El 13 de julio se conmemora el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), con el objetivo de darlo a conocer y terminar con los prejuicios que muchas veces recaen en quienes lo sufren.
En este contexto, el Dr. Rodolfo Philippi, psiquiatra adulto, magíster en Filosofía y Bioética y director de la Sociedad Médica Psifam, advierte que hay una “tendencia hacia no reconocer” a tiempo el TDAH y que ello puede traer consecuencias en la vida adulta.
“La prevalencia en niños es del 5% y 7% lo que indica que, en general, por curso debe haber 1 o 2 niños que tengan Déficit de Atención. Existe un mito de que hay un sobrediagnóstico al respecto, y la verdad es que está sub-diagnosticado. En adultos pasa lo mismo y la tendencia es hacia no reconocer el trastorno”, manifiesta.
El experto agrega que “el 80% de los niños que tienen Déficit Atencional continúa con los síntomas en la adultez. Las personas entran a la secundaria o a la universidad y se les da un alta sin razón de ser, ya que no existe una cura química que permita mejoría siendo adulto sin tratamiento”.
Se piensa erróneamente que no es una condición genética, cuando es incluso hereditaria y que acompaña a la persona a lo largo de toda su vida y no únicamente en la niñez. Según el Dr. Philippi algunas de las causas del TDAH, además de la genética son “el bajo peso al nacer, una madre que ha consumido drogas o que ha fumado durante el embarazo, alguna infección o situación en el parto como pasar a cuidados intensivos”.
Abuso de sustancias
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, que se inicia en la infancia y tiene una etiología biológica, que se transmite genéticamente y que abarca todas las áreas funcionales de la vida del ser humano.
El Dr. Philippi explica que “entre personas sin diagnóstico ni síntomas la probabilidad de abuso de sustancias es de un 20%, mientras que entre las personas con TDAH, que no fueron diagnosticadas en la niñez y que no recibieron tratamiento, es de un 84%, y este es uno de los ejemplos que muestran el impacto del Trastorno del Déficit Atencional en la vida de un adulto”.
Solo un 15% o 20% de los niños que presentan TDAH mejoran a lo largo de su crecimiento, sin embargo, lo que ocurre es que “los adultos a lo largo de su vida, por no recibir diagnóstico o tratamiento van haciendo un acomodo o ajuste a su sintomatología y esto les permite funcionar con relativa normalidad. Pese a esto, la falta de concentración, la hiperactividad o impulsividad, se mantienen presentes en la personalidad del paciente”, afirma el experto.
¿Cómo puede reconocer un adulto que sufre de Trastorno por Déficit Atencional?
El psiquiatra señala que los adultos con TDAH “por lo general son personas que tienen dificultades para relacionarse con otros, así como manifestar impulsividad o irritabilidad cuando no les prestan suficiente atención”.
En el adulto persisten los síntomas en relación con la atención y principalmente la debilidad en las funciones ejecutivas como pérdida de memoria, no ubicar objetos, no prestar atención a los detalles, dificultad para recordar eventos y dificultad para mantener la concentración de forma permanente, así como imposibilidad de secuenciar las acciones, es decir, escribir un listado de actividades por hacer en un orden determinado y no cumplirlo.
El impacto trasciende porque las personas con TDAH suelen tener mayores infracciones de tránsito, mayor tasa de desempleo y mayores conflictos en las relaciones personales y esto afecta negativamente la vida del individuo. Incluso, se habla de mayor riesgo de vida por accidentes.
En ambos grupos etarios es necesario el diagnóstico y el tratamiento, tanto en terapia como en la administración de fármacos, por lo que para llevar una vida lo más normal posible, es ideal que el paciente acuda a la evaluación médica y reciba tratamiento. “El 70% de los individuos que reciben tratamiento farmacológico obtendrán resultados positivos”, asevera el especialista.