No cabe duda que la sociedad ha ido cambiando y también lo ha hecho la práctica médica, muchas veces cruzada por el marketing y por criterios economicistas. En entrevista con Ciencia y Salud el doctor Sergio Morales, oftalmólogo, repasa algunas consideraciones éticas de la profesión y revisa cuál es el estado actual de la relación entre la medicina, el marketing y la sociedad de consumo.
Doctor, ¿cómo se compatibiliza o se equilibra la relación entre la medicina y el marketing actualmente desde un punto de vista ético?
Frente a cualquier difusión pública, ya sea prensa escrita, radio o televisión, la medicina y la ética médica ha pretendido siempre hacer una instrucción al paciente para liberarlo de falsos temores, evitar que la mitología que existe sobre ciertas patologías o procedimientos incrementen el miedo del paciente que tiene que someterse a una cirugía.
La difusión en medicina está aceptada éticamente para hacer promoción de la salud, para evitar falsos temores y para lograr que los pacientes tiendan a un autocuidado responsable, para explicar por ejemplo la existencia de enfermedades poco sintomáticas como el glaucoma, etc. Además sirve para explicar que las expectativas que ofrece la tecnología moderna son razonables para aliviar el sufrimiento de las personas.
En este sentido cómo evalúa usted el estado actual de esta difusión
La difusión de la medicina en pos del paciente se ha distorsionado por los propósitos del marketing. Con frecuencia uno ve publicaciones pseudocientíficas que muestran avances que no están respaldados en la evidencia médica científica, ni han sido publicados en revistas importantes. Uno puede escuchar o ver promoción de cirugías de presbicia que no tienen respaldo en la evidencia médica, o bien se habla de técnicas quirúrgicas sin mencionar nunca complicaciones. Lo cierto es que una cirugía se puede complicar, puede haber infecciones o tener otros problemas y lo razonable es que uno le expresa al paciente la posibilidad de una cirugía, le señale también los riesgos. En términos de marketing uno incluso podría hablar de publicidad engañosa cuando no se habla de los riesgos de un procedimiento.
La sociedad moderna, demandante de servicios ha creado una serie de sufrimientos que no son tales desde la perspectiva real. En lo personal creo que no es ningún sufrimiento tener que usar lentes, no es cierto que el uso de lentes sea un estigma para todo el mundo como muchas veces se presenta. La publicidad distorsiona estas realidades.
¿Qué rol le cabe al médico en este contexto que usted describe?
Diría que el médico es un factor pequeño dentro de toda la industria de la medicina, en esto también contribuyen las empresas ligadas. Por ejemplo uno escucha que en los medios se ofrece la mejoría para la artrosis, pero esto es algo que no existe en la medicina actual, se ofrecen medicamentos de forma libre sin que haya una indicación del médico y esto también es complicado porque todos los fármacos, incluso el más sencillo, tienen riesgos y efectos adversos.
En la medida en que la sociedad de consumo adquiere el marketing como una herramienta para aumentar las ventas, se ha ido olvidando el propósito básico que tiene la medicina y que debiesen tener toda la industria relacionada: el alivio del sufrimiento y la ayuda a las personas, no la venta de productos. El quehacer médico debe ser de servicio por definición.
Cómo se puede cautelar esta visión ética que usted plantea
En el pasado esta visión se ha cautelado. Debemos poner en un lugar más alto la ética médica. Suponer que los colegios profesionales tienen solo intereses corporativos y no pueden resolver aspectos éticos, es un desprecio a las fuerzas de la sociedad. La tuición ética de los colegios profesionales es algo muy valioso para la sociedad porque no hay ningún juez que pueda adquirir el conocimiento suficiente como para decir si un profesional actuó de acuerdo a sus posibilidades. La justicia no es capaz de vigilar a cada profesional, pero los pares sí somos capaces, podemos determinar quiénes trabajan respetando los derechos de los pacientes y quiénes no lo hacen.
Cómo cree que se desarrolla la formación ética en la actualidad considerando el aumento explosivo de centros formadores de médicos
La formación ética no es algo que parta en la universidad. Parte a nivel del hogar y esto probablemente se ha debilitado porque actualmente ambos padres tienen que trabajar, algo que no pasaba en la sociedad antigua hace 40 años. Las universidades no son suficientes para modificar un estilo de vida o de conducta, antes sí lo eran porque tenían un componente ético importante en la formación, existía otro tipo de conciencia social. Actualmente hay un individualismo que hace que una institución sea indiferente a lo que pasa en la sociedad, incluso hay algunas que forman personas en áreas donde luego no tendrán trabajo y esto es algo que debe ser cambiado, no tiene sustentabilidad en el largo plazo.
¿Cómo se hace cargo del aspecto ético la especialidad que usted ejerce?
En la Sociedad Chilena de Oftalmología tenemos desde hace muchos años un Curso de Ética, además el Curso de Formación de Oftalmólogos tiene parámetros muy exigentes, de hecho los nuevos especialistas egresan a través de un examen internacional en el cual Chile tiene, gracias al esfuerzo de muchas personas, los estándares más altos de América incluyendo Norteamérica.
¿Cómo desarrolla usted profesionalmente estos temas de ética?
No existe, aparte de la lectura y de la cultura que puede adquirir cada persona de manera autodidacta, una escuela de ética formal y mucho menos una escuela de ética oftalmológica. Creo que lo poco que puedo decir de ética lo he aprendido a través de lo que hace la Organización Panamericana y la Academia Americana de Oftalmología. En los meetings anuales de la Academia existen cursos de ética donde se discuten los temas relevantes para lograr hacer un código que sea común para todos. Parte de la ética uno la adquiere en el hogar, yo vengo de una familia de médicos y desde ahí uno tiene claro el propósito de lo que te han enseñado tus padres y familiares.
Cuáles son los aspectos más relevantes a los que hay que prestar atención para revertir o al menos equilibrar este panorama
La sociedad tiene que recuperar su carácter de sociedad, que debe ser integrador y no disociador como tiende a ser esta sociedad de libre mercado que es individualista y egoísta, donde todo lo que es generosidad y solidaridad está en decadencia.