En Chile, cada año se registran más de 40 mil nuevos casos de accidentes cerebrovasculares (ACV). Según datos del Ministerio de Salud, se estima que cada una hora cuatro personas sufren de esta patología y de ellas una muere o queda con algún grado de discapacidad.

El doctor Walter Feuerhake, médico jefe del Servicio de Neurología, Neurocirugía y Neurorradiología de la Clínica Santa María, asegura que saber detectar sus señales es primordial para recibir un tratamiento oportuno y evitar, en lo posible, secuelas graves.

¿Qué son y por qué se producen los ACV?

El doctor Pascual Catalán, neurólogo de la Clínica Dávila Vespucio, explica: “Existen dos tipos de accidentes cerebrovasculares: los infartos que se originan por la oclusión de un trombo en una arteria que irriga el cerebro y las hemorragias que se producen por la ruptura de estas mismas. Los infartos son más frecuentes, pero las hemorragias son más graves”.

Respecto de factores de riesgo, el neurólogo de la Clínica Dávila, doctor Jorge Villacura, destaca que los infartos cerebrales se presentan actualmente en personas más jóvenes, debido a que este grupo de la población ha desarrollado una mayor cantidad de factores de riesgo en los últimos años.

“La población joven en Chile es cada vez más obesa, tiene más hipertensión y hay más incidencia de diabetes. Si a eso agregamos el colesterol alto, tabaquismo y consumo de drogas, nos damos cuenta de que los infartos cerebrales que antes veíamos de forma frecuente después de los 55 años, ahora los vemos en gente más joven, a los 45 o 50 años”, detalla el especialista.

¿Cómo podemos detectar y tratar un ACV a tiempo?

Contrario a lo que ocurre en un infarto al corazón, los accidentes vasculares usualmente no duelen. Esto determina que los pacientes no concurran de manera oportuna a la urgencia. Por ello, es fundamental detectar esta afección apenas comienza.

Cualquier síntoma de inicio agudo es de cuidado, en particular si hay pérdida o disminución de conciencia. El Dr. Alfredo Labarca, urgenciólogo de Help, enumera los siguientes:

• Asimetría facial: no lograr sonreír de manera simétrica o tener algún lado de la cara caído.
• Pérdida de fuerza en un brazo: un brazo más débil y/o incapacidad para mantener ambos brazos extendidos hacia al frente a la misma altura.
• Incapacidad para hablar bien: lenguaje traposo, inadecuado o mal articulado.
• Dolor de cabeza: malestar súbito y fuerte que puede estar acompañado de vómitos, mareos o alteración del conocimiento.
• Problemas para caminar: tropezar o perder el equilibrio, tener mareos repentinos o pérdida de coordinación.

“Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas debe inmediatamente solicitar una ambulancia o asistir al servicio de urgencia más cercano, ya que el tratamiento está limitado por el tiempo, desde el inicio hasta 3 horas”, enfatiza el profesional.

En cuanto a su tratamiento, el Dr. Villacura explica: “Cuando una persona tiene un infarto cerebral, se puede destapar la arteria afectada y así reconstituir el flujo sanguíneo, y evitar que se genere daño permanente”.

Si una vez aparecidas las señales de alerta el paciente acude con prontitud a la urgencia, por ejemplo, 30 minutos después de ocurrido el accidente cerebrovascular, sus posibilidades de responder bien al tratamiento son mucho mejores que si deja pasar más tiempo.

Finalmente, y en cuanto a su prevención, el jefe de neurología de la Clínica Santa María dice que es posible hacerlo, controlando los factores de riesgo asociados a esta patología.

Algunas recomendaciones son:

• Mantener una alimentación saludable.
• Realizar actividad física regularmente (entre 150 a 300 minutos semanales, según lo aconsejado por la Organización Mundial de la Salud).
• No fumar.
• Tener un peso adecuado.
• Evitar el consumo excesivo de alcohol.

Además, se aconseja realizar los chequeos preventivos de salud para pesquisar precozmente enfermedades como hipertensión, diabetes o colesterol elevado y así iniciar un tratamiento y seguimiento adecuado de estas condiciones.