Los especialistas coinciden en que las consultas por alergias se han anticipado esta temporada e incluso han aumentado, impulsadas por el clima presentado durante el invierno y el comportamiento de los diferentes virus respiratorios.
“Este año los virus respiratorios se adelantaron, lo que implica que también los síntomas alérgicos comienzan antes. Con el calor, los primeros en florecer son los aromos y algunas malezas y cuando los pacientes son alérgicos a estas cosas puntuales son los primeros en verse afectados”, afirma la Dra. Gema Pérez, broncopulmonar infantil de la Clínica Dávila Vespucio.
Se trata de una reacción del sistema inmunitario que afecta a entre un 20% a un 40% de la población mundial y que, según detalla la Dra. Tamara Pérez, inmunóloga de la Clínica Biobío, tiene como síntomas principales:
• Picazón, ya sea a nivel de nariz, ojos, piel, garganta.
• Moco, habitualmente de tipo acuoso, trasparente y claro.
• Estornudo generalmente por crisis.
• Presencia de tos.
• Manifestaciones a nivel de piel, como ronchas o empeoramiento de algunas dermatitis.
Otros efectos
Sin embargo, existen otros efectos menos conocidos a los cuales también debemos estar alerta. La especialista de la Clínica Dávila Vespucio precisa que “el alérgico puede tener un potencial asmático y si su reacción alérgica es muy severa puede llegar a tener obstrucción bronquial, que es silbido al pecho, dificultad respiratoria, una urticaria extensa con lesiones en la piel e incluso anafilaxia, que es una reacción alérgica mucho más severa y que requiere manejo con corticoides, antialérgicos e incluso adrenalina, porque le puede bajar la presión y comprometer la conciencia del paciente”.
Estas señales requerirán una consulta en el servicio de urgencia “para ser atendidos a la brevedad y evitar un riesgo vital, además de recibir un manejo oportuno y aliviar los síntomas”.
Acciones imprescindibles para enfrentar las alergias
Realizar control ambiental: si bien puede ser algo difícil en el caso de los alergenos pólenes que se encuentran en el aire, la Dra. Tamara Pérez afirma que algunas cosas mínimas como el uso de lentes, ventanas cerradas de casa y autos, no tener la ropa tendida por largos periodos en el exterior y cambiar o lavar la ropa cuando llegamos a casa si hemos estado mucho tiempo afuera pueden ayudar.
Además, aconseja no tener contacto directo con alergenos identificados ya por el paciente, como pasto o árboles dentro de lo posible.
Tratamiento médico: la inmunóloga de la Clínica Biobío agrega que “es posible que el paciente pueda enfrentar de mejor manera la temporada y su enfermedad, en la medida que sea bien asesorado por su médico tratante para el reconocimiento de los cambios ambientales que ocurren y de sus propios síntomas para poder ejecutar el control ambiental y el inicio de una terapia efectiva para cada paciente”.
Restringir actividades al aire libre: entre 5 y 10 horas y entre 19 y 22 horas son los intervalos en que más se acumula polen. Por lo tanto, la Dra. Macarena Sobarzo, inmunóloga de la Clínica Ciudad del Mar, recomienda realizar actividades al aire libre, ya sean deportivas o recreativas, fuera de este rango.