UC y U. de Chile lideran el nuevo Centro de Prevención y Control de Cáncer

Con recursos del Fondo de Financiamiento de Centros de Investigación en Áreas Prioritarias (Fondap), la Universidad Católica y la Universidad de Chile conformaron el Centro de Prevención y Control de Cáncer (Cecan), orientado a avanzar en el estudio y tratamiento de este mal que cada vez afecta a más personas en Chile y el mundo.

El doctor Bruno Nervi, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dirigirá el centro, y el doctor Enrique Castellón, académico del Departamento de Oncología Básico Clínico (DOBC) estará como alterno. El proyecto cuenta, además, con la participación de científicos de las universidades de Antofagasta, Católica del Maule, de la Frontera, Andrés Bello, del Desarrollo y del Instituto Nacional del Cáncer.

Su objetivo es generar la evidencia básica, clínica y de salud pública que sustente propuestas en políticas que apunten a mejorar la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades oncológicas, así como a disminuir la brecha en el acceso a la atención oportuna por parte de los pacientes.

Así lo explicaron los doctores Héctor Contreras y Óscar Arteaga, directores del DOBC y de la Escuela de Salud Pública (ESP) de la Facultad de Medicina respectivamente.

“Estas instituciones están distribuidas a lo largo del país e insertas en áreas donde la población está afectada por diferentes tipos de cáncer, como el de pulmón asociado a labor de extracción minera en la zona norte; el gástrico, vinculado a infección por Helicobacter Pylori y a pobreza en la zona centro sur; vesicular, asociado a cálculos en la vesícula biliar y a ancestría mapuche en el sur, y cánceres de mama, cuello uterino y colorrectal, entre otros, asociados con grandes áreas urbanas expuestas a ambientes poco saludables”, detalla el proyecto.

Cada entidad participante proporcionará información relevante, orientada a permitir la formación de un Mapa Nacional de Prioridades para la Intervención del Cáncer.

“La idea es que nuestras respectivas líneas de investigación -tanto básica como clínica y de salud pública que hemos desarrollado a lo largo de nuestras carreras- tributen a este proyecto, pero con un enfoque traslacional y orientado a la política pública de manera que, por ejemplo, lo que se descubre en un cierto laboratorio pueda llevar a un nuevo tipo de screening o ensayo biológico que finalmente sirva para ser propuesto como un cambio en un test diagnóstico o en una terapia”, explica el doctor Contreras.

La salud pública en el centro

En Chile las enfermedades oncológicas son la primera causa de muerte, superando a las cardiovasculares.

“Hay muchas cosas que hacer, ya sea en la búsqueda de nuevas respuestas a tratamientos, encontrar blancos terapéuticos, determinar respuestas específicas a drogas o hacer ensayos biológicos que pudieran aportar en algunos tumores específicos; pero también hay un fuerte componente orientado a catastrar las enfermedades a nivel nacional y, eventualmente, establecer a través de modelos biológicos o matemáticos, cómo pudiéramos enfrentar de mejor manera esta pandemia actual. Este nuevo centro representa una gran oportunidad pero también una enorme responsabilidad en términos de poder entregar resultados finales que sirvan al establecimiento de políticas públicas, para que estas investigaciones aporten al bienestar de la población”, señala el director del DOBC.

El doctor Arteaga explica que la meta es mejorar la respuesta de Chile a la carga y desafío del cáncer mediante la creación de una plataforma de investigación a nivel nacional para identificar las mejores prácticas para la vigilancia de los factores de riesgo; la prevención y la atención temprana, generando evidencia de alta calidad para informar y proporcionar propuestas sobre políticas que agreguen valor a la salud de la población y maximicen la producción del sistema sanitario de la manera más equitativa.

“La salud pública está en el corazón de este proyecto, y lo hace agregando grupos de trabajo de distintas instituciones que trabajan en investigación básica, clínica y de salud pública, generando sinergia entre ellos, con el fin de alimentar políticas públicas sobre cáncer que puedan proponerse a las autoridades para que estas sean implementadas”, sentencia.

Fuente: Universidad de Chile.

Compartir este artículo

Artículos relacionados