Estudio asocia que dieta mediterránea disminuye pérdida de memoria y desarrollo de Alzhéimer

Un reciente estudio sostiene que la dieta mediterránea puede ayudar a proteger al cerebro de la pérdida de memoria y el Alzhéimer, donde se analizaron datos transversales del Estudio longitudinal alemán sobre deterioro cognitivo y demencia.

El artículo publicado en la revista científica Neurology, reveló que la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de sufrir demencia al interferir con la acumulación de dos proteínas, amiloide y tau, las cuales son características de la enfermedad de Alzhéimer.

“Puede proteger el cerebro de la acumulación de proteínas que puede conducir a la pérdida de memoria y la demencia (…) Estos resultados se suman al cuerpo de evidencia que muestra que la alimentación puede influir en las habilidades de memoria más adelante”, sostuvo el autor del estudio Tommaso Ballarini.

El equipo de expertos del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE) examinó a 512 personas de la cuales 169 eran cognitivamente normales, mientras que 343 se identificaron con mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Con estos datos, los expertos midieron el seguimiento de la dieta mediterránea en base a un cuestionario. Al respecto, la principal limitación del estudio es que las dietas fueron informadas, por lo que los participantes pudieron haber cometido errores al recordar qué y cuánto comieron.

“Estos nuevos hallazgos sugieren que las personas pueden reducir su riesgo de desarrollar Alzheimer al incorporar más elementos de la dieta mediterránea durante su alimentación diaria”, enfatizó en un comunicado de prensa el Dr. Ballarini.

En el estudio, los autores concluyen que la dieta mediterránea podría estar vinculada a una “disminución de la amiloidosis y la patología tau”. Además de reconocer que “los estudios longitudinales y de intervención dietética deberían examinar más a fondo esta conjetura y sus implicaciones en el tratamiento”.

Este modo de alimentación está basado en plantas, centrándose en frutas y verduras, cereales integrales, frijoles y semillas, con algunas nueces y un énfasis en el aceite de oliva extra virgen. Las comidas pueden incluir huevos, lácteos y aves, pero en porciones más pequeñas que en la dieta occidental tradicional.

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