El cuadro clínico de la COVID-19 en varios órganos diana se ha estudiado y descrito ampliamente, pero se sabe relativamente poco sobre las características de la afectación de la cavidad oral. Un nuevo estudio publicado en la revista ‘Journal of Dental Research’ ha investigado la presencia y la prevalencia de las manifestaciones orales en los supervivientes de COVID-19.
Los investigadores de la Università Vita Salute San Raffaele de Milán (Italia) perfilaron la afectación oral en 122 supervivientes de COVID-19, hospitalizados y seguidos en una única visita de referencia tras una media de 104 días desde el alta hospitalaria. Los investigadores descubrieron que las manifestaciones orales, en concreto la ectasia de las glándulas salivales, eran inesperadamente comunes, ya que se detectaban en el 83,9 por ciento y el 43 por ciento de los supervivientes de COVID-19 respectivamente.
Las glándulas salivales se definieron como ectásicas cuando aparecían hinchadas, con un conducto patente y sin pérdida de pus. La ectasia de las glándulas salivales reflejaba la respuesta hiperinflamatoria al SARS-CoV-2, como demostró la relación significativa con los niveles de proteína C reactiva y de lactato deshidrogenasa (LDH) al ingreso en el hospital, y con el uso de antibióticos durante la enfermedad aguda.
Tanto los niveles de LDH como la administración de antibióticos sobrevivieron como predictores independientes de la ectasia de las glándulas salivales en un análisis multivariable. También fueron frecuentes las anomalías de la articulación temporomandibular, el dolor facial y la debilidad de los músculos masticatorios.
«Este estudio de cohorte retrospectivo y prospectivo de los supervivientes de COVID-19 reveló que el daño residual de la cavidad oral persiste en la gran mayoría de los pacientes más gravemente afectados mucho más allá de la recuperación clínica.
Esto sugiere que la cavidad oral representa un objetivo preferente para la infección por el SARS-CoV-2. Se necesitan más estudios para aclarar la conexión entre la infección por SARS-CoV-2 y los trastornos orales», explica el editor jefe de la revista ‘Journal of Dental Research’, Nicholas Jakubovics, de la Universidad de Newcastle (Reino Unido).