Considerando estudios en los que se describe que la población hispanoamericana tiene una mayor prevalencia de Síndrome Metabólico (SMet), países como Chile aún no avanzan con celeridad en el diagnóstico de éste, traduciéndose a posteriori en un incremento de riesgo de enfermedades como Hipertensión Arterial, Diabetes Mellitus 2 (DM2), Hígado Graso o Infarto al Miocardio.
El SMet corresponde a un conjunto de trastornos que elevan el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular (ECV) y DM2, y se está convirtiendo en uno de los principales problemas de salud pública actual.
Para su diagnóstico se incluye la elevación de cifras de presión arterial, hiperglicemia, obesidad de distribución central y alteraciones en el perfil lipídico. Su pesquisa temprana puede mejorar la calidad de vida de los pacientes e incluso la sobrevida de quienes lo padecen.
El Dr. Esteban Muñoz Sáez, médico internista de la Clínica Indisa e integrante de la Agrupación de Médicos de Clínica Indisa (AMCI), señala que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud del Minsal 2016-2017, un 39,98% de la población chilena padecía sobrepeso y un 33,2% obesidad propiamente tal, cifras que pueden haber incrementado con la pandemia en asociación con el sedentarismo y malos hábitos alimenticios.
«En Estados Unidos el año 2016 se publicó que el diagnóstico de SMet alcanzó una prevalencia 34,7% de la población, observándose que el subgrupo de habitantes hispanoamericanos el rango oscila de un 32,9 a 40%. Bajo una definición específica (ATP III), los habitantes de Santiago de Chile entre 25 y 64 años tienen una prevalencia del 21% a desarrollar Smet», explica.
En opinión del especialista, estos datos son interesantes a considerar para poner mayor énfasis en la detección y manejo precoz del SMet. La morbilidad y mortalidad prematura asociadas a diabetes y accidentes cebrovasculares conllevan un gasto importante en salud pública.
Indicadores clave
El también denominado síndrome cardio metabólico constituye un terreno común para diversas especialidades como son los médicos internistas, cardiólogos, diabetólogos o nutriólogos, quienes podrían desplegar una estrategia transversal e interdisciplinaria para abordar este problema país.
«El diagnóstico no es dificultoso ya que existen, según la guía que se utilice, indicadores que, al presentarse más de 3, certifican este cuadro: obesidad abdominal (definida por su diámetro), triglicéridos elevados, aumento de la glicemia, disminución de HDL y elevación de la presión arterial», precisa el doctor Muñoz Sáez.
Añade que, a su parecer, es importante que los médicos busquen dirigidamente el diagnóstico y deriven oportunamente, ya que los pacientes habitualmente no presentan síntomas y los resultados tras su manejo pueden ser rápidos y efectivos.
Por su parte, los pacientes con antecedentes familiares con patologías asociadas al SMet, o aquellos que suspendieron sus controles médicos durante la pandemia u observan haber ganado peso, se les invita a que se acerquen a su centro de salud de preferencia y reactiven su control preventivo.