Cada 1 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Acromegalia, impulsado por la WAPO (Alianza Mundial de Asociaciones de Hipófisis), organización autónoma y sin fines de lucro creada con la finalidad de unir a la comunidad internacional de pacientes hipofisarios.
Esta patología se caracteriza por ser poco frecuente, y se manifiesta tras la aparición de un tumor benigno en el cerebro, específicamente en la glándula hipófisis. Este tumor, genera una secreción excesiva de la hormona de crecimiento, desencadenando la enfermedad.
¿Cómo se manifiesta?
El rasgo más característico es el crecimiento de manos, pies y mentón, pero también se generan alteraciones metabólicas, cardíacas y dolores articulares. Esto ocurre porque la
enfermedad se inicia después del cierre de los cartílagos de crecimiento, cuando la persona ya es adulta y no puede crecer en altura. Además, se observa crecimiento de partes blandas y de los huesos.
“Los pacientes adultos con acromegalia perciben progresivamente que cambian el número de calzado o que dejan de usar sus anillos por el agrandamiento de sus manos. Los cambios pueden afectar la fisonomía del rostro por ensanchamiento nasal, frontal, de los labios, asociado a cambios en la piel”, comenta el Dr. Nelson Wohllk, Profesor titular de Medicina de la Universidad de Chile y Jefe de Endocrinología del Hospital del Salvador Neuro Endocrinólogo del Instituto de Neurocirugía de Asenjo.
Los especialistas remarcan la importancia de conocer los síntomas de esta enfermedad, que lamentablemente cuesta mucho diagnosticarla debido a su inicio silencioso y lenta progresión. Además, dado que implica el crecimiento de distintas partes del cuerpo, muchas veces los pacientes asisten a diversos especialistas para conocer la causa de sus cambios corporales sin tener claro qué está ocurriendo. De hecho, es común que pacientes acromegálicos hayan asistido al dentista por crecimiento en su mandíbula y separación de las piezas dentarias como así también crecimiento de la lengua que se traduce en problemas de la masticación, el lenguaje y obstrucción de las vías áreas (ronquido y apneas). También, las manifestaciones de la acromegalia se asemejan a síntomas de otras patologías, por lo que en ocasiones las personas creen padecer otra enfermedad.
Es fundamental que quienes sospechen vivir con acromegalia visiten a un médico endocrinólogo y le comenten su experiencia y malestares. De esta manera, podrá tener un diagnóstico y tratamiento temprano para mejorar su calidad de vida y prevenir otras complicaciones como diabetes, accidentes cardiovasculares, insuficiencia cardíaca, apnea obstructiva del sueño, hipogonadismo, osteoporosis de la columna, alteraciones en la fertilidad, mayor riesgo de cáncer entre otros.