Casi el 6 por ciento de los niños que acudieron al Servicio de Urgencias con COVID-19 manifestaron síntomas de COVID prolongada 90 días después, según un estudio realizado en ocho países y publicado en la revista ‘JAMA Network Open’. La hospitalización inicial de 48 horas o más, cuatro o más síntomas en la visita inicial a urgencias y la edad de 14 años o más se asociaron con la COVID larga.
«Encontramos que en algunos niños, la enfermedad con COVID-19 se asocia con el reporte de síntomas persistentes después de 3 meses –explica el investigador principal Stephen Freedman, de la Escuela de Medicina Cumming de la Universidad de Calgary, y los Servicios de Salud de Alberta (Canadá)–. Nuestros resultados sugieren que se necesita una orientación y un seguimiento adecuados, especialmente para los niños con alto riesgo de COVID prolongado».
En el estudio participaron 1.884 niños con COVID-19 que tuvieron un seguimiento de 90 días. La COVID larga se encontró en casi el 10 por ciento de los niños hospitalizados y en el 5 por ciento de los niños dados de alta de urgencias.
“Las tasas de COVID prolongada en adultos son sustancialmente más altas que las que encontramos en los niños –añade el co-investigador principal Nathan Kuppermann, de la Universidad de California, Escuela de Medicina de Davis (Estados Unidos)–. Nuestros hallazgos pueden informar las decisiones de política de salud pública con respecto a las estrategias de mitigación de COVID-19 para los niños y los enfoques de cribado para COVID largo entre aquellos con infecciones graves».
Los síntomas persistentes más reportados en los niños fueron fatiga o debilidad, tos, dificultad para respirar o falta de aliento.
«Nuestro hallazgo de que los niños que tenían múltiples síntomas de COVID-19 inicialmente estaban en mayor riesgo de COVID larga es consistente con los estudios en adultos”, subraya el co-investigador principal Todd Florin, de Ann & Robert H. Lurie Children’s Hospital de Chicago y Northwestern University Feinberg School of Medicine.
«Lamentablemente, no se conocen terapias para la COVID prolongada en los niños y se necesita más investigación en esta área. Sin embargo, si los síntomas son significativos, lo más importante es el tratamiento dirigido a los síntomas. La atención multidisciplinar está justificada si los síntomas afectan a la calidad de vida», afirma.