Revista ‘Nature’ elige a las diez personas que marcaron la ciencia en 2020

La revista Nature publicó su lista anual de las personas que, de diferentes formas, han participado en los descubrimientos e hitos científicos de 2020.

Como era de esperar, la mayor parte de los protagonistas de este año han contribuido a la lucha contra la pandemia del Covid-19, que ya se ha cobrado más de 1,5 millones de vidas en el mundo y ha provocado esfuerzos sin precedentes para combatirla.

Entre los logros reconocidos por la prestigiosa publicación científica, se encuentran la secuenciación del nuevo coronavirus o la búsqueda rápida y exitosa de una vacuna.

«En un año en el que la Covid-19 ha afectado a todo el mundo, hemos seleccionado a las personas que han formado parte en algunos de los principales acontecimientos científicos de 2020», señaló Rich Monastersky, jefe de redacción de la revista. Entre ellas destacó Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en EEUU, quien ha sido la cara más visible de la respuesta del gobierno federal al coronavirus, «proporcionando información fiable a una población preocupada», según Nature.

La revista también reivindicó el papel de otro de los objetivos habituales de los ataques de Donald Trump, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus. La publicación enfatizó en la capacidad del mandatario etíope de «movilizar a los países para responder a la amenaza del nuevo coronavirus, mientras hacía frente a las intensas críticas contra la organización por la gestión de la crisis».

Fuera del ámbito estrictamente científico se alabó el rol de la primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, por sus acciones «rápidas y decisivas, que mantuvieron a su país relativamente a salvo del coronavirus, guardando al mismo tiempo la confianza de los ciudadanos». La exitosa gestión de la pandemia, centrada en el cierre de fronteras y la aplicación de cuarentenas, logró eliminar dos olas de Covid-19 en la isla austral y fue refrendada por la población neozelandesa en las últimas elecciones. «En conjunto, las historias de estas diez personas iluminan algunos de los mayores desafíos científicos y sociales a los que se ha enfrentado el mundo», resumió Monastersky.

Las otras caras de la pandemia

La revista también reconoció el trabajo de dos científicos chinos durante las primeras semanas de la pandemia. La epidemióloga Li Lanjuan identificó rápidamente la gravedad del brote en Wuhan «y convenció al gobierno central de que cerrara la ciudad antes de un día festivo nacional, lo que ayudó a frenar la propagación». Experta en enfermedades infecciosas, Lanjuan ya participó en la prevención contra el SARS en 2003 y ahora se ha convertido en una de las figuras centrales de la lucha contra la actual pandemia en su país; se trasladó a Wuhan a principios de enero y permaneció allí hasta que la transmisión pudo al fin controlarse. La otra personalidad clave es la del virólogo Zhang Yongzhen, cuyo equipo fue el primero en descifrar la secuencia de ARN del virus -apenas diez días después de que se notificasen los primeros casos- y que se esforzó para lograr el acceso mundial a la información a través del foro de debate virological.org.

También se destacó el esfuerzo para lograr una vacuna a través de Kathrin Jansen, responsable de investigación y desarrollo en Pfizer. Jansen dirige un equipo «que ha dado esperanzas al mundo al acelerar el desarrollo de una vacuna a través de ensayos clínicos en un tiempo récord de 210 días». En esta misma línea, se alabó la estrategia de testeo, rastreo y seguimiento que ha permitido a países como Uruguay registrar unos datos de mortalidad muy inferiores a los de sus vecinos. El virólogo Gonzalo Moratorio y sus compañeros fueron claves en este sentido, mediante «la elaboración de pruebas de diagnóstico que ayudaron a su país a evitar un torrente de infecciones y muertes».

Activismo social, ciencia climática y lucha contra el dengue

La lista señala algunos de los desafíos que debe afrontar la comunidad científica de cara al futuro. Por eso incluye a la cosmóloga estadounidense Chanda Prescod-Weinstein, por sus esfuerzos en «la concienciación del racismo sistémico en las instituciones científicas contra los negros, después de que George Floyd fuera asesinado por la policía de Minneapolis». Experta en ámbitos como la astrofísica de partículas, el estudio del universo primitivo y la gravedad cuántica, Prescod-Weinstein también se ha convertido en los últimos años en una figura destacada por su activismo y por la denuncia de sesgos como el «empirismo blanco» que predomina a día de hoy en la comunidad científica.

Aunque la ciencia climática ha quedado eclipsada por otras disciplinas, también está presente la alemana Verena Mohaupt, jefa de logística de la expedición MOSAiC (Observatorio Multidisciplinario a la Deriva del Estudio del Clima del Ártico). Es una forma de reconocer la misión internacional que ha contado con 300 investigadores que se embarcaron en el rompehielos Polarstern durante todo el año, incluidos los meses más duros del invierno polar. Como responsable de logística, Mohaupt ha sido la encargada de mantenerlos «a salvo de los osos polares, del frío extremo y de ellos mismos mientras su barco estaba atrapado en el hielo marino durante un año».

La revista no ha querido olvidar tampoco la lucha contra otras enfermedades infecciosas incluyendo a la investigadora indonesia Adi Utarini, que dirigió este año un ensayo pionero contra las infecciones por dengue, utilizando mosquitos especialmente seleccionados para bloquear la transmisión del virus responsable de esta enfermedad.

 

 

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