En víspera de un nuevo festejo por el 18 de septiembre, que adquiere características especiales al tratarse de cuatro días feriados luego de dos años marcados por las restricciones del Covid-19, el llamado es a disfrutar pero también a ser responsables a la hora de tomar alcohol, en especial para quienes están bajo algún tratamiento con fármacos.
“La interacción entre medicamentos y alcohol, en algunos casos, puede potenciar sus efectos y causar cuadros de toxicidad”, explica Fernando Torres, toxicólogo y director de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello.
“Por otro lado, el alcohol puede ser irritante gástrico y múltiples medicamentos también lo son, por lo que la sumatoria de ambos puede desencadenar gastritis de mayor intensidad”, advierte.
Reacciones adversas
En dosis altas, el alcohol y medicamentos pueden ser una combinación altamente peligrosa.
Por ello, es importante conocer qué tipo de fármacos pueden interactuar con las bebidas alcohólicas, para evitar complicaciones.
“Algunas reacciones descritas son inmediatas y el paciente puede presentar náuseas, vómitos, debilidad, confusión, disminución de su presión arterial”, dice el académico UNAB.
Estos efectos se producen con algunos antibióticos y, excepcionalmente, también puede observarse con otras drogas.
También la asociación alcohol-medicamentos puede provocar aumento de los efectos de éstos últimos.
“La situación se ha observado con psicofármacos como las benzodiazepinas, antidepresivos y relajantes musculares en que se potencian los efectos depresores de ambos, también con algunos vasodilatadores coronarios, hipoglicemiantes orales (para tratar la diabetes), anticoagulantes orales donde aumenta el riesgo de hemorragias”, subraya el académico de la U. Andrés Bello.
Es importante destacar, sugiere el experto, que, si una persona está en tratamiento con antiinflamatorios e ingiere además alcohol en demasía, puede presentar hemorragias digestivas.
“La ingesta de alcohol en conjunto con antialérgicos (loratadina, clorfenamina, cetirizina) puede provocar mareos y somnolencia, aumentando el riesgo de sobredosis y causar además accidentes”, finaliza el químico farmacéutico.
Fuente: UNAB.