Una fórmula para tratar y prevenir enfermedades neurodegenerativas a través de la medicina natural, es lo que creó la investigación encabezada por la doctora Elisa Zúñiga Garay, académica de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y directora del proyecto Fundación Copec-UC.
Bioquímica y doctora en Química de la Universidad de Santiago de Chile, la científica inició el estudio hace casi una década mientras trabajaba con principios bioactivos de plantas de la medicina mapuche.
“Si bien en esa época logramos nanocontener extractos de arrayán, el problema era lo difícil de reproducir un extracto natural, por lo tanto generamos uno sintético con tres antioxidantes que tenían probadas actividades neuroprotectoras y que se encontraban en altas cantidades en el arrayán”, explicó la Dra. Zúñiga.
Agrupándose con los investigadores Pablo Muñoz, académico de la Universidad de Valparaíso; y Osvaldo Rubilar, bioquímico Usach y gerente de Investigación y Desarrollo de BioAgro, crearon una especie de fibra que traspasa la barrera hematoencefálica y llega al cerebro, gracias a un polímero que se denomina inteligente.
“Lo anterior aumenta la biodisponibilidad de los compuestos bioactivos en distintos órganos, incluyendo el cerebro, donde actúa como un sistema de liberación controlada. Esto protege al cerebro de una eventual oxidación”, sostuvo la Dra. Zúñiga.
La académica indicó que la fórmula es inocua, bioindispensable, eficaz, que solo se activa si la persona tiene daño. Para entrar al mercado, el equipo apostó por generar un nutracéutico, es decir, lo intermedio entre un suplemento alimenticio y un fármaco.
La tecnología desarrollada está protegida mediante patentes de invención en Estados Unidos, Chile y se encuentra en trámite en Europa.
Formación Usach
Sobre su paso por la Universidad de Santiago, la académica asegura que “yo elegí la Usach porque era una institución que me daba las posibilidades de hacer cosas que fueran aplicadas a la industria”.
“En esa época la malla de la carrera de Bioquímica me llamó la atención porque sus asignaturas iban dirigidas hacia el área industrial, algo que yo buscaba”, puntualiza.
De esta manera, la investigadora señala que “mi formación se hizo bajo ese sello, el de realizar transferencia tecnológica, generar nuevos productos, básicamente a lo que me dedico actualmente”.
Para la Dra. Zúñiga, su paso por la Universidad de Santiago “fue súper importante porque no solo tuve formación en conocimiento, sino que en valores. Nuestras/os profesoras/es eran muy buenas personas, siempre preocupadas/os de nosotras/os”.