La incontinencia urinaria o fecal y la dispareunia (dolor coital) son disfunciones del piso pélvico que sufre un alto porcentaje de la población femenina, principalmente por el paso de los años, el peso, el parto y la falta de ejercicios que fortalezcan esta estructura.
Las estadísticas indican que entre el 25% y el 50% de las mujeres tiene algún tipo de disfunción en el piso pélvico, y un poco más del 70% de ellas, pierde alguna función sexual.
“Esto se manifiesta clínicamente porque la mujer presenta dolor en el coito, problemas de lubricación, sensación de estrechez o dificultad para lograr el orgasmo”, explica a Cienciaysalud.cl Karin Jerez Hidalgo, kinesióloga master en suelo pélvico y en gimnasia abdominal hipopresiva.
El piso pélvico es una estructura muscular y ligamentosa que se encuentra en la parte baja de la pelvis que sostiene el útero, vagina, vejiga, uretra, ano y recto. Al debilitarse, propicia el prolapso genital y la incontinencia tanto urinaria como fecal.
No normalizar
Lamentablemente, según la académica, se trata de afecciones de las cuales “no se habla, y a nivel sanitario, de profesionales de salud, todavía es un tema que se normaliza”.
La académica de la Escuela de Obstetricia de la Universidad de Valparaíso agrega que muchas de sus pacientes le comentan que, como alternativa a su dispareunia, algunos médicos les han dicho incluso “tienes que relajarte”.
“En nuestro país hay muy poco acceso a la kinesiología pélvica. Hay países como Francia y Bélgica, donde la salud pública asegura para todas las mujeres un programa de kinesiología de piso pélvico de 10 sesiones en el post parto. Entonces, así, se reduce la brecha de alta prevalencia de disfunciones sexuales”, explica.
Problemas de autoestima
Las mujeres que presentan disfunciones en el piso pélvico reportan mayor prevalencia de depresión, ya que éstas “dañan la autoestima, la seguridad y provocan trastornos del ánimo”, alerta Jerez.
Para combatir esta problemática, la experta señala que “hace falta más difusión y educación, ya que no se masifica transversalmente a toda la población. Además, hay que considerar que al trabajo del suelo pélvico solo tienen acceso algunas mujeres de estratos socioeconómicos altos”.
“Para que esto sea efectivo se necesita una política pública. Pienso que la kinesiología pélvica debiera estar considerada como un programa ministerial, al menos en el post parto. Lo otro es incorporar alguna patología del piso pélvico al GES, por ejemplo, la incontinencia urinaria”, sugiere.
Según datos entregados por la profesional a Cienciaysalud.cl, la incontinencia urinaria estaría afectando al 30% de las mujeres en el mundo, independiente de su edad. En mujeres menores de 30 años, a 1 de cada cuatro, es decir el 25% podría sufrirlo. Mientras que, en mujeres sobre 50 años, 2 de cada 4, ósea, el 50%.
En relación con la prevalencia por género, las estadísticas señalan que las disfunciones sexuales afectan entre un 30% a una 60% de las mujeres. Pero, además, es mucho más prevalente en la etapa postnatal. En el post parto, etapa que considera los 24 meses posteriores al nacimiento, la evidencia dice que hasta un 80% de las mujeres tendrían algún grado de disfunción sexual.
La kinesióloga resalta la necesidad de contar con una mayor dotación de profesionales de la salud sensibilizados con este tema, que tengan “una perspectiva de género y que vean que ésta es una problemática de salud pública de la mujer”.