Investigadores chilenos plantean nueva hipótesis sobre estrés postraumático en revista científica europea

Ocho años tomó una investigación que explica los desórdenes en la temporalidad en pacientes con estrés postraumático asociado a estados alterados de conciencia. Fue publicada recientemente en el European Journal of Trauma and Dissociation, revista científica catalogada como una de las más importantes en el área y liderada por el Dr. Rodrigo Correa, psiquiatra y académico del Programa de Especialización en Psiquiatría Adultos de la Universidad de Santiago de Chile.

Para el estudio, se elaboró un esquema que asocia desde la filosofía, la psiquiatría y la psicología, los ‘estados alterados de conciencia’ en personas que padecen estrés postraumático a una ruptura en cómo dichos pacientes viven su “tiempo interno” en sincronía con el presente, describiendo cómo se produce esta disfunción. Esta fue desarrollada junto el psiquiatra de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Nicolás Rodríguez, y la psicóloga de la Universidad del Desarrollo, Matilde Bortolaso.

El modelo fue construido en base a una extensa revisión bibliográfica en torno al concepto de la temporalidad. En una primera instancia, se realizó a partir de una perspectiva filosófica, para luego incorporar datos provenientes de las neurociencias, la psiquiatría y la psicología. El resultado final fue un esquema que, de acuerdo con el académico Usach, “podría comenzar a predecir qué puede ocurrir con estos pacientes”.

“Desincronización” entre pasado y presente

El Trastorno por Estrés Postraumático surgió de manera conceptual en la segunda mitad del siglo XX, pero su estudio se remonta a la Antigüedad. Una enfermedad caracterizada por los “efectos clínicos y psicológicos” ante una situación negativa. Hechos como catástrofes, accidentes, guerras y en especial maltratos o negligencias sufridas durante la niñez que se convierten, para algunas personas, en eventos de alto impacto emocional, cuyas consecuencias pueden perdurar por años.

Entre quienes sufren este cuadro, explica el psiquiatra con más de veinte años de experiencia, existe un grupo de pacientes que padecen lo que se denomina ‘estrés postraumático asociado a estados alterados de conciencia’, lo que redunda en una “expresión clínica más grave” y un “peor pronóstico”. Los pacientes “pierden la capacidad de vivir la temporalidad interna sincrónicamente con el tiempo externo”, explica.

El ritmo al caminar, la frecuencia cardiaca, la respiración y la forma en que hablamos son elementos que componen nuestro “tiempo interno”, detalla el académico, tiempo que a su vez constituye uno de los elementos en que se cimenta la conciencia de cada individuo. “Una de las ideas es que esa pérdida de temporalidad interna provoca que el pasado traumático inunde por completo el presente. Los pacientes, durante un flashback, no recuerdan, sino que reviven lo que les pasó”, ejemplifica Correa.

Ante esto, el equipo de investigación plantea una nueva rehabilitación para pacientes con estrés postraumático asociado a estados alterados de conciencia, centrada en sincronizar temporalmente a la persona par que vuelva a vivir en sintonía con lo que sucede a su alrededor. Un ejemplo sería la terapia de EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares, en inglés), en donde el paciente realiza predicciones temporales sin darse cuenta.

El Dr. Correa, cuenta que las y los pacientes con alteraciones en la temporalidad son incapaces de medir correctamente cuánto tiempo transcurre entre un momento y otro, llegando incluso a padecer “alteraciones en la motricidad». En la vereda opuesta, el psiquiatra coloca a deportistas de alto rendimiento, quienes “no solo poseen habilidades motrices, sino también de realizar cálculos espaciotemporales (…) Eso es estar muy sincrónico con el mundo”.

Entender desde una nueva perspectiva la forma en que un trauma quiebra ese equilibrio entre el tiempo que se vive dentro de cada persona y el que nos rodea, podría abrir las puertas a nuevas estrategias terapéuticas, afirma el especialista. “Tal vez funcionen tratamientos que “traigan a la persona (de vuelta) al presente, que lo sincronice respecto al tiempo cronológico y que este deje de ser invadido por el pasado”, asevera.

Ya recuperada del trauma, una persona sería capaz, explica el médico psiquiatra, de poder recordar ese evento de forma voluntaria, como también frenarlo y distinguir que aquello ocurrió hace ya tiempo.

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