Especialistas alertan sobre aumento de enfermedades cardiovasculares en jóvenes

En alerta se encuentran los especialistas al observar en el día a día un importante aumento de ataques cardíacos y enfermedades cardiovasculares en menores de 45 años.

Y si bien aún no existen cifras epidemiológicas a nivel nacional, el Ministerio de Salud reportó un incremento de un 42% en el promedio semanal de atención por infarto cardíaco y de un 12% de las hospitalizaciones por infarto comparando el 2022 versus 2018.

Analizando la tasa bruta de egreso hospitalario por infarto se observa una importante alza en la población de entre 35 a 54 años.

Una realidad que causa preocupación, considerando que la enfermedad cardiovascular (ECV) es responsable de casi la mitad de las Enfermedades No Transmisibles (ENT), que la convierte en la principal causa de muerte en el mundo.

Este aumento de enfermedades cardiovasculares en personas jóvenes también se vio reflejado en el estudio norteamericano Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC) y publicado en la revista Circulation.

Allí se puede apreciar que, en intervalos de cinco años, la proporción general de ingresos hospitalarios relacionados con ataques cardíacos en Estados Unidos atribuibles a pacientes jóvenes de 35 a 54 años aumentó del 27% en 1995-99 al 32% en 2010-145, con un mayor crecimiento observado en las mujeres jóvenes.

Según dicho estudio, durante esos períodos hubo un aumento en las admisiones de 21% a 31% entre las mujeres jóvenes, en comparación con 30% a 33% entre los hombres jóvenes. 5

La Dra. Paola Varleta, cardióloga y Presidenta de la Fundación de la Sociedad Chilena de Cardiología, indica que, según su experiencia clínica, luego de terminado el confinamiento por pandemia se ha visto en nuestro país un aumento de personas jóvenes con enfermedades cardiovasculares tanto en hospitales como en centros privados.

“En referencia a personas menores de 50 años, hemos visto una esperada mayor pesquisa de factores de riesgo cardiovasculares debido a la falta de control de condiciones tan conocidas como como son la hipertensión arterial y el colesterol elevado. La falta de ejercicio, el estrés y el teletrabajo, no ayudaron a mantener un estilo de vida saludable”, indica la Dra. Paola Varleta.

El Dr. Jorge Jalil, cardiólogo y Past President de la Sociedad Chilena de Hipertensión, en tanto, agrega que, si bien la pandemia incrementó la aparición de eventos cardiovasculares prematuros debido a que la gente se controló menos y los servicios de Salud y de Urgencia estaban básicamente orientados a contener el Covid, esta realidad ya venía en aumento en los años previos a la pandemia.

“Según cifras del Ministerio de Salud, si comparamos el 2018 con el 2021, en el grupo joven de 35 a 44 años, los infartos subieron de 13 a 17 por cada cien mil habitantes”, enfatiza.

Principales factores de riesgo

Si nos focalizamos en la última Encuesta Nacional de Salud de Chile 2016-2017, el factor de riesgo cardiovascular más prevalente en población adulta joven (20 a 49 años) es el tabaquismo, que se reportó en 41%.

Le sigue en relevancia la obesidad, que en jóvenes de 20 a 29 años es de 22%; y entre los 30 a 49 años, de 35%.

“A la vez, uno de cada tres adultos jóvenes tienen síndrome metabólico, lo que engloba condiciones metabólicas tales como glicemia elevada de ayuno o triglicéridos altos, junto con obesidad abdominal y/o presión alta. La hipertensión arterial se ha hecho cada más común debido a la dieta occidental con alimentos procesados ricos en sodio, el sedentarismo y el sobrepeso de la población”, afirma la Dra. Varleta.

Otro factor de riesgo importante a considerar en población joven, advierte la cardióloga, es el antecedente familiar de enfermedad coronaria precoz en un familiar directo. Estudios internacionales revelan su importancia en la aparición precoz de un infarto cardíaco o accidente cerebrovascular (ACV). Este antecedente es relevante, puesto que permite sospechar enfermedades genéticas como, por ejemplo, una dislipidemia familiar.

“Un estudio que evaluó a una población norteamericana de más de un millón de adultos jóvenes posterior a un primer infarto cardíaco, reveló que los principales factores de riesgo eran la hipertensión arterial, el tabaquismo y el colesterol elevado. Además, las mujeres tenían mayor prevalencia de diabetes y obesidad, y los hombres mayor prevalencia de tabaquismo y consumo de drogas”, indica.

Entre los factores de riesgo, ¿cuáles son modificables?

Según señala la Dra. Varleta, el tabaquismo y la obesidad se pueden modificar. Esto es muy relevante, ya que dejar de fumar reduce el riesgo de presentar un infarto cardiaco en un 36% incluso, si se deja este hábito antes de los 40 años, se reduce el riesgo de morir por una enfermedad relacionada al tabaco en un 90%.

La obesidad, en tanto, es un factor de riesgo que predispone a la diabetes y a la hipertensión. Se puede prevenir y también mejorar en manos de especialistas, considerando que es una enfermedad crónica, por tanto, debe manejarse para toda la vida.

El rol que jugó la pandemia

La especialista agrega que estadísticas entregadas por el Departamento de Enfermedades no transmisibles del Ministerio de Salud, reportan que la pandemia afectó considerablemente los ingresos y controles mensuales del Programa de Salud Cardiovascular en los años 2020 y 2021.

En el 2020 el número de pacientes ingresados y controlados bajó a en un 47%7, y luego subió paulatinamente hasta noviembre del 2021, fecha en que alcanzó valores prepandemia.

El porcentaje de pacientes con hipertensión arterial y de diabetes controlada bajó de un 42% a 23% y de un 30% a 17,5% respectivamente, entre el período diciembre 2019 a diciembre 2022. Esto también ha sucedido en países desarrollados como Estados Unidos.

La importancia de la detección precoz

Mientras más temprano se detecten los factores de riesgo cardiovasculares, se puede realizar una intervención precoz y tener mayor beneficio para el paciente.

“El tiempo y la carga de la exposición a un factor de riesgo son fundamentales. Esto se ejemplifica muy claramente con sujetos que tienen el colesterol elevado por una condición familiar, que generan un incremento desde muy temprana edad con la consecuente aparición de un evento coronario antes de los 40 años. Se ha visto que el tratamiento temprano reduce la progresión de la aterosclerosis y disminuye el riesgo cardiovascular, siendo el tratamiento costo-efectivo”, afirma la Dra. Varleta.

Pequeños cambios de hábitos que podrían evitar un infarto

• Llevar una vida saludable que incluye una dieta sana, restringiendo bebidas azucaradas, sal y alimentos procesados.
• No fumar
• Un mínimo de 30 minutos de actividad física casi todos los días de la semana ayuda a evitar los infartos.
• Leer siempre el etiquetado de los alimentos.
• Controlar la presión arterial, el colesterol desde temprano en la vida; en especial si existen antecedentes familiares.
• Controlar la glicemia y el azúcar en sangre. La diabetes aumenta el riesgo de infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
• Los portadores de hipertensión, diabetes o de alguna cardiopatía, retomar sus controles.

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