Enfermería: Un llamado a priorizar el uso de mascarillas de calidad certificada y ajuste óptimo

Una voz de alerta sobre la certificación de calidad de las mascarillas y respiradores de alta eficiencia que se utilizan actualmente en Chile, realizó la enfermera y Magíster en Enfermería, Priscilla Inostroza Salazar.

La Primera Directora del Consejo Regional Concepción del Colegio de Enfermeras de Chile y académica de la Universidad Andrés Bello, participa activamente de un proyecto junto a laboratorio Lictex de la Universidad de Santiago de Chile que plantea la certificación de calidad y ajuste efectivo de estos elementos de protección personal, los cuales desde que inició la pandemia, son ampliamente utilizados por la población general y equipos sanitarios.

Según informó la enfermera y académica, existen tres normativas internacionales para la certificación de este implemento de protección personal: Europea, Norteamericana y Asiática.  Sin embargo, “sólo un porcentaje muy bajo de las mascarillas y respiradores que hoy se utilizan a lo largo del país, cuentan con la debida certificación de calidad bajo estándares internacionales, que nos entreguen una protección efectiva contra el Sars Cov 2”.

“Esto es preocupante,  ya que según la información entregada por la OMS, el Covid19 no sólo se transmite por gotitas, sino que su principal vía de propagación es la aérea, por aerosoles transmitidos desde personas enfermas o contagiadas. Es por eso que es primordial que la autoridad cautele la certificación de calidad de las mascarillas y respiradores que se utilizan en el país”, remató la profesional.

Actualmente, nuestro país cuenta con la capacidad para certificar las mascarillas y respiradores que se importan y elaboran localmente; este antecedente es de conocimiento del Ministerio de Salud, sin embargo, aún no establece la normativa para que este criterio sea obligatorio previo a su venta en la comunidad. En relación a esto último, Lictex ha demostrado que muchas de las mascarillas que se encuentran a la venta en nuestro país cuentan con menos de un 40% de filtración, por lo tanto, otorgan una sensación de seguridad falsa.

Ajuste de mascarillas

Otra arista relevante que no se ha considerado en el país, tiene relación con el ajuste efectivo al rostro de las mascarillas y respiradores que utilizamos.

“El ajuste correcto depende del modelo y talla de respiradores que utilizamos, que debe ser acorde a la fisonomía de cada operador; es así como el ajuste junto a la certificación de calidad que valida porcentajes óptimos de respirabilidad y filtración de estos EPP, son factores fundamentales para maximizar el porcentaje de eficacia en la protección respiratoria que nos entregan estos implementos”, asegura la enfermera.

“La evidencia científica demuestra que las pruebas de sello de los respiradores que realiza el usuario no pueden sustituir el test de ajuste cuantitativo que se lleva a cabo con equipamiento específico ajustado a protocolos internacionalmente validados, debido a que las pruebas de sello proporcionan una baja precisión, sensibilidad y valor predictivo”.

Programa Salud Ocupacional

Su participación en diversos estudios y su interés en generar acciones concretas que permitan prevenir enfermedades profesionales relacionadas con enfermedades respiratorias, lleva a la enfermera a generar el programa denominado “Protección de la Salud Respiratoria en Unidades de Salud Ocupacional de establecimientos Hospitalarios”, el cual espera presentar a la autoridad de salud para ser implementado en toda la red hospitalaria nacional.

Existen países con normativas que establecen el deber y responsabilidad del empleador de entregar elementos de protección respiratoria efectiva y segura a sus empleados en establecimientos hospitalarios, considerando la certificación en calidad y aplicación de test de ajuste cuantitativo de respiradores previo a su entrega para el cumplimiento de sus funciones.

“En nuestro país, los establecimientos hospitalarios no están adquiriendo mascarillas y respiradores con porcentaje óptimo de filtración según normativa internacional, y además, se compran sólo una talla estándar, lo cual no permite asegurar que el usuario esté usando el EPP acorde a su fisonomía que le permita un ajuste correcto; esto nos lleva a una situación de alto riesgo para nuestros trabajadores de salud quienes están expuestos a múltiples enfermedades infecciosas transmitidas por el aire en un ambiente con alta concentración y carga viral; por lo tanto, contar con un programa de protección respiratoria, contribuye en la seguridad y efectividad de los respiradores y puede prevenir la exposición a la enfermedad, especialmente durante una pandemia, protegiendo tanto a los equipos clínicos como a los pacientes”, aseguró Priscilla Inostroza.

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