Debido a las altas temperaturas y con el inicio de la época de vacaciones, especialistas recomiendan maximizar las precauciones para evitar Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA).
“La descomposición de los alimentos varía de acuerdo a distintos factores como la temperatura, la luz, la humedad”, explica Elisa Capurro Jerez, académica del Departamento de Nutrición y Dietética de la Universidad de Concepción.
Si bien la profesional indica que es difícil calcular exactamente en cuanto varían los tiempos de descomposición de los alimentos entre invierno y verano, evidentemente con el aumento de las temperaturas ésta se acelera.
“Es importante que cuando las personas vayan al supermercado, que la última compra sean los alimentos refrigerados, dentro de lo posible ponerlos en bolsitas que mantienen las temperaturas. Esos son los primeros alimentos que se tienen que sacar del auto o el transporte y llevar de forma inmediata al congelador o el refrigerador”, aconseja la docente.
Frutas y verduras
La académica plantea que, en el caso de las frutas, “es común comprar en grandes cantidades aprovechando ofertas”. Por esto, es necesario “que las laven, las sequen y las almacenen en el refrigerador. También se pueden congelar en bolsitas o potes por porciones justas para consumirlas”.
Hay frutas que no precisan refrigeración y que sólo requieren estar en lugares frescos, sin demasiada luz solar y con una ventilación baja, como por ejemplo, los plátanos, las manzanas, las peras y los duraznos.
“Pero los berries sí se necesitan refrigerar o congelar. Las verduras de hojas no requieren refrigeración, pero para que duren más, uno las lava y las pone en un pote, idealmente poner algún papel para que absorba la humedad”, dice la nutricionista.
Huevos y congelados
En el caso de los huevos, Capurro señala que deben ser refrigerados para que se mantengan frescos por más tiempo, ya que “cuando están a temperatura ambiente y hay cambios la capa porosa se puede humedecer y permitir la entrada de microorganismos”.
Al momento de descongelar alimentos es preferible sacar del congelador y dejar en el refrigerador. “Hacer la técnica rápida de poner a temperatura ambiente no es lo más recomendable, porque no se controla la proliferación de microorganismos”, explica la especialista.
En relación con la carne, la nutricionista afirma que cuando se descongela se debe cocinar de inmediato. Luego de su cocción, es posible refrigerar hasta por dos días, de preferencia en un pote de vidrio más que de plástico.
“Se puede preparar alimentos para dos días, dejarlos en la olla enfriar y que no pase más de dos horas a temperatura ambiente, se puede guardar en la misma olla dentro del refrigerador, pero tiene que ser refrigerado no puede quedarse al ambiente. Después se puede recalentar y consumir”, señala.
Contaminación cruzada
La académica de la U. de Concepción, indica que, para evitar la contaminación cruzada, se debe lavar y preparar cada alimento por turnos separados, no mezclando los de procedencia animal con las verduras, ni tampoco que tengan contacto en el congelador o refrigerador.
“Cada tipo de alimentos tiene microorganismos propios, pero se dividen en tres que son las bacterias, virus y parásitos. La que más conocemos es la salmonela, que los asociamos con los huevos y el pollo”, explica.
Otra afección que se podría presentar por una manipulación de alimentos deficiente es la enteritis, principalmente por un rotavirus que viene en el agua o alimentos contaminados por fecas. Además, está la triquinosis que se produce por el consumo de cerdo contaminado con larvas.
Junto con hacer hincapié en que las personas compren sus alimentos en lugares autorizados, la profesional entrega diversas recomendaciones para comprar de manera adecuada:
• Las carnes de vacuno tienen que estar bien rosadas, brillantes y con el olor adecuado.
• Los huevos tienen que comprarse sin plumas, ni fecas, sino que limpios.
• Los pescados deben estar con las agallas rojas y las escamas bien firmes.
• Los mariscos tienen que estar vivos y los envasados hay que verificar la fecha de vencimiento.
En este último punto, la nutricionista recuerda “que los mariscos deben consumirse cocidos, no crudos, ya que el limón no cuece”.
Fuente: Universidad de Concepción.