Pérdida auditiva: el 50% de las sorderas es producido por la exposición a altos decibeles

Cerca de 450 millones de personas sufren de pérdida de audición discapacitante y 34 millones corresponden a niños, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las causas de esta pueden ser genéticas, por envejecimiento o la exposición a ruidos fuertes.

El 50% de las sorderas tienen origen genético producto de la alteración de algún gen, mientras que el otro 50% son de origen ambiental debido a la exposición de sonidos intensos sobre los 80 decibeles. Esta exposición daña de manera irreversible el oído interno y sus células sensitivas, encargadas de recibir los estímulos sonoros.

La doctora en Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, Ana Belén Elgoyhen, es investigadora principal del Laboratorio de Fisiología y Genética de la Audición, donde ha desarrollado trabajos respecto al oído, sus células y la genética auditiva para comprender cómo funciona el órgano, cuáles son las bases genéticas de su funcionamiento y entender las alteraciones que llevan a problemas de audición hipoacusia, sordera o aparición de sonidos fantasmas.

“El daño auditivo depende de la intensidad del sonido y el tiempo al cual estamos expuestos” manifestó la académica con relación al uso de audífonos a alto volumen y el aumento en la aparición de problemas de esta índole en jóvenes. La académica expuso que es importante educar a la población sobre las consecuencias de estos aparatos auditivos “hay que mitigar, prevenir y no estar expuesto a sonidos intensos”.

La ciencia está buscando formas de regenerar las células auditivas. Al respecto, Elgoyhen detalló que “hay distintas moléculas que se están investigando y que tienen distintos efectos terapéuticos. Nosotros estamos buscando moléculas o drogas que intervengan con un sistema que está dentro del oído que son neuronas que descienden desde el cerebro, hacen contacto con las células ciliadas y activan el sistema protegiendo esas células del daño acústico”

Como ejemplo de los estudios que se están desarrollando para prevenir el traumatismo acústico. “El Departamento de Defensa de estados Unidos está buscando drogas y compuestos que previenen el trauma acústico”, dado los casos de los veteranos de guerra de Estados Unidos que sufrieron traumas auditivos por explosiones de bombas.

La científica fue parte del Congreso Futuro 2021, participando del panel “La Ciencia en boca de todos”. Su charla titulada “La ciencia no es cara, cara es la ignorancia”, se centró en cómo la ciencia ha trabajado durante la pandemia, destacando que “la ciencia no debe dejar de estar en boca de todos y los gobiernos deben invertir constante y sonante en ciencias y tecnologías para enfrentar otras pandemias a futuro, retener a los científicos en los países y dejar de importarlas”.

Finalizó su presentación reflexionando sobre la participación de mujeres en las ciencias. “Es necesario seguir con la lucha de la visibilización de las mujeres en todas las áreas de la vida cotidiana y en los trabajos”, concluyó.

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