El ajedrez lejos de ser un deporte de elite y competitivo, es hoy utilizado como una herramienta para el desarrollo cognitivo de diferentes grupos de personas en riesgo social, de tercera edad y con déficit atencional.
Juan Antonio Montero, psicólogo español, encontró entre las casillas blancas y negras una herramienta para tratar problemas cognitivos y emocionales. Junto al Club de Ajedrez Magic Extremadura, insertaron una propuesta de ajedrez social y terapéutico, con el cual adquieren un compromiso social, llevando este deporte a la integración de distintos colectivos vulnerables.
“Esto significa, básicamente, utilizar el ajedrez como una herramienta y no un fin en sí mismo, ya que habitualmente el ajedrez está asociado al tema deportivo y competitivo y nosotros estamos enfocándolo más bien como una herramienta en el ámbito de la inclusión y el entrenamiento cognitivo”, explica Alberto Paredes Ortiz, psicólogo y director ejecutivo de Fundación Chilena de Ajedrez Social y Terapéutico.
Dado a su profesión y afición por el ajedrez, Alberto intrigado por el trabajo que Juan Antonio Monter estaba desarrollando en España, tomó uno de los cursos a distancia que el Club de Ajedrez Magic Extremadura Deportivo Social tiene disponible para transmitir cómo utilizar el ajedrez para tratar distintas problemáticas sociales y trastornos de la sociedad.
En 2017 se concretó la formación de la Fundación Chilena de Ajedrez Social y Terapéutico, pionera en el país y en América Latina. Todo lo aprendido se volcó en proyectos dirigidos a personas de tercera edad, niños y adultos con discapacidad visual, personas con adicciones y otros. Hasta la fecha tienen múltiples colaboraciones con distintas organizaciones, entre ellos, Fundación Techo, Fundación Teletón, los Hospitales Sótero del Río y del Pino y la Universidad Católica y la de Valparaíso.
La práctica del ajedrez permite una mejora cognitiva. Es decir, mejorar el nivel de atención, la memoria y el razonamiento de las funciones ejecutivas. “Nosotros lo hemos ido aprendiendo y adaptando el ajedrez social y terapéutico aquí en Chile”, comenta Alberto. En enfermedades como el alzhéimer, está demostrado que el ajedrez permite contribuir a enlentecer y contener el avance de la pérdida cognitiva en casos leves y moderados.
Los grupos de trabajo que ha definido la fundación son: adulto mayor, discapacidad, salud mental, educación, infancia y personas en riesgo social. Las distintas actividades han tenido importantes resultados, permitiendo que las alianzas y programas de trabajo se mantengan y expandan.
Una de las ventajas de esta terapia es que no requiere que los monitores, docentes y participantes sean expertos a nivel deportivo. “Nuestro foco es el entrenamiento cognitivo y en ese sentido el abanico de población que se puede intervenir o trabajar basado en ajedrez es tremendamente amplio”, asegura.
Respecto a la difusión del quehacer de la fundación y de la mirada social y terapéutica del ajedrez, durante los meses de pandemia emitieron un programa de radio llama “Estación Ajedrez”, por la seña online de la radio “360 Radio Chile” y de Spotify, que contó con 19 capítulos.
Dado los distintos colectivos con los cuales la fundación trabaja, esperan durante este 2021 levantar una nueva iniciativa con una mirada intergeneracional. “Esperamos crear un espacio de encuentro a través del ajedrez que reúna a distintos grupos de poblaciones y generaciones que permita un espacio de encuentro y socialización que no se realiza habitualmente”, detalla su director ejecutivo.
“Queremos que el ajedrez se transforme en una herramienta lúdica, que sea un juego que se visualice de esa manera porque en Chile, lamentablemente, el ajedrez tiene mala fama al ser considera para los inteligentes, que es fome, difícil o aburrido. Pero la verdad es que la evidencia internacional indica todo lo contrario. Hay metodologías que son completamente lúdicas y aprender a jugar es algo relativamente sencillo. El ajedrez tiene la gracia de que permite que todos podamos disfrutar sin mayor distinción ni diferencia de ningún tipo”, argumenta Alberto.
Además de integrar el ajedrez como instrumento social y terapéutico, la fundación tiene otro importante objetivo respecto a la práctica de este deporte. “Nuestra expectativa de intervención es que el ajedrez se transforme en una herramienta de encuentro y de vínculo al interior del hogar, más allá de lo que pueda ocurrir en el centro educativo o de la corporación. Queremos que se transforme en una herramienta para que los padres o apoderados puedan jugar, compartir y vincularse con los chicos más allá de algo formal, transformándose en una alternativa de ocio y de compartir en familia”, concluye.