Grasa abdominal aumenta riesgo de padecer enfermedades cardiacas y de diabetes

Nuevos antecedentes sugieren que la grasa abdominal debería ser considerado a la hora de evaluar la salud de las personas. La Asociación Americana del Corazón (AHA) publicó en la revista Circulation nuevas directrices que los médicos deberían seguir para estudiar la salud de sus pacientes.

Una barriga prominente puede estar asociado a tejido adiposo visceral, que se caracteriza por ser una forma peligrosa de grasa que envuelve los órganos al interior del cuerpo. “Estudios que han examinado la relación entre la grasa abdominal y los resultados cardiovasculares confirman que la grasa visceral es un claro peligro para la salud”, dijo la Dra. Tiffany Powell-Wiley, experta de los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda, Maryland y miembro del comité.

Los expertos sostienen que la grasa visceral es distinta a la grasa que se encuentra debajo de la piel, puesto que la primera produce proteínas inflamatorias que estrechan los vasos sanguíneos, aumentan la presión arterial, e inflaman los tejidos y órganos.

En consecuencia, la grasa visceral aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, diabetes de tipo 2, accidentes cerebrovasculares y colesterol alto. Incluso aunque el paciente esté en su peso ideal, según el estándar del IMC, puesto que de igual forma se puede acumular este tipo de grasa.

Dentro de las recomendaciones que da el comité de la Asociación Americana del Corazón (AHA), una forma de ir eliminando la grasa abdominal es el ejercicio aeróbico, más conocido como cardio. “Alcanzar un objetivo de 150 minutos semanales de actividad física, en particular de actividad física aeróbica, puede ser suficiente para ayudar a reducir la grasa abdominal”, manifestó Powell-Wiley.

La experta indica que en un principio puede que no se vea reflejada una disminución de peso y explica que “esta disminución de la grasa abdominal sin pérdida de peso puede estar relacionada con el aumento de la masa libre de grasa (o masa muscular) con el ejercicio aeróbico”, comentó.

Otra de las recomendaciones físicas es el entrenamiento de fuerza que permite desarrollar músculo y quemar grasa. Lo importante es buscar ejercicios que mantengan en movimiento a todo el cuerpo. Por otro lado, la dieta es un factor clave donde hay que dar prioridad a las frutas, verduras y cereales integrales y disminuir el consumo de carne procesada, grasas saturadas y dulces. Los investigadores acotan que el azúcar de bebidas es riesgoso puesto que el cerebro no registra las calorías líquidas de la misma forma que las sólidas.

A pesar de las directrices de la Asociación Americana del Corazón (AHA), aún hay investigaciones a desarrollar para así determinar qué dieta, actividad física u otros cambios de estilo de vida son necesarios para reducir la grasa abdominal y, en consecuencia, reducir el riesgo de enfermedades cardiacas.

 

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