Los investigadores de Mayo Clinic están analizando más estrechamente los casos raros de inflamación del músculo cardíaco, o miocarditis, entre hombres jóvenes que presentaron síntomas poco después de recibir la segunda dosis de las vacunas con ARN mensajero (ARNm) contra la COVID-19 de Moderna o de Pfizer.
Muchos estudios recientes plantean que los profesionales de la salud deben estar atentos a la presencia de miocarditis hipersensitiva, como una reacción adversa y poco frecuente ante la vacuna contra la COVID-19. No obstante, los investigadores subrayan que el hecho de estar conscientes de la situación, en general, no debe disminuir la confianza en la vacunación durante la actual pandemia.
Pese a que en algunas zonas, la existencia de informes sobre miocarditis posterior a la vacuna supera los valores basales, el mayor riesgo inminente para daño cardíaco y muerte continúa siendo la infección por la COVID-19. Hasta el 60% de las personas que enferman de gravedad con la COVID-19 sufren lesiones en el corazón y en las imágenes por resonancia magnética (IRM) de casi el 1 por ciento de deportistas en forma que contraen una infección leve por la COVID-19 se observa miocarditis.
Una serie retrospectiva de casos y publicada en JAMA Cardiology estudió a 23 hombres del ejército estadounidense, quienes ingresaron al hospital con síntomas de miocarditis dentro de los primeros cuatro días de recibir la segunda dosis de la vacuna con ARN mensajero contra la COVID-19. Tres de los pacientes habían contraído previamente la infección por el coronavirus y sus síntomas empezaron después de la primera dosis de la vacuna. Los casos ocurrieron entre enero y abril. Dieciséis de ellos recibieron la vacuna de Moderna y siete, la de Pfizer. Para un mejor contexto, es importante anotar que durante ese período, los militares administraron más de 2,8 millones de dosis de las vacunas con ARN mensajero contra la COVID-19.
Los 23 militares presentaron síntomas de dolor fuerte en el pecho y niveles considerablemente elevados de troponina cardíaca, que es un marcador proteico para medir el daño cardíaco. Todos los pacientes se recuperaron rápidamente, lo cual, combinado con los síntomas y el momento de presentación, sustenta el diagnóstico de miocarditis por hipersensibilidad. Este raro tipo de miocarditis normalmente se relaciona con una alergia medicamentosa, pero se la ha estudiado en relación con la vacuna contra la viruela.
«Es rara una miocarditis por hipersensibilidad después de la vacuna, excepto con la vacuna contra la viruela. El riesgo de miocarditis después de recibir la vacuna con ARN mensajero es mucho menor al riesgo de miocarditis después de una infección real por la COVID-19», señala el Dr. Leslie Cooper, director del Departamento de Cardiología en Mayo Clinic de Florida. El Dr. Cooper es el autor experto del estudio realizado en los centros médicos del ejército estadounidense.
Otro estudio observacional de casos registró los datos de 8 hombres entre 21 y 56 años que ingresaron al hospital con dolor del pecho y se les diagnosticó miocarditis, según los análisis de laboratorio y las imágenes cardíacas de la resonancia magnética. Los pacientes presentaron síntomas, que empezaban con fiebre, durante los primeros 2 a 4 días posteriores a la segunda dosis de la vacuna contra la COVID-19. Un paciente ya recuperado de la COVID-19 presentó síntomas después de la primera dosis. Los 8 pacientes del estudio se recuperaron de los efectos de la miocarditis y no sufrieron más dolores del pecho. Los resultados obtenidos tanto por el Dr. Cooper como por investigadores de Mayo Clinic y otras instituciones médicas en Estados Unidos e Italia se publicaron en Circulation.