La CEPAL insta a los gobiernos a fortalecer la investigación sobre salud y cambio climático para cumplir con los objetivos sostenibles

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), emitió recientemente un informe sobre salud y cambio climático, donde se analiza cómo estos dos factores se relacionan con las condiciones sociales, económicas y ambientales, además de profundizar sobre los impactos del cambio climático en la incidencia de enfermedades sensibles en los países de la región del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).

“La crisis ambiental global, de la que la emergencia climática es uno de los efectos más visibles, y la pandemia por COVID-19 el más reciente, han obligado a todos los involucrados a cambiar la perspectiva de aproximación para poder lograr mejores resultados en la investigación y políticas públicas más efectivas y basadas en la ciencia”, advierte el escrito.

Dentro de las distintas aristas analizadas, desde el organismo indican que “hay un campo abierto de investigación en el tema de interacción entre cambio climático y contaminación del aire” en la región. Aseguran que este tema es importante, puesto que las grandes ciudades padecen diversos efectos negativos en su salud por la mala calidad del aire, con especial atención en contaminantes como el O3 y el carbono negro presente en partículas.

“En este sentido, es importante que exista una mayor colaboración entre los programas de mejoramiento de calidad del aire y los de adaptación al cambio climático. En general, se recomienda abordar y comprender la relación entre cambio climático y salud desde una perspectiva transdisciplinaria y multisectorial, más aún en el contexto mundial que vivimos por los retos, demandas y efectos presentes y potenciales derivados de la pandemia por COVID-19”, enfatiza el informe.

Recomendaciones de la CEPAL

Para alentar a los países y a los investigadores a responder al desafío que implica el cambio climático y la salud de las personas, la CEPAL ofrece una serie de metodologías y buenas prácticas para formular y evaluar políticas públicas orientadas al tema, recogiendo experiencias relevantes de algunos países.

En primer lugar, enfatiza la importancia de abordar y comprender la relación entre cambio climático y salud desde una perspectiva transdisciplinaria y multisectorial para hallar soluciones. Con esto, la organización insta a que los países atiendan el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en salud y ambiente, de tal manera que se fortalezcan capacidades analíticas y se amplíe esta agenda de investigación para incluir temas prioritarios como nutrición, salud mental o eventos cardiovasculares, entre otros, así como los efectos en población infantil, personas adultas mayores, mujeres embarazadas y comunidades indígenas y afrodescendientes.

También destaca la generación de estudios que analicen las condiciones asociadas a la vulnerabilidad social y ambiental como la pobreza, la inequidad, la falta de acceso a servicios de salud, la capacidad de respuesta y la degradación ambiental que contribuyen en su incidencia, para cada evento relevante en salud y para identificar grupos vulnerables que requieren mayor atención.

Otro importante que destaca respecto al desarrollo de investigación en el área, es que estas proporcionen las evidencias científicas necesarias para el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas que ayuden a construir un sólido camino para avanzar en la reducción de los impactos negativos del cambio climático sobre la salud en la región.

Por último, el informe sostiene la importancia de fortalecer los sistemas de vigilancia nacionales y regional sobre seguridad alimentaria y epidemiológica. Respecto a la última, se sostiene que “es necesario realizar análisis sólidos de vulnerabilidad en salud frente al cambio climático en los departamentos de epidemiología de cada país, para tener información precisa y actualizada”.

Asimismo, se debe hacer un análisis del perfil epidemiológico de las enfermedades sensibles al clima, la cobertura sanitaria en cada uno de los países, las acciones preventivas que se están llevando a cabo y los planes ante las emergencias sanitarias.

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