La OCDE avisa de los efectos negativos del teletrabajo en la salud mental

La crisis de Covid-19 ha aumentado los factores de riesgo asociados con la mala salud mental (inseguridad financiera, desempleo, miedo), «mientras que los factores de protección (conexión social, participación laboral y educativa, acceso al ejercicio físico, rutina diaria, acceso a los servicios de salud) disminuyeron dramáticamente». «Esto ha llevado a un empeoramiento significativo y sin precedentes», asegura el informe ‘Abordar el impacto en la salud mental de la crisis del Covid-19: una respuesta integrada de toda la sociedad’ elaborado por la  Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Sobre todo por motivos económicos y laborales.

«En todos los países, la salud mental de los desempleados y los que experimentan inseguridad financiera fue peor que la de la población en general, una tendencia que es anterior a la pandemia, pero que parece haberse acelerado en algunos casos. Los países de la OCDE han respondido con esfuerzos decisivos para ampliar los servicios de salud mental y han puesto en marcha medidas para proteger los empleos y los ingresos, reduciendo así la angustia mental para algunos», añaden los autores.

Como era de esperar, ha habido un aumento de prevalencia de la depresión o sus síntomas en todos los páises. En España el porcentaje llega al 18,7 por ciento, por encima de países como Italia (17,3), Japón (17,3) o la República Checa (11,8), pero por debajo de otros como Suecia (30), Reino Unido (19,2) o Francia (19).

Parecido ocurre con la ansiedad, que afecta al 21,6 por ciento. En Italia el porcentaje también es más bajo (20,8) o en Austria (19), mientras que es más alto en países como Bélgica (23), Francia (26,7), Reino Unido (39) o México, donde llegan al 50 por ciento.

En general, la crisis ha afectado más en las mujeres.  En Estados Unidos, la brecha de género en salud mental se amplió en un 66 por ciento en las etapas iniciales de la pandemia entre marzo y abril de 2020.

Problemas del teletrabajo 

La crisis de Covid-19 dio lugar a un aumento del teletrabajo. En todos los países que forman parte de la OCDE, un 39 por ciento de los trabajadores cambiaron repentinamente al teletrabajo al inicio de la pandemia, tal y como señala el informe. Los autores explican que, si bien se le asocian beneficios como jornadas laborales más flexibles, «también puede difuminar los límites entre el trabajo y el hogar, contribuir a ampliar las horas de trabajo y dar como resultado una sensación de desapego del lugar de trabajo», lo que tiene un impacto negativo en la salud mental.

El informe indica que quienes trabajaban en remoto lo hacían menos horas regulares. Por ejemplo, una encuesta de Ipsos realizada entre noviembre y diciembre de 2020, que abarcó a trabajadores de 28 países (20 de la OCDE) encontró que el 44 por ciento de los encuestados indicaron que trabajaban horas no convencionales ya sea ‘en gran medida’ o ‘en cierta medida’ como resultado de la pandemia de Covid-19 .

«Las videoconferencias también pueden ser más agotadoras mentalmente que las reuniones en persona y contribuir a una mayor fatiga, y la difuminación de los límites entre el trabajo y la vida personal puede contribuir a la reducción de la calidad del sueño», añaden. El teletrabajo también puede aumentar el riesgo de trabajar muchas horas y el agotamiento.

«Los nuevos patrones de trabajo exigen nuevas protecciones para la salud mental de los trabajadores.En diciembre de 2020, impulsados por los desafíos para mantener el equilibrio entre la vida laboral y personal que plantea el teletrabajo, los legisladores del Parlamento Europeo pidieron una ley que otorgue a los trabajadores el derecho a desconectarse digitalmente fuera del horario laboral sin repercusiones, siguiendo los pasos de Francia, Italia y España y Luxemburgo, que ya contaba con una legislación sobre el ‘derecho a desconectar'», indican los autores. Por eso, consideran que los empleadores pueden tomar medidas proactivas para brindar y fortalecer el apoyo de salud mental disponible para los empleados, incluso en el trabajo presencial.

Piden más medidas para abordar estos problemas 

«Muchos empleados todavía sienten que sus empleadores no están tomando las medidas suficientes para abordar los problemas de salud mental que surgen de la pandemia», indican. En una encuesta reciente de PwC a trabajadores remotos en los Estados Unidos, por ejemplo, los empleados tenían 26 puntos porcentuales menos que los ejecutivos de decir que sus empresas tuvieron éxito o mucho éxito en el apoyo a la salud mental de los trabajadores.

«La gestión eficaz por parte de los gerentes online puede contribuir a una cultura en el lugar de trabajo que conduzca a un debate abierto sobre la salud mental, ayudar a prevenir conflictos en el lugar de trabajo que son los principales factores de riesgo de una mala salud mental y promover la identificación más temprana de posibles problemas de salud mental», aseguran.

Por todo, piden que se garantice el acceso a los servicios de Salud Mental existentes, ya sea en persona o por medio de la telemedicina, y que se aumenten las alternativas a los programas de promoción de la salud mental en las escuelas o lugares de trabajo que se han visto particularmente perturbados.

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