La Organización Panamericana de la Salud (OPS) se reunió en Perú con expertos y socios involucrados en la prevención, el control y el tratamiento de la meningitis en las Américas para desarrollar una hoja de ruta con el fin de derrotar esta enfermedad para el 2030.
Aunque la meningitis bacteriana se puede prevenir con la vacunación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la meningitis causó 250.000 muertes en 2019, dejando a uno de cada cinco individuos con secuelas de larga duración tras una infección.
«El objetivo de la hoja de ruta 2030 es reducir los casos de meningitis en un 50% y las muertes en un 70%», dijo la Dra. Lucia de Oliveira, asesora regional de inmunización de la OPS.
«También estamos trabajando para eliminar las epidemias de meningitis bacteriana en América Latina para reducir la discapacidad y mejorar la calidad de vida después de la meningitis», añadió.
Para lograr estas cifras, la profesional señaló que es necesario reforzar los pilares del sistema sanitario, es decir, prevención, diagnóstico, vigilancia epidemiológica, acceso a los servicios médicos y la atención a los pacientes con afecciones postmeningitis.
Alta tasa de letalidad
La meningitis es una infección de la membrana que rodea el cerebro y la médula espinal. Si bien puede tratarse con éxito a través antibióticos, en el caso de no detectarla a tiempo tiene una alta tasa de mortalidad.
Entre las afecciones a largo plazo que pueden derivarse de una infección por meningitis se encuentran la pérdida de audición, disfunciones cognitivas como problemas de memoria o de aprendizaje, la pérdida de extremidades y la discapacidad visual.
Debido al grave impacto de la meningitis no tratada, la enfermedad está considerada entre las cuatro principales causas de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD).
La hoja de ruta propuso acciones en estas áreas, pero también incluye la concienciación para informar a las poblaciones y a los responsables de la toma de decisiones sobre la enfermedad, y para difundir mensajes sobre los síntomas y signos, así como sobre las vacunas y otros métodos para prevenir la enfermedad.
«La meningitis es una enfermedad grave que afecta a millones de personas en todo el mundo y tiene una alta tasa de letalidad de hasta el 10% y el 50% si va acompañada de sepsis, cuando la respuesta del cuerpo a una infección daña sus propios tejidos, lo que la convierte en una amenaza para la vida», dijo la doctora María Teresa Valenzuela, consultora de Inmunización Internacional de la OPS.
Volver a la meta
La 73ª sesión de la Asamblea Mundial de la Salud aprobó en noviembre de 2020 la hoja de ruta para derrotar a la meningitis en 2030. Este plan fue lanzado oficialmente por la OMS, la OPS y sus socios en septiembre de 2021.
«La pandemia del Covid-19 cambió las prioridades y los recursos, y ahora es importante que volvamos a la meta de la derrota de la meningitis y protejamos a la población de esta tremenda amenaza para la salud pública mundial», enfatizó la Dra. Valenzuela.
La incidencia de la enfermedad meningocócica invasiva es mayor en los niños menores de 1 año y se mantiene relativamente alta hasta los 5 años aproximadamente. A pesar de una tendencia a la baja en los niños mayores, vuelve a aumentar en los adolescentes y adultos jóvenes, especialmente cuando conviven.
«El reconocimiento de la meningitis bacteriana como un problema de salud pública es bajo, a pesar de sus impactos en los niños pequeños, y la hoja de ruta regional 2030 es un paso muy necesario en la dirección correcta para derrotar la enfermedad en las Américas», concluyó la Dra. de Oliveira.