Crean “banco global de heces” para luchar contra la silenciosa extinción de las bacterias

Un grupo de científicos de diversas universidades del mundo trabajan para crear un “banco global de heces” que permita luchar contra la silenciosa extinción de las bacterias que conforman la microbiota intestinal, cuya pérdida está relacionada con una serie de enfermedades crónicas.

Diferentes especies de bacterias están en peligro de extinción, y la mejor manera de preservarlas es depositar muestras de heces y otros materiales biológicos de todo el mundo en una gran bóveda ubicada en Suiza, conocida Microbiota Vault (Bóveda de Microbiota).

Los investigadores argumentan que este esfuerzo es fundamental para comprender mejor el papel que muchos de estos seres vivos juegan en nuestra salud.

En el futuro, la iniciativa, que reúne a universidades de varias partes del mundo, también puede dar como resultado nuevos tratamientos para varias enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad y el asma.

Reducción drástica

La microbióloga Maria Gloria Domínguez-Bello, que lidera la iniciativa internacional, explicó a BBC News Brasil que la diversidad de estos seres microscópicos se ha reducido drásticamente en las últimas décadas.

Al estudiar a los pueblos indígenas de la Amazonía, observó que la variedad de bacterias que portan en sus intestinos era prácticamente el doble de la detectada en un individuo estadounidense promedio que vive en una gran ciudad.

«Y, cuando investigamos más a fondo, vimos que los pueblos que empezaron a tener contacto con los servicios de salud y empezaron a recibir antibióticos también sufrieron una pérdida de diversidad bacteriana muy rápidamente», describe la profesora en la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos.

Millones de seres vivos

La microbiota intestinal es un sistema complejo de microorganismos que reside en el sistema digestivo.

Las estimaciones más recientes señalan que está compuesta por 100 billones de seres vivos, que son fundamentales para nuestra salud.

Lo que los investigadores han comenzado a detectar en los últimos años es la pérdida de esta diversidad, que está relacionada con una serie de enfermedades crónicas que se están convirtiendo en un problema creciente, especialmente en los entornos urbanos de los países industrializados.

Causas de la extinción

Las comodidades de la vida moderna; el uso de antibióticos, que es esencial para combatir las infecciones bacterianas y ha salvado millones de vidas desde su descubrimiento en 1928, pero su efecto sobre la microbiota puede ser dañino; y el aumento de partos por cesárea pueden explicar esta extinción.

El último caso se explica porque, cuando el bebé pasa por el canal de parto “toma para sí mismo” muchas de las bacterias del cuerpo de la madre, lo que servirá para formar la microbiota del recién nacido a partir de entonces.

Este impacto es mayor en los países ricos y altamente industrializados, donde el acceso a muchos de estos servicios es más fácil, en comparación con las comunidades rurales o remotas.

“Para colmo, estamos destruyendo ecosistemas. Y la unidad fundamental de cualquier entorno son las bacterias. Entonces, esta extinción que le está pasando a nuestra microbiota intestinal se da en el suelo, en el agua y en todo el medio natural”, señala Maria Gloria Domínguez-Bello.

La microbióloga cita que existen dos tipos de evidencia sobre el impacto de la extinción silenciosa de los microbios en el cuerpo humano.

“El primero de ellos proviene de la epidemiología. Los datos muestran una asociación significativa entre nacer por cesárea o el uso de antibióticos con mayor incidencia de algunas enfermedades, como el asma”, dice.

«La segunda evidencia proviene de experimentos con animales. Cuando interfieres con la microbiota de cobayas muy jóvenes, generalmente se vuelven más grandes y obesas a lo largo de su vida», ejemplifica.

Estas investigaciones preliminares también muestran que trasplantar la microbiota de un animal sano a uno que está enfermo también puede funcionar como una especie de tratamiento y mejorar condiciones crónicas e inflamatorias como la obesidad, la diabetes y el asma.

“La vida en el planeta depende de ese equilibrio y desarrollo conjunto de varios organismos. Las bacterias dependen de nosotros y nosotros dependemos de ellas”, indica.

Colecciones propias

La Bóveda de la Microbiota busca conservar muestras de varias especies de microorganismos en un lugar seguro.

En principio, la iniciativa tiene dos focos principales:

• La recolección de heces humanas de varias partes del mundo, para obtener parte de la microbiota intestinal.

• Almacenar alimentos fermentados por diferentes tipos de bacterias, como el queso y el yogur.

“Nuestro objetivo es incentivar a investigadores de diversas nacionalidades a crear sus propias colecciones, que serán almacenadas en sus países de origen”, describe Domínguez-Bello.

“Desde allí también podrán enviar parte de estas muestras a la caja fuerte de la Bóveda de la Microbiota que servirá como copia de seguridad”, agrega.

La científica explica que “se conservarán de forma gratuita con dos condiciones. La primera, que solo el científico responsable pueda acceder a ese contenido. Segundo, que tendremos autorización para acceder a la secuenciación genética de esa especie, y esta información estará a libre disposición del público”.

En un principio, la bóveda estará ubicada en Suiza, pero debido a las recientes inestabilidades relacionadas con la pandemia del Covid-19 y la guerra en Ucrania, los responsables del proyecto también estudian opciones como guardar más copias en otros territorios, como Groenlandia o la Patagonia Argentina.

“Para mí, la bóveda representa esperanza para la salud futura de la humanidad y del planeta mismo”, concluye Domínguez-Bello.

Fuente: BBC Mundo.

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