcionen con valores conocidos en términos de gastos y eso facilita mucho las cosas.

En términos comparativos, ¿cómo se encuentran actualmente en relación a lo que se hace en el sistema público?

En este minuto, en lo que es pabellón de hemodinamia, estamos haciendo lo mismo que en el hospital, brindamos prácticamente todas las prestaciones: se han instalado dispositivos, en la parte de arritmia se han puesto desfibriladores, se hacen estudios electrofisiológicos y ablaciones. Además en cirugía cardiaca se han hecho procedimientos en pacientes de más de 85 años, en resumen, lo mismo que se está haciendo en el sistema público se hace en el sistema privado. Esa misma experiencia la hemos tratado de implementar aquí en la Clínica Bíobío. Nos ha ido bien, pero creemos que podemos crecer todavía mucho más tanto administrativamente como también en la parte médica.

¿Cuáles son las patologías más prevalentes qué les toca atender?

La patología grave más prevalente es lejos la enfermedad coronaria, al igual que en todo el país y en todo el mundo. Nosotros acá lo que más hacemos son intervenciones coronarias, infartos al miocardio, anginas, pero además tenemos un muy buen desarrollo en todo lo relacionado con arritmias, contamos con dos electrofisiólogos que además son del Hospital Regional. Aquí está muy involucrada la gente del Hospital Regional, esa es como nuestra casa matriz. Además hacemos un trabajo importante con la Universidad de Concepción porque muchos de nosotros tenemos cargos universitarios en docencia de pregrado y postgrado.

¿Cuáles son los planes que tienen de desarrollo a futuro en la clínica?

En el corto y mediano plazo la idea nuestra es poder tener ojalá una unidad física independiente de cardiología al interior de la clínica, contar con un ala que sea cardiovascular y que tenga una unidad intermedia cardiológica ojalá con más residencia, porque muchos de nosotros trabajamos también en el sistema público, lo que hace que se tenga que dividir el tiempo. A futuro pretendemos contar con un sistema de turnos que permita cubrir mejor ambas áreas, incorporando más gente.

Y en términos técnicos, cuáles son sus proyecciones a corto plazo

En términos técnicos vamos a trabajar en la línea de dispositivos de asistencia ventricular. Uno de nuestros colegas cardiocirujano hizo una especialización en este tema y si están los recursos de parte de las isapres, se podría disponer de este equipamiento. Una línea que falta en Concepción es la insuficiencia cardiaca y hay un colega que está estudiando y formándose en esta área para que sea un polo de desarrollo. Por ejemplo en el área de las  válvulas percutáneas, que en Santiago se han puesto un par, nuestro grupo está inserto en un grupo nacional de capacitación de para ver si en uno o dos años podemos hacer estos procedimientos en Concepción.

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