Conservar la fertilidad en niños con cáncer ofrece esperanza a las familias

Gracias a las investigaciones y a los avances terapéuticos, la mayoría de los niños diagnosticados con cáncer ahora pueden gozar de una vida adulta completa. Si bien el tratamiento oncológico conlleva riesgos para la fertilidad, ahora es posible conservarla y garantizar que los niños que reciben tratamiento contra el cáncer puedan algún día tener la alternativa de convertirse en padres o madres.

La Dra. Asma Chattha, especialista en salud reproductiva de niños y adolescentes, además de cofundadora del Programa para Conservar la Fertilidad en los Niños, en Mayo Clinic de Rochester (Minnesota), explica acerca de la conservación de la fertilidad y los factores que las familias deben considerar.

“La fertilidad puede peligrar con varios tratamientos oncológicos, entre ellos, la radioterapia, especialmente si se administra en el cerebro que envía las señales de la pubertad o en la pelvis, así como las quimioterapias que contienen ciclofosfamida”, explica la Dra. Chattha.

Aunque es muy probable que el oncólogo hable sobre la fertilidad si el tratamiento va a afectarla, también es importante que las familias se sientan tranquilas respecto a tocar el tema, añade la doctora.

La opción para conservar la fertilidad depende de varios factores, incluida la edad del niño, pues aquellos que ya empezaron o completaron la pubertad tienen más alternativas que los menores, afirma la Dra. Chattha. Por ejemplo, en el caso de los varones mayores que ya pasaron por la pubertad, es posible guardar muestras de semen, y en el caso de las chicas mayores que ya empezaron a menstruar, es posible guardar los óvulos.

En los niños menores que aún no llegan a la pubertad, la única opción viable es guardar el tejido reproductivo. En las niñas más pequeñas, eso se logra guardando el tejido de un ovario, mientras que, en los niños, se hace una biopsia testicular para guardar un poco de tejido del testículo.

Las muestras se guardan en bancos y se las puede transportar al lugar donde viva el paciente cuando él o ella decidan proseguir con la paternidad o la maternidad, dice la Dra. Chattha. El Programa de Mayo Clinic para Conservar la Fertilidad en los Niños ofrece varias alternativas de conservación, según la edad del niño, la etapa de la pubertad, el diagnóstico y el plan propuesto para el tratamiento. La crioconservación se puede hacer tanto con tejido ovárico como con tejido testicular.

“Esperamos que el programa para conservar la fertilidad en los niños aporte mucho optimismo respecto al futuro de estos niños, puesto que, obviamente, están librando una batalla dura y es un momento muy difícil en sus vidas. He visto siempre, sin excepciones, que la conversación respecto a conservar la fertilidad ofrece esperanza a las familias”, concluye la Dra. Chattha.

Compartir este artículo

Artículos relacionados

Años antes de que los ovillos de tau aparezcan en los escáneres cerebrales de pacientes con enfermedad de Alzheimer, una prueba de biomarcadores desarrollada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh puede detectar pequeñas cantidades de la proteína tau propensa a agruparse y sus formas patológicas mal plegadas que ensucian el cerebro, el líquido cefalorraquídeo y potencialmente la sangre, sugiere una nueva investigación publicada hoy en Nature Medicine.
Investigadores del Mass General Brigham (Estados Unidos) han descubierto que una proteína conocida como granzima K (GZMK) impulsa el daño tisular y la inflamación al activar el sistema del complemento contra nuestros propios tejidos. Sus hallazgos no solo reformulan la comprensión centenaria del sistema del complemento, sino que también abren nuevas vías para terapias que podrían bloquear específicamente esta vía dañina en pacientes con enfermedades autoinmunes e inflamatorias.cien
Los médicos de la Universidad Queen Mary de Londres, Barts Health NHS Trust y University College London han liderado el desarrollo de una terapia térmica dirigida (Triple T) simple y mínimamente invasiva que tiene el potencial de transformar el tratamiento médico de una causa común, pero comúnmente pasada por alto, de presión arterial alta.