Realizar deporte con regularidad es una de las maneras más sencillas de mejorar la salud y mantenerse sano. La práctica habitual de ejercicios puede prevenir y controlar muchas enfermedades como diabetes, obesidad u osteoporosis, entre otras.
Con la llegada del otoño y el invierno bajan las temperaturas, los días se hacen más cortos y muchas personas disminuyen la periodicidad con la que practican algún tipo de actividad física. Si bien es natural, lo importante es no perder el hábito y buscar nuevos lugares y horarios para continuar con las rutinas deportivas.
Según la Organización Mundial de la Salud, la actividad física hace referencia a todo movimiento, incluso durante el tiempo de ocio, para desplazarse a determinados lugares, o como parte del trabajo de una persona, que permite mejorar la salud.
Asimismo, The American Heart Association, recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada a la semana, la cual puede dividirse en una práctica de 30 minutos, cada día de la semana.
“Sabemos que el trabajo y las tareas domésticas son los principales impedimentos para ejercitarse durante el día. Sin embargo, es posible encontrar otras alternativas como caminar hacia la oficina o realizar algún juego deportivo con los hijos e hijas”, comenta el Dr. Hugo Marambio, traumatólogo y jefe del Centro de Salud Deportiva de la Clínica Santa María.
La inactividad física es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad en enfermedades no transmisibles como diabetes, enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer.
“No podemos olvidar que movernos y estar activos no solo tiene un gran beneficio en salud mental, en nuestro estado de ánimo, sino que también contribuye en la prevención de muchas enfermedades”, explica el especialista.
¿Qué otros beneficios tiene mantenerse activo?
• Reduce la presión arterial
• Mejora el flujo sanguíneo (circulación)
• Mantiene el peso bajo control
• Evita la pérdida de masa ósea que puede provocar osteoporosis
• Aumenta el nivel de energía diario
• Ayuda a controlar el estrés y la tensión
• Fomenta una actitud positiva
• Ayuda a dormir con mayor rapidez y de forma más profunda
• Mejora la autoconfianza
Finalmente, el Dr. Marambio recalca que “tan relevante como el ejercicio, es complementarlo con un estilo de vida saludable, que involucra una buena alimentación, socialización e integrar el cuerpo y la mente, elementos que sin duda mejoran la calidad de vida en el tiempo”.
Fuente: Clínica Santa María.