Una de cada cuatro camas de complejidad está siendo ocupadas por pacientes con coronavirus, según reporte del Ministerio de Salud. A raíz de esto y que los niveles de contagios se mantienen bajos, la autoridad ha resuelto flexibilizar la orden de ampliación de cupos UCI.
Cuando inició la pandemia, el Minsal ordenó a los recintos públicos y privados a ampliar los cupos UCI y de ventilación mecánica, implementando unidades de máxima complejidad en quirófanos, urgencias y salas de recuperación, en niveles que variaron según sucesivos decretos y que llegaron a un 130% de la capacidad basal de los prestadores.
Los esfuerzos lograron pasar de una dotación base de 1.313 camas en marzo de 2020, a un peak de 4.544 cupos UCI habilitados en mayo pasado, con 2.621 de estas plazas ubicadas en la Región Metropolitana.
“El mejoramiento de las condiciones epidemiológicas que motivaron la dictación de las resoluciones precedentes que mandataban el aumento de camas críticas hace razonable que estas sean dejadas sin efecto, para, de esta forma, hacer frente a otros problemas de salud que han sido postergados producto de la pandemia”, sostiene el decreto publicado ayer miércoles en el Diario Oficial.
De esta forma, se faculta a los directores de los recintos de salud públicos y privados a disminuyan las camas con ventilación invasiva “con el objetivo de hacer frente a las nuevas necesidades de salud que existen en sus redes y la disminución de la lista de espera”; sin perjuicio de que nuevamente se requiera de habilitar estas camas.
La nueva pandemia
Esta medida responde a la problemática que surgió con la postergación de la lista de espera y pacientes crónicos que vieron suspendidos sus tratamientos, además del 0,87% de positividad registrada en las últimas 24 horas.
“Este decreto implica que hospitales y clínicas pueden reducir el número de camas críticas y poner en marcha la resolución de la lista de espera ambulatoria y quirúrgica”, dice el excoordinador de la red de salud público-privada, Luis Castillo al diario La Tercera y añade que “está previsto que la próxima semana bajemos otras 70 camas de pacientes de coronavirus”.
El hoy jefe de la Unidad de Paciente Crítico del Hospital Barros Luco, plantea que pese al decreto que permite habilitar camas de cuidados intermedios, los prestadores en conjunto deberían mantener entre 2.750 y 2.800 cupos habilitados, debido a que verán incrementada su actividad quirúrgica, lo que implica tener operativos espacios complejos y ventiladores adicionales a la capacidad basal. “Pero serían cupos para pacientes de gran cirugía de la lista de espera, de patologías de alta complejidad o intervenciones de urgencia, pero ya no para pacientes por Covid-19, que vienen a la baja en forma violenta”, agrega.
Al respecto, el subsecretario de Redes Asistenciales, Alberto Dougnac, planteó que esta medida permitirá que “todas las instituciones que vuelvan a sus regímenes habituales y así concentrarnos en reactivación y listas de espera”.
De la mano de este decreto, se ha diseñado un plan especial que contempla recuperar la actividad quirúrgica -se hacían 40 mil cirugías por mes en los hospitales y la pandemia las redujo a la mitad-, evitando la suspensión de procedimientos y llevar la ocupación de pabellones a un 95%. Todo con miras a elevar la productividad en horario hábil. “Pero la recuperación no es fácil y va a ser larga. En el país tenemos casi 300 mil cirugías pendientes y se operaban normalmente 40 mil mensuales; entonces, tenemos que lograr hacer las 40 mil del mes y sumarle algo de lo que se ha atrasado, así que el desafío es largo”, dice Dougnac.
El plan del Ministerio de Salud también contempla medidas excepcionales: se destinaron recursos para financiar la actividad quirúrgica en horario inhábil o fines de semana, y se traspasó, además, en forma inédita, parte de la lista de espera a clínicas privadas.