Este 10 de septiembre empieza a regir el horario verano, con el adelantamiento en 60 minutos de los relojes a partir de la medianoche. La medida, que tiene como objetivo aprovechar mejor la luz natural en las tardes puede tener efectos transitorios en parte de la población, que puede sufrir problemas a la hora de conciliar el sueño.
“Es inevitable que el este nuevo horario afecte, más aún a las poblaciones de riesgo, que son los adultos mayores, niños y pacientes con patologías de sueño. Vamos a andar más cansados, fatigados, menos concentrados y con alteraciones de humor”, advierte la Dra. Catalina Torres, neuróloga de Clínica Santa María.
Para la neuróloga y especialista en Medicina del Sueño de Clínica Dávila, Dra. Evelyn Benavides, “el hecho de despertarnos más oscuro y tener más la luz hacia la tarde, hará que la mañana sea más difícil, nos costará más mantener la concentración, se nos correrá el horario de tomar desayuno y nuestra capacidad cognitiva no será tan buena, sobre todo la primera semana, mostrando incluso cambios en nuestra conducta como mayor irritabilidad”.
Efectos en niñas y niños
En el caso de las niñas y niños, la Dra. Paola León, neuróloga infantil de Clínica Vespucio, señala que “cuando los despertamos con poca luz, el cerebro sigue en estado de somnolencia, lo que significa que durante las primeras horas de clases ellos podrían presentar menor concentración”.
Por ello, la profesional aconseja que la transición se haga previamente, acostando a los menores más temprano y respetando las 12 horas de sueño en preescolares, 10 horas en escolares y 8 o 9 en adolescentes. Además, sugiere evitar las comidas muy tarde, las bebidas azucaradas y el uso de pantallas.
Recomendaciones
Una recomendación que puede hacer más llevadero este cambio para quienes se sienten afectados es realizar una transición al cambio de hora, tratando de dormirse antes y levantarse más temprano en los días previos.
Además, en estos días más que nunca se debe evitar tomar té, café o estimulantes, dormir siesta y usar pantallas hasta tarde.
“En el caso de las comidas, habría que adelantarlas e intentar consumir alimentos que tengan L-triptofano que es un aminoácido que induce el sueño y que está presente en vegetales, huevo y algunas carnes. Además, será necesario dejar de hacer actividades que provoquen una alerta adicional en la noche como los videojuegos y el ejercicio extenuante que de por sí activan a la persona y postergan su sueño”, comenta el Dr. Enzo Rivera, neurólogo del Centro de Estudios del Sueño de la Clínica Ciudad del Mar.
La importancia del buen dormir
La doctora Evelyn Benavides, quien además es presidenta de la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño (Sochimes) remarca la importancia de seguir las recomendaciones para adaptarse a este cambio y que no tenga consecuencias en el buen dormir de las personas.
“Para reducir el impacto del cambio de hora en las rutinas de sueño lo ideal es mantener hábitos de sueño saludables tratando de hacer la mayoría de la actividad durante la mañana, evitar la exposición a pantallas en la noche, realizar actividad física de predominio en horario matinal y evitar la automedicación de medicamentos para dormir, así como el consumo de alcohol en la noche”, expresa.
Según la última Encuesta Nacional de Salud en Chile, 63.2% de las personas sospecha presentar trastorno del sueño de algún tipo, siendo los más comunes el insomnio y la apnea.
“El cambio de hora puede hacer que algunas personas que puedan tener trastorno del sueño previo al cambio porque empeora sus trastornos de sueño, aumentando el insomnio y también aumentando la sensación de sueño matinal”, señala.
Ante esto, la Dra. Benavides aconseja que “si los trastornos duran más de un mes lo ideal es que la persona afectada consulte con un especialista, que evite la automedicación de pastillas para dormir o de activantes de la vigilia, manteniendo hábitos saludables del sueño”.