La combinación de alimentación restringida y HIIT mejora las medidas de salud en mujeres con obesidad

Un ensayo aleatorio y controlado realizado en mujeres ha comprobado que la combinación de la alimentación restringida en el tiempo (ART) con el entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT, por sus siglas en inglés) es más eficaz que cualquiera de ellos por separado para mejorar la salud cardiometabólica en personas con sobrepeso y riesgo de padecer enfermedades graves.

Los resultados, que se publican en la revista ‘Cell Metabolism’, muestran que esa combinación mejoró el control glucémico medio a largo plazo en comparación con un grupo de control sin intervención e indujo reducciones 2 veces mayores de la masa grasa y del área de grasa visceral en comparación con cada intervención por separado.

“La ART aislada y el HIIT han recibido una atención creciente por ser estrategias eficaces y factibles para las poblaciones de riesgo», explicó la autora principal Trine Moholdt, jefa del Grupo de Investigación sobre Ejercicio, Salud Cardiometabólica y Reproducción de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU).

«Queríamos comparar los efectos de la combinación de ART y HIIT con sus efectos aislados y determinar si ambas actuarían de forma sinérgica en la mejora de la salud en individuos con riesgo de enfermedad cardiometabólica. Este hallazgo pone de manifiesto la importancia de cambiar tanto los hábitos dietéticos como los de actividad física para los individuos que desean mejorar rápidamente su salud y reducir su riesgo de enfermedad», comentó la investigadora

El ensayo tenía cuatro brazos: HIT solo, ART sola, la combinación ART-HIIT y un grupo de control. Se inscribieron 131 mujeres, 32 o 33 en cada brazo. Todas ellas tenían sobrepeso u obesidad y presentaban factores de riesgo de enfermedades cardiometabólicas como la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.

La ART se definió como el consumo de todas las calorías diarias dentro de una ventana de tiempo de 10 horas. El HIIT se definió como el ejercicio realizado al 90% de la frecuencia cardíaca máxima durante 35 minutos, tres veces por semana. Las sesiones de ejercicio fueron supervisadas por los investigadores, y se pidió a los participantes que registraran sus primeras y últimas calorías cada día.

Las intervenciones duraron 7 semanas. Se tomaron varias medidas antes y después del estudio, como la presión arterial de los participantes, el índice de masa corporal, los niveles de grasa y colesterol en sangre y varias medidas de los niveles de glucosa e insulina en sangre.

Los investigadores descubrieron que los participantes que combinaron ART y HIIT fueron capaces de mejorar su control glucémico medio a largo plazo medido como HbA1c. También fueron capaces de reducir eficazmente la masa grasa y la grasa visceral y de aumentar su aptitud cardiorrespiratoria medida como consumo máximo de oxígeno.

Sin embargo, no hubo diferencias estadísticamente significativas en los lípidos sanguíneos, las hormonas del apetito o los signos vitales después de cualquiera de las intervenciones en comparación con el grupo de control.

Otro hallazgo importante de la investigación fue que la adherencia al estudio fue alta. «Las tasas de adherencia son importantes. Las tasas de adherencia a las recomendaciones generales de estilo de vida son bajas, y nuestras estrategias de dieta-ejercicio pueden servir como alternativa», afirmó otra de las autoras del trabajo, Kamilla La Haganes, estudiante de doctorado en la NTNU.

«Recomendamos este tipo de programa a las personas que deseen una forma relativamente sencilla de cambiar sus hábitos de dieta y ejercicio y mejorar su salud”, señaló Moholdt, agregando que la ART es un método “menos tedioso y que requiere menos tiempo para perder peso en comparación con el recuento diario de calorías, y el HIIT es tolerable y seguro para personas previamente sedentarias y puede completarse en 30-40 minutos».

Los investigadores están invitando a los participantes a que vuelvan a someterse a pruebas de seguimiento dos años después de haber completado el estudio para averiguar si han continuado con las intervenciones. También planean determinar si la combinación de TRE y HIT inducirá los mismos beneficios para la salud y tendrá tasas de adherencia igualmente buenas en un entorno completamente domiciliario.

Ese estudio incluirá tanto a hombres como a mujeres. «Juntos, estos dos nuevos estudios nos dirán más sobre la viabilidad a largo plazo y también sobre la posibilidad de implementación en un entorno del mundo real. Además, podremos investigar si hay diferencias de sexo en la respuesta a estas intervenciones», señaló Haganes.

 

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