En otros artículos hemos abordado la relación de la salud bucal con la salud general y enfermedades sistémicas, la cual se produce por el torrente sanguíneo que lleva los microorganismos de nuestra boca al cuerpo en general. Sin embargo, en esta oportunidad nos dedicaremos a la correlación entre la salud mental y la salud bucal.
Para muchos pareciera que no tienen relación una con la otra, pero principalmente el vínculo se manifiesta en cómo los problemas de depresión y ansiedad puede afectar los hábitos de higiene bucal y también, como trastornos alimenticios que pueden debilitar los dientes. Además de relevar cómo enfermedades mentales pueden incidir en la aparición de enfermedades bucales.
Ansiedad, depresión y el cuidado bucal
Se estima que en Chile el 6,2% de la población padece de algún cuadro de depresión, según los datos de la Encuesta Nacional de Salud (ENS 2017), cifra que, según los expertos, ha aumentado producto de la pandemia. Este dato no es menor, puesto que existe un grupo de personas que estarían más expuestas a sufrir problemas dentales.
Es muy probable que una persona depresiva pueda presentar caries por el descuido de la higiene bucal. Dentro de los síntomas de la depresión está la desmotivación de hacer cosas, incluso cotidianas como lavarse los dientes. También esta puede verse afectada por la mal nutrición con alimentos ricos en azúcares fermentables como la sacarosa, lo que agrava aún más la aparición de caries si se descuida la higiene dental. Según un estudio publicado en Fundación Dialnet (Universidad de La Rioja) “la ansiedad provoca además disminución del flujo salival, enfermedad periodontal avanzada y disestesia oral”.
Por su parte, la ansiedad tiene muchas maneras de manifestarse y una de ellas puede ser el no querer salir de casa o volver al paciente una persona más aprensiva a la hora de acudir a ciertos sitios que nunca de por sí le agradaron, como puede ser el dentista o puede provocar un desequilibrio dentro de la alimentación.
Esto puede provocar la aparición de caries que, a pesar de ser muy común en la población mundial, no deja de ser una enfermedad importante. Una (o varias) caries que se descuidan pueden llegar a ser graves y provocar tanto dolor que impidan realizar la vida con normalidad. Incluso puede significar la pérdida de piezas dentales.
Algunos medicamentos que se utilizan para tratar la ansiedad y la depresión pueden aumentar la incidencia de enfermedades dentales o incluso a la alteración de sabores, cambio en el color de la lengua… y mal aliento. Con el agravante de que el mal aliento puede afectar mucho a la forma del paciente de relacionarse con los demás, causando otro problema más que añadir a su estado depresivo o ansioso.
Además, estos medicamentos pueden disminuir la producción de saliva, la cual no solo se encarga de hacer que masticar sea más fácil, además protege el esmalte dental. Lo que quiere decir que, si hay poca saliva, disminuye esta protección y por tanto aumenta el riesgo de caries y otras enfermedades bucales.
Por último, altos niveles de ansiedad pueden además provocar la apariencia de bruxismo, llevando al paciente a rechinar o apretar los dientes con fuerza, lo cual conlleva un desgaste del esmalte, dolor mandibular o dental, alteraciones de la articulación temporomandibular y cefalea.
El trastorno de la alimentación y los dientes
Los trastornos alimenticios como la bulimia y la anorexia están englobados dentro de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y afectan 1 millón de personas en el país, principalmente jóvenes de entre 18 a 21 años.
Loa vómitos continuos producidos por la bulimia pueden afectar el esmalte dental, producto del ácido del flujo. Con esto, los dientes se van debilitando y es mucho más fácil que se rompan, generando una pérdida dental. Además, tras vomitar, el paciente se lava los dientes y ya que vomita de forma frecuente, esto significa que se los lava continuamente, lo que puede llevar a que las encías se retraigan.
Otra consecuencia de perder el esmalte es que los dientes quedan desprotegidos y se vuelven hipersensibles, por tanto, todo duele mucho más. Incluyendo algo tan simple como el cepillado diario. Además, aparecen muchas más caries.
Por otra parte, la anorexia provoca una malnutrición severa, lo que puede llegar a desembocar en osteoporosis. Esto tiene como consecuencia que los huesos se debilitan, el maxilar sufre de movilidad dental y al final, los dientes se caen.
Otras enfermedades mentales que afectan la salud bucal
Un estudio publicado en Medweb en septiembre de 2017, que hace referencia a varias enfermedades psiquiátricas y su relación con la salud dental, destacando entre ellos algunas de las que ya hemos visto en el artículo.
Se ha demostrado que un 61% de las personas con esquizofrenia presenta una higiene bucal deficiente, con sequedad de la boca, pérdida de dientes y caries en estado avanzado y de gravedad. En este caso, la sequedad de la boca se considera un efecto secundario de la medicación antipsicótica, utilizada en estos pacientes.
A estos datos, un estudio de 2019 y llevado a cabo por cuatro enfermeras de Osakidetza o Servicio Vasco de Salud en Vitoria-Gasteiz (España) se concluye que, de los casos estudiados en Álava, se observa mayoritariamente la presencia de sarro o cálculos que hacen necesario, al menos un raspaje así como una mejora de la higiene bucodental. Y en forma de conclusión preliminar, indican que “los pacientes con esquizofrenia que están en tratamiento en el ámbito comunitario de salud mental de Álava presentan gran prevalencia y alta gravedad de patología bucodental sin tratar”.
En el caso del trastorno bipolar, donde las personas tienen una fase de depresión y la fase de manía, los problemas de salud bucal son latentes. Como se explicó en un inicio, la depresión suele generar un descuido de la higiene, pero, por otro lado, la fase de manía la preocupación por la limpieza bucal puede ser exagerada, lo que lleva al paciente a cepillarse los dientes continuamente, provocando problemas dentales como la abrasión.
En general, los estudios concluyen que los pacientes con trastorno bipolar ven afectada su salud dental por un mayor riesgo de desarrollar caries, sufrir xerostomía, presentar anormalidades en la percepción de sabores y cómo no, el bruxismo, ya que todo estado de ansiedad y nervios puede llevar a hacer rechinar los dientes.
La demencia o Alzheimer y el cuidado de los dientes
Por un lado, un estudio de la revista Neurology sobre demencia y salud dental, concluye que “las bacterias de la boca que causan la periodontitis también son una causa de resultados sistémicos como enfermedad cardiovascular, demencia, etc. Además, las infecciones periodontales crónicas podrían contribuir a la resistencia a la insulina, la prediabetes, la diabetes incidente y el accidente cerebrovascular incidente. En consecuencia, la resistencia a la insulina, la diabetes y el accidente cerebrovascular son fuertes predictores de un futuro declive cognitivo.”
En la misma línea, un estudio de la AGS (American Geriatrics Society) publicado en el 2020 sostiene que las personas que no se cepillen diariamente los dientes tienen entre un 22% y un 65% más de probabilidad de desarrollar enfermedades asociadas con la demencia senil.
En las personas que sufren demencia, existe el agravante de que descuidan su higiene y cuidado dental de una manera incluso más grave, pues simplemente olvidan hacerlo. Esta es la consecuencia más obvia y que como en todos los demás casos, conlleva a caries y problemas bucales varios.
Pero yendo más allá, en el caso concreto del Alzheimer, es bastante común que se desarrolle una periodontitis avanzada, ya que los pacientes con demencia muchas veces no son capaces de interpretar el dolor o de comunicarlo. Lo interesante es que en principio se creía que la infección oral aparecía tras aparecer la enfermedad. Pero últimamente se han realizado estudios y pruebas de ADN en pacientes fallecidos que llevan a la conclusión de que la infección oral se da primero y es un factor que influye mucho en el avance hacia el cerebro y cuya consecuencia puede ser la aparición de enfermedades mentales.
Los trastornos mentales tienen una gran influencia en la salud dental, ya sea por los efectos secundarios de las medicaciones, el descuido de los pacientes hacia sí mismos por falta de ánimo y en muchos casos, se añade la dificultad de tener una atención adecuada. Pero, sobre todo, en el caso de la odontología, hay que tener muy en cuenta que son pacientes a los que hay que personalizar los tratamientos dentales en base a sus necesidades, con importantes medidas de prevención.